viernes, 28 de diciembre de 2012

Joan Tardà, Español Del Año


Este hombre cordial y conciliador, de suaves modales y verbo discreto, nacido en 1953 en España, aunque aspira a celebrar su sexagésimo cumpleaños fuera de ella, se ha hecho acreedor a la veneración de todos sus compatriotas, que vemos en él un modelo de firmeza, honestidad y respeto, no sólo a la legalidad, sino más allá de ella, a los valores morales y democráticos, de los que es guardián por aclamación popular de sus paisanos.

Uno de los más inveterados tics de la izquierda en general y de la catalana en particular, es llamar fascista o nazi a cualquier adversario político (de fuera de casa, en el caso catalán). Es un recurso muy cómodo: se desempolva una categoría moral lo suficientemente horrenda y desacreditada, para etiquetar con ella (“nazis”) a un grupo de sujetos que puede ser amplísimo, todos caben allí y no hay que molestarse en averiguar si son conservadores, liberales, centralistas, democristianos, federalistas, moderados, centristas, unitarios o socialdemócratas. Todos nazis y a correr. De acuerdo con esta espléndida taxonomía política, el Gobierno de París, por ejemplo, es nazi, ya que su administración de carácter unitario es poderosamente centralista.

Por eso no nos debe sorprender la vivaz inocentada que le gastan Tardà y sus acólitos al ministro de educación, cuando éste amenaza con lanzar los V2 de la Wehrmacht lingüística española, sobre la indefensa población civil catalana: unos bonitos carteles rojos, adornados con la corona británica (nada de Borbones), animan a mantener la calma y seguir hablando catalán. Los nazis no consiguieron invadir Inglaterra y tampoco desembarcarán en Cataluña. Qué alivio, oye. A su derecha, otro prócer de gran comedimiento y serenidad, Alfred Bosch, expresa con gallardía que “tendrán que poner un guardia civil en cada aula, para obligar al cumplimiento de la ley”. Esta bravata heroica era innecesaria: si alguien cree que el actual Estado Español tiene la más remota posibilidad real de poner un guardia civil en cada aula, para garantizar el cumplimiento de la ley, es que viene de una galaxia muy, muy lejana. O sea, que fue un brindis al sol.

 
Otro tic muy poderoso de la izquierda en general y de la catalana en particular, es ser solidario con los miserables lejanos y no serlo en absoluto con los miserables cercanos. Hace unos pocos años, en el blog de un político de la formación ICV, también separatista (uso este término brusco y rehuído por los “soberanistas”, desde que entiendo por qué lo rehúyen: no son separatistas en tanto en cuanto nunca se han sentido como parte de un todo común), en el blog de un concejal de Iniciativa, digo, aparecía la infamante propuesta “apadrina a un niño extremeño”, para quejarse de la progresividad fiscal aplicada a las rentas altas en Cataluña; en el mismo blog, había también soflamas en favor del pueblo palestino. Resumiendo: palestinos sí, extremeños no.

Joan Tardà es un hombre de izquierdas, de eso no cabe duda, no hay más que ver a sus portaestandartes pertrechados con ese moderno cruce de la senyera con la bandera de Fidel Castro, aunque la Cataluña que pretenden instaurar me recuerda mucho más a Corea del Norte, que a la caribeña Cuba. De todas formas, no nos engañemos, se trata de un hombre inteligente, sus exabruptos pretenden hacer que le pillemos ojeriza, en lugar del afecto que naturalmente le profesamos, intenta despertar nuestra malquerencia como una estrategia, así cuando se vayan él y los suyos, no lo sentiremos tanto.  Dice y repite: "tenemos prisa en irnos" de España y salir de la "miseria". Esto es un poco contradictorio en un hombre de izquierdas, desmarcarse de los tiñosos y sarnosos, y poner su barrio residencial a salvo de la turba miserable, pactando si fuese necesario con la derecha catalana (y, por tanto, menos nazi). Pero, a estas alturas, se lo disculpamos ya todo.

Bueno pues, nuestro admirado Tardà i Coma, que ha terminado un acto de las juventudes republicanas con el sentido eslogan “¡muerte al Borbón!”, que ha acogido el dudoso humor españolista de Gregorio Peces-Barba motejándolo de “enorme hijo de puta” (sic) y que ahora anda diciendo que “se usarán hasta los servicios secretos contra la primavera catalana pero creo que Cataluña aguantará el asedio" (Deia) es, quizá a su pesar, el máximo exponente de la pluralidad de opinión posible en este país, donde cabe, como vemos, todo, literalmente todo. Mi enhorabuena y a seguir transgrediendo y dejando alto el pabellón de la izquierda, don Joan.  

jueves, 27 de diciembre de 2012

Expiación - Ian McEwan

He tenido el tortuoso placer de leer “Expiación” de Ian McEwan, un autor inglés nacido en 1948, o sea, contemporáneo, al que no tenía hasta el momento el gusto de conocer.
Publicada en 2001, se trata de una novela terrible, escalofriante, que el autor arma en cuatro partes, que reflejan cuatro momentos del drama de sus personajes y de la Inglaterra del siglo XX. Y lo hace con una prosa pertrechada de una férrea voluntad de estilo, que, huyendo de excesos, amalgama una cruda belleza y una límpida claridad expositiva.
 
En la primera y, sin desmerecer en absoluto las demás, a mi juicio, la mejor parte, pone en marcha un mecanismo de relojería que te deja sin aliento, absolutamente estupefacto. Estamos en 1935 y asistimos al hundimiento del mundo descrito un siglo antes por Jane Austen. La Inglaterra rural de los terratenientes, rentistas y funcionarios, acomodada y superficial, despreocupada y orgullosa, atenta tan sólo al refinamiento y a las formas, se va a agrietar primero y a desplomar después, delante de nuestros ojos, a través de una alegoría preciosista. El autor elabora una técnica narrativa, con una destreza que yo no recuerdo cosa parecida en ninguna de mis lecturas previas, con la que nos va llevando de la subjetividad de un personaje a la de otro, viviendo unos hechos que, a veces se sincronizan y, a veces se superponen, repitiéndose desde diversos puntos de vista y diversas interpretaciones. Finalmente, todo el rompecabezas encaja y una evidencia de brutal dramatismo nos saca de nuestra inocencia y nos sacude hasta lo más recóndito de nuestras convicciones.
 
En la segunda parte, Robbie, uno de los tres polos de la narración y, entre los personajes principales, el que es víctima del destino más trágico, nos hace acompañarle por el norte de Francia durante la atroz retirada de Dunkerque (mayo de 1940). Esta parte es más lineal y menos novedosa que la primera, pero tiene mucha fuerza como descripción crudísima de un horror, de una pesadilla.
 
En la tercera parte acompañamos la peripecia vital de Briony, que en 1935 era una chiquilla fantasiosa que quería ser escritora y ahora, en el verano de 1940, es una jovencísima estudiante de enfermería, que se ve abocada a atender numerosos y graves heridos y mutilados de la guerra, que llegan evacuados al hospital donde se halla, en Londres. Estamos propiamente ante la parte de la expiación. Ésta es llevada a cabo por Briony, para “pagar” por la trágica estupidez infantil que desencadenó los hechos más dramáticos del relato (y que, por supuesto, no voy a desvelar).

Ian McEwan, el autor
 Hay una cuarta parte, muy breve, en la que el escritor tiene la bondad de recordar que los durísimos hechos narrados eran literatura y nos reconforta un poco respecto al destino del trío protagonista, sembrando una bondadosa niebla de confusión.
 
Uno de los aspectos más destacables de la novela, es que es capaz de cerrar y redondear una historia muy compleja, narrando sólo cuatro momentos emblemáticos muy breves de la misma. Lo expuesto en la primera parte abarca sólo un día: es increíble cómo se puede contar el final de una época en tan breve plazo. Las otras partes abarcan una duración de unas pocas jornadas, que también condensan un mundo de acontecimientos.
 
La edición española de la novela
La novela es, por una parte, coral y, por otra, centrada en tres personajes: Briony, su hermana mayor, Cecilia y el amante de ésta, Robbie. Satisfará enormemente a los amantes de la literatura anglosajona más atenta al estilo, pero también a los que gustan de la novela histórica y a los enamorados de las peripecias sentimentales: una gozada en tres dimensiones, bastante amarga pero irresistible.
Basada en la novela, hay una película, también titulada "Expiación", protagonizada por la divina Keira Knightley (Orgullo y Prejuicio) que no he tenido ocasión de ver aún. Estaré al loro.
 


miércoles, 26 de diciembre de 2012

Nostalgia De La Nieve

 
Estos días de tiempo caribeño, deslucen el ambiente navideño. Perdón por el ripio, pero es que casi hace calor por aquí, así que he dado en recordar las navidades de mi infancia en Jaca, siempre teñidas de blanco. Solía nevar hacia el 20 de diciembre, durante varios días, de un modo más o menos continuado. La nieve permanecía en las calles hasta enero y luego se helaba, propiciando espectaculares patinazos y divertidas costaladas. Cuesta creerlo, pero la nieve era tan abundante que era considerada poco menos que un incordio.

 
Aquí en Monzón, la nieve es un acontecimiento. Nieva cada vez más raramente y en cantidades más y más escasas. Por este motivo, los niños, los que lo son por edad cronológica y los que lo somos por una privilegiada malformación espiritual, están y estamos siempre añorando una buena nevada. Una nevada por su sitio: de esas que colapsan el tráfico e imponen ese silencio tan denso y especial en calles, plazas y parques; de esas que traen de improviso un insospechado día de fiesta, que cierran las escuelas y dejan a los niños en posesión de la calle, haciendo batallas con bolas de nieve, marcando profundas huellas en forma de ángel en el suelo o construyendo deformes y efímeros muñecos de nieve en los jardines; de esas que permiten patinar un poco alocadamente por las calles o encontrar en un trastero algo parecido a un olvidado trineo y darle uso en alguna cuesta o espuenda.
 
La última nevada consistente que hubo por estos lares, nos fue otorgada el 15 de Diciembre de 2001, hace pues bien poco más de once años. Después ha nevado en varias ocasiones, no muchas, pero no del mismo modo, sino cuajando apenas un raquítico manto blanco por el paisaje urbano, manto que, al cabo de dos o tres días, era un mero recuerdo del que sólo quedaban algunos testimonios en blancos retazos sobre la tierra y la vegetación de las zonas más umbrías. La de 2001, en cambio, fue una nevada copiosa, de la que conservo unas cuantas fotos, que ahora tengo ocasión de publicar.

Me gusta, particularmente, porque es irrepetible, la foto sobre estas líneas, con el edificio del Conservatorio en construcción, al que le falta la cúpula de vidrio que remata la torre, aunque todas las imágenes, en mayor o menor medida, dan testimonio de pequeños cambios que, los que conocen este entorno urbano, apreciarán.
 
Este invierno, como todos, salgo cada mañana a la terraza a atisbar la gran nevada, aun a sabiendas de que se trata de un acontecimiento que aquí se produce sólo cada once o doce años. A ver si hay suerte y se presenta, porque si no, no me quedará más remedio que engrosar la lista de los creyentes en el cambio climático.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Entusiasco Os Desea Feliz Navidad

Quiero aprovechar hoy el espacio que me brinda esta página, para desear a todo el mundo unas felicísimas fiestas de Navidad.
Para unos será una ocasión para recordar cómo Dios renace una vez al año en cada uno de nosotros, para otros será una oportunidad de ponernos hasta las cachas de comida, bebida y euforia, para los paganos como yo será la celebración del solsticio de invierno, pero sea lo que sea lo que te acerque y te reúna en el ámbito de esta festividad, mi deseo es que algo se mueva dentro de tu corazón y lo inunde de dicha y esperanza.
 

jueves, 20 de diciembre de 2012

Puertas En El Valle De Gistaín

Conozco muchas personas para las que las puertas tienen un carácter evocador y sugerente. Me incluyo entre ellas. Allí donde he ido de viaje, me he dedicado a fotografiar puertas (y ventanas o balcones), incluso las más modestas o anodinas, porque para mí las puertas tienen un particular simbolismo: son accesos a un cambio en el destino.

Tras ellas se ocultan otras vidas, o incluso otros mundos. Si entrara y saliera por ellas cotidianamente, ya no sería el mismo. Esta fantasía, no por ser obvia es menos inquietante. La puerta me oculta y me muestra a la vez, el destino de otro-que-podría-ser-yo y, si la traspasara, algún tipo de magia haría ese cambio realizable.

 
Estas puertas las fotografié en el valle de Gistaín (o Chistau), en el Pirineo oscense, son puertas antiguas en un entorno rural silencioso y meditativo, con grandes cerrojos herrumbrosos. La madera se conserva bien por arriba y está comida por abajo por las inclemencias de un clima muy duro.

Esta es la casa señorial del pueblo, aquí alguien versado en la historia del valle nos dirá los tratos que se cerraban, los matrimonios que se concertaban y las propiedades que se regían.

Ésta es la de una cabaña de pastores. Aquí las llaman bordas.
 

Éste es el acceso a una “falsa” (granero o desván).

 
Aquí uno podría pensar que hay gente reunida, comiendo de un puchero en torno a un hogar de leña (hogaril), aunque en estos tiempos tal estampa parece improbable, quién sabe si está abocada a ser una casa de turismo rural o la compra un ruso adinerado (para obtener la nacionalidad española).




 

martes, 18 de diciembre de 2012

Tomando Precauciones


Dentro de tres días se acaba el mundo. De acuerdo con unas predicciones atribuidas a los mayas, el solsticio de invierno del año 2012, es el último de los días. Pobres mayas, su mundo hace centenares de años que se ha acabado, el fin de su civilización se adelantó a sus propias profecías. No cabe duda de que nuestra civilización se extinguirá, o ya lo está haciendo. La fecha de su definitivo colapso puede ser dentro de tres días, o mañana, o dentro de trescientos años.

Compuse el tema “Tomando Precauciones” con la mente en la fecha del 21 de diciembre de 2012. Es una canción que comienza superponiendo tres líneas de bajo, algo siniestras, con la idea de crear una tensión, más o menos oscura, que luego se fractura y estalla en motivos melódicos muy alegres, riffs sintéticos cantarines, espaciosos y con mucho eco.

El balance, netamente feliz, del himno electrónico en su conjunto, viene a ser de carácter pragmático: sirve tanto para esperar el fin de los días con confianza y humor, como, si este no se produce, celebrar la prórroga obtenida con el más desacomplejado optimismo. Dale al “play” y lleva con el pie el compás del Armageddon.
 

domingo, 16 de diciembre de 2012

Tango

Hace como 45 años que tuve mi última pelea, más allá de las palabras y los gestos, es decir, a mamporros. Por supuesto perdí, con grandísima desventaja, quedando en el santo suelo del parque, con la cara boca abajo y la boca saboreando la tierra.

Como otras personas débiles y poco intrépidas, me refugié en la literatura. Esta fue mi venganza, unos años después, en la pura ficción donde no se corren riesgos.
 
 TANGO

   Grosero como soy, no paré mientes
en que un zapato cruel pegó en tu cara,
la luna de esa noche estaba rara
y sacaba destellos de tus dientes.

  ¿Fui yo acaso quien te zapateara?
No sé. Iba esa noche sin los lentes
y estos mis pies, se dicen inocentes
de que esa tu nariz se estropeara.

  Borracho como soy, iba borracho
por la acera encendido de hombre macho,
las peleas absurdas son mi fuerte.

  Creí que me cruzaba a un hombre lobo,
solo eras tú, que aullabas como un bobo,
si solo te di el pie, tuviste suerte.


viernes, 14 de diciembre de 2012

Un Hombre ExtroWERTido


Y diWERTido. Aunque la oposición, unánime, lo acuse de perWERTido (“no se le ocurra tocar a nuestros niños”, “el ministro se acuesta con los obispos”, etc…).

A nuestro hombre le ha tocado un encargo muy difícil y, aunque se le ve bizarro y gallardo, no me cabe la menor duda de que, como mandatario y gestor del difícil asunto de las aulas, está sentenciado.

Pocos temas suscitan en nuestro país menos consenso que la Educación, lo sé de primera mano, después de estar treinta y ocho años, bajo tres regímenes políticos distintos, remangándome todas las mañanas en diversos colegios públicos. En el régimen de Franco, cuando el malestar se refugiaba en los chistes, se solía decir que, al repartir las carteras, en el primer consejo de ministros, si alguno destacaba como el más tonto, le daban la de Educación Y Ciencia. No parece éste el caso: nuestro hombre será poco conciliador y algo follonero, pero adolece de una singular agudeza. Como cuando contesta a los periodistas: “como el toro me crezco ante el castigo” y sus adversarios proclaman: “qué ordinariez, vaya forma de responder”, sin apercibirse de que les estaba citando al poeta Miguel Hernández, para hacerles quedar como una pandilla de indocumentados, la monda.

En lo que sí que no tenemos más remedio que mostrar consenso es en que nuestros estudiantes son los que peor parados salen en pruebas externas, como refleja el informe PISA. No cabe duda de que nuestro nivel competencial es muy bajo comparado con el de otros países del primer mundo, así que al hombre se le ocurre hacer un proyecto de reforma educativa con el poco agraciado nombre de LOMCE.
Escuela De Jánovas

El grito en el cielo es unánime. Recojo aquí el de un folleto del sindicato CC.OO.
“No a la LOMCE. 10 razones para decir NO al anteproyecto LOMCE, porque es una Ley:

1. No mejorará la calidad de la educación.
2. No considera la educación como un derecho fundamental.
3. Defiende la educación como una carrera de obstáculos.
4. Es segregadora desde edades tempranas.
5. Aumentará el abandono escolar.
6. Devalúa la FP.
7. Desprecia al profesorado.
8. Anula la participación del profesorado y de todos los sectores de la comunidad educativa.
9. No tiene memoria económica para su implantación.
10. Es una ley partidista.

Es una ley que atenta contra la calidad, la igualdad de oportunidades y el empleo.”(?) (Todo el entrecomillado es cita literal).
Aula De Jánovas
 
Reto al eventual lector, si lo hubiere, a que me diga si una sola de las diez le parece una razón. La una y la cinco se dirían predicciones hechas por el sindicalisto o la sindicalista con un Tarot de probada eficacia. El resto, salvo la nueve, son meros juicios de valor rayanos en la pamplina. Sólo la novena de las “razones” constata un hecho comprobable. También reto al eventual lector, si existiere, a que me diga si las diez frasecitas no podían ser aplicables a la anterior reforma, una por una, y a la previa a la anterior… En fin.

En busca de alguna razón propiamente dicha, me interno en el folleto y leo, como adicional motivo de rechazo que la ley “limita la autonomía curricular de los centros” y “se refuerzan las materias instrumentales en todos los cursos de la Educación Primaria y la Secundaria”(Sic). No leo más, porque me alegro infinito de ambas cosas. Entre las tareas de este tajo, el diseño curricular era una de las más penosas, inútiles y absurdas. Para el profano pondré un ejemplo: imaginemos que eres albañil en una obra y van el arquitecto y el aparejador y te dicen: “haced tú y tus compañeros un proyecto de casa y, cuando lleguéis a un acuerdo, empezáis a construir autónomamente. Mientras, nosotros tomaremos unos canapés con un vino español y discutiremos el problema de la vivienda al más alto nivel”
Dibujo De Un Niño De 3º
 
Derecha e izquierda han jugado al ratón y al gato con la Escuela Pública durante los últimos 35 años. Para la derecha, el asunto está muy claro, no sólo aquí, sino en cualquier país democrático: la Educación es un negocio más y, como también es un derecho de todos los ciudadanos, aquellos que no puedan pagárselo, irán a la Escuela Publica, que, en esta concepción tiene un papel subsidiario. Esto es así para la derecha española, francesa, holandesa o norteamericana, (me pregunto si, así como aquí la derecha recibe una y otra vez la deslegitimación del legado franquista, en Norteamérica a los congresistas de Alabama les recordarán todos los días su pasado esclavista). Para la izquierda, el asunto no está nada claro: después de más de 20 años de gobierno, han demostrado que les importa la Escuela Pública como a los otros, o sea, nada: podrán despedazar al bueno de Wert lo que quieran, pero ni sacaron la religión de las aulas (vaya unos laicos), ni tocaron un pelo de la concertada (podían haberla puesto en la disyuntiva de incorporarse de algún modo a la red pública, o funcionar como genuina privada), ni “apreciaron” al profesorado, tratándonos como si fuéramos unos sinvergüenzas y unos vividores (no entiendo cómo hay tanta izquierda en el gremio, debe haber una explicación sadomasoquista), ni mejoraron la calidad de la educación. Esto último, en los tiempos que corren y en la sociedad que vivimos, está fuera de las posibilidades de una reforma (también de la de Wert). Así que ahora que no me salgan con el obispo.   


miércoles, 12 de diciembre de 2012

Ravi Shankar And Yehudi Menuhin - West Meets East


Hace 40 años el mundo no era tan multicultural como ahora. No puedo recordar con cuanto retraso vimos en nuestros cines la película “The Concert For Bangladesh”(1971). Sí recuerdo que me impactó bastante, particularmente la actuación de los músicos de la India, vagamente conocidos aquí a través de los Beatles, así como el sitar, instrumento de cuerda cuya exótica afinación todavía es una sugestiva novedad para mi maltratado oído.

Hoy leo la triste noticia de que Ravi Shankar, que toca el sitar en la mencionada película, ha muerto, a la dilatada edad de 92 años, tras toda una vida dedicada a popularizar, de modo primordial en Occidente, la música tradicional y popular de la India.

Resulta muy gracioso, al comienzo de su actuación, que es la primera de la película, si no recuerdo mal, tras unos minutos de hacer sonar sus instrumentos, se detienen y el público les aplaude vigorosamente. Sin perder su impasibilidad oriental, Ravi Shankar dice algo así como: “si les ha gustado oírnos mientras afinábamos, les encantará oírnos tocar”. Y es que la mayoría de los que estaban allí (y la mayoría de los que vimos la película) desconocían (desconocíamos) por completo las más elementales sutilezas de la música hindú, aunque, eso sí, prevalecía una indudable fascinación por sus dilatadas y misteriosas ragas.

Dispuesto a poner fin a tanta ignorancia, nuestro prohombre se instaló en California y colaboró con un sinfín de músicos occidentales de los más variados estilos: rock, jazz, música clásica… nada escapaba a su polifacético y adaptable talento. Y aunque hoy se ha ido, los entusiastas de la música lo retendremos largo tiempo con nuestro recuerdo.

El momento de su carrera que resulta, por un lado, más asequible y, por otro, más delicioso y encantador, es su colaboración de 1966 con el gran violinista de música clásica, Yehudi Menuhin, otro monstruo. Entre los dos se marcan un disco inclasificable, apto para relajarse y para concentrarse, para meditar, para conmoverse y para disfrutar: “West meets East”.

Todos los temas, hay siete en total, suelen comenzar con una lenta introducción y se van animando en su desarrollo, intercalando y entretejiendo frases de violín y sitar en portentosas y evocadoras conversaciones de frases musicales breves y ágiles. Asombroso. Ojo, no hay que confundirse, no es el último álbum de Beyoncé, requiere un poco más de atención y esfuerzo, llevará tiempo diferenciar los temas (a mí me gusta en especial el extenso “Raga Piloo”, donde el sitar y el violín dialogan, se contestan, se entrelazan en vertiginosos arabescos), requiere paciencia y, al principio, degustarlo en pequeñas dosis; pero es una escucha excepcionalmente gratificante a la larga. Por cierto, en el balance global de la grabación, gana el este, la influencia occidental consiste en poco más que el timbre y un puñado de melodías del maravilloso violín del bueno de Yehudi que, por cierto, también nos dejó hace ahora algo más de doce años.

Una música que no soy capaz de comprender y valorar, pero que me subyuga e hipnotiza. Como homenaje personal al músico hindú que conocí por culpa de los Beatles, hoy me he puesto el disco tres veces. No he levitado, aunque ha sido por un problema de sobrepeso. Escucha los pizzicatos y el sitar punteado de “Twilight Mood”, el último tema del disco, a ver si tú tienes más suerte.
Prueba el enlace:

lunes, 10 de diciembre de 2012

Castillo De Monzón Desde Las Loberas

Una de las más sugerentes perspectivas que se pueden obtener del castillo de Monzón es ésta que hoy rescato en dos fotografías tomadas desde el camino que llaman de las Loberas. La imponente mole se beneficia de una luz matinal muy limpia y del contraste con las peñas que aparecen en primer plano, areniscas con la más descarnada erosión. La sierra de la Carrodilla cierra la toma por el fondo y el pueblo apenas se atisba en la hondonada, a la izquierda del castillo.
 
Todo el paseo de las Loberas, cuyo sendero da comienzo encima de las pistas de atletismo, y nos conduce hasta las proximidades de la ermita de la Alegría es muy agradable y asequible, llevándonos unas dos horas entre ida y vuelta, caminando entre olivos y almendros por la falda de los Sasos, orillando piedra y cielo.
En las fotografías, enturbian un poco lo bucólico del paisaje dos grúas Liebherr, enclavadas allí en medio, como testimonios de una época más boyante: la anterior a la crisis. La peña sobresaliente de primer término, que algunos llaman “la nariz de Castro”, vista desde el camino de abajo, parece sostenerse por un milagro que contradijera la ley de la gravedad.


sábado, 8 de diciembre de 2012

Nicolás Gómez Dávila. Reaccionario

Nicolás Gómez Dávila es un autor colombiano que se autodenomina reaccionario, entre otras cosas, porque abomina de la época que le ha tocado vivir. Su obra la componen miles de aforismos, “duros como la piedra y temblorosos como una rama” y hoy me apetece, sin más, convocar aquí un par de docenas, escogidos con el método más riguroso y estricto que conozco: al buen tuntún.

• Del libro del reaccionario el lector sale menos indignado de lo que entra.
• Lo que el reaccionario dice nunca interesa a nadie. Ni cuando lo dice, porque parece absurdo; ni al cabo de unos años, porque parece obvio.
• Errar es humano, mentir democrático.
• Las conversaciones son o diversión, o estafa, o esgrima.
• El marxismo puso al servicio de los que no entienden las preguntas el más adecuado repertorio de respuestas.
• Los problemas de toda “juventud contemporánea” son aburridísimos.
• Toca desacreditar la cultura, para que no sea rentable envilecerla al servicio de la política o la industria.
• Llámase comunista al que lucha para que el Estado le asegure una existencia burguesa.
• Nuestros rivales posibles son casi siempre humillantes. Y casi siempre victoriosos.
• El diálogo sincero acaba en pelotera.
• La mentalidad burguesa de la izquierda reconstruirá sucesivamente todas las sociedades burguesas que la izquierda sucesivamente destruya
• El que anhela la “comunicación perfecta” entre los individuos, su “perfecta transparencia” recíproca, su mutua “posesión perfecta”, como cierto pontífice de izquierda, anhela la perfecta sociedad totalitaria.
• El terrorismo no surge donde existen opresores y oprimidos, sino donde los que se dicen oprimidos no confrontan opresores.
• La vanguardia de la ciencia es cautelosa, pero la plebe profesional que la sigue es presumida.
• La mente moderna se anquilosó por creer que hay problemas resueltos.


• El izquierdista emula al devoto que sigue venerando la reliquia después de comprobar la impostura del milagro.
• Lo difícil no es creer en Dios, sino creer que le importemos.
• Nuestra época hace mejor que las demás lo que puede hacerse sin talento.
• Las noticias son el substituto de las verdades.
• Los modos infalibles de ganar son más desastrosos que cualquier derrota.
• Al que pregunte con angustia qué toca hacer hoy, contestemos con probidad que hoy sólo cabe una lucidez impotente.
• La humanidad es el único dios totalmente falso.
• Tolerar no debe consistir en olvidar que lo tolerado sólo merece tolerancia.
• Lo importante no es creer en Dios, sino que Dios exista.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Día De La Constitución


Treinta y cuatro añitos y cada vez la quieren menos. Hoy se celebra el trigésimo cuarto aniversario de la aprobación en referéndum de la Constitución Española de 1978, en medio de una grave crisis económica e institucional. Me asomo a la ventana y no veo banderas prendidas en los balcones. La gente no está para historias. Me entero de que van a hacer un fiestorro institucional, como todos los años, el día del cumpleaños de la chica. Será en Madrid, en el Senado, porque el Congreso está en obras. A esta entrañable representación, acudirán las autoridades (electas) de los partidos que, más o menos, son el soporte actual de la Constitución: PP, PSOE, UPyD, Coalición Canaria e Izquierda Unida.

Para mí, es más llamativa la lista de los que no acudirán: Convergencia y Unió, por primera vez, hace novillos y eso que uno de sus miembros, don Miquel Roca Junyent, fue uno de los “padres” redactores del texto constitucional; tampoco irá el PNV, que ya en su día aconsejó votar “no” a una Carta Magna que no reconoce suficientemente la primacía específica, inmarcesible e imperecedera de los derechos inalienables del Pueblo al que de manera imprescriptible representan; tampoco los flamantes representantes (democráticos, gracias al Tribunal Constitucional) de ETA, cualquiera que sea su nombre esta temporada, acudirán, como es previsible, ni estarán los de Esquerra Republicana de Catalunya, ni los de otros partidos minoritarios, igualmente desafectos a lo que se celebra.

Me pregunto si esta, digamos, dejación de sus obligaciones representativas, les acarreará algún perjuicio económico, como a mí cuando estaba en activo y hacía huelga. Sospecho que no: una cosa es abominar de un Estado opresor y despreciar su orden constitucional y otra, muy distinta, dejar de aprovecharse de sus contribuyentes. Esto sería de tontos, como negarse a coger un día de fiesta porque no participan de los motivos de la celebración, ¿quién haría esta estupidez? O sea, harán fiesta, se picarán la función y cobrarán. Faltaría más.

Para estos “huelguistas” blindados, me voy a dar el placer de copiar aquí algunos párrafos de los primeros artículos de la Constitución, para que todos sepamos lo que esta gente no aprecia ni celebra:

“España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.”

“La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.”

“El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.”

“Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.”

“Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social.”

Despediré este sentido homenaje con un par de acotaciones. Uno. Independientemente de lo nefastos y sinvergüenzas que sean los miembros y miembras de la casta política, son nuestros representantes y no tenemos otros; en todo caso cabría decir que cada país tiene los políticos que se merece (yo, en esto, creo a pies juntillas) y es analfabeto y ridículo reclamar a estas alturas un salvapatrias-populista o un visionario-antisistema-asambleísta-y-republicano, para salir del atolladero. Que se presenten y ya les votaremos (o no).

Dos. Pese a que la presente Constitución nos ha dado un apreciable periodo de estabilidad política y de imperio de la ley, no ha sido la más duradera de las constituciones españolas: la de 1876, (la de la Restauración) duró hasta 1931 (Segunda República), esto es, 55 años. Y aunque a algunos escandalizó la reciente modificación constitucional, la del famoso límite al déficit público, que sepa que la Constitución de 1876 se podía alterar con una simple votación parlamentaria, es decir, era más flexible.

Hemos disfrutado más de lo que creemos de la era del consenso: larga vida a la Constitución de 1978.

 

martes, 4 de diciembre de 2012

Entomología Recreativa

El insecto está quieto, como recogido o abrigado en la flor blanda y mullida. ¿Sobrevivirá a los fríos tan rigurosos que se avecinan?¿Volverá a zumbar sobresaltándonos con su potencial peligrosidad? ¿O le queda ya muy poco tiempo de vida?¿Es macho o hembra?¿Por qué tiene esos brillos de purpurina en polvo en las alas?¿Espera a alguien? Siempre me he preguntado qué grado de conciencia alcanzan los insectos, qué saben, qué ven, qué oyen. qué sienten. Éste, no sabría decir por qué, parecía estar esperando a la muerte, ¿tendrá miedo? ¿Estará rezando a un dios que lo ha creado a su imagen y semejanza?
Volví a pasar por allí al cabo de un par de días y, cualquiera que fuera su destino, se había cumplido. La flor ya no tenía a su silencioso visitante y me pareció más triste. O sólo era que estaba un poco más mustia, cosas del frío.  

domingo, 2 de diciembre de 2012

El Cambio Que Cambió Poca Cosa (A Felipe González)


 Hoy hace 30 años daba comienzo el cambio que cambió nuestras vidas. Me he despertado con la noticia: nadie se ha ahorrado el reseñarlo en prensa, radio y televisión. Y es que, tal día como hoy, el reputado diseñador de joyas, el excelente cuidador de bonsáis, el orgulloso propietario de un palacete en el Magreb, don Felipe González Márquez, asumió la presidencia de este maltratado país, con la promesa de un cambio en sus estructuras económicas, políticas y sociales.
 Prometió crear 800.000 puestos de trabajo y, a tal efecto, emprendió una reconversión industrial que sustituyó millares de fábricas y explotaciones ineficientes y obsoletas, por nada en absoluto, siendo el primer dirigente que conseguía cifrar el desempleo en tres millones de beneficiarios. Al poco de comenzar su mandato, vimos como las cifras globales de las rentas del capital, superaban, por primera vez desde que se tenían cifras macroeconómicas, a las de las rentas del trabajo, logro felicísimo para el líder de un partido obrero.
 
 No negaré que, en su dilatado periplo como líder supremo de los españoles, hubo reseñables aciertos, la OTAN y la CEE lo avalan, y el diario El País de hoy trae una extensa hagiografía para el que guste de tales manjares. También la SER hacía un sustancioso panegírico, con arrobada exégesis de sus andanzas políticas, todo rematado con la nada sospechosa encuesta entre los internautas, titulada “¿Quién ha sido el mejor presidente del gobierno español durante la democracia?” Que, por supuesto, arrojaba al señor González al envidiable primer puesto, siendo José Luis Rodríguez Zapatero medalla de plata y Mariano Rajoy, el farolillo rojo. Y se quedaban tan anchos. Si algún malpensado cree que tal encuesta puede haber sido parcial en su planteamiento, en la selección de la muestra o en la presentación de los resultados, puede pedir la ficha técnica a la cadena de radio del grupo PRISA, cuya imparcialidad está por encima de cualquier sospecha.

 Es difícil para una persona menor de cincuenta años (la flor de la edad, según Vargas Llosa), hacerse siquiera una idea del caudal de ilusión que cayó sobre este político. Felipe González iba a ser el artífice de la modernización de este país, iba a conseguir que esta vieja nación se pusiera a funcionar. No es que los que le votamos en aquel momento fuéramos tan ignorantes que creyéramos que se iban a atar los perros con longanizas, pero, demonios, es tan grande la superioridad ética con la que se autoadorna comúnmente la izquierda, que todos estábamos expectantes por ver si esto tenía alguna traducción en la vida práctica.

 Pues bueno, el poder cambió de manos y nada de esto ocurrió. Por eso es también difícil hacerse una idea equilibrada del subsiguiente desencanto: los caciques de toda la vida vieron llegar a unos competidores aún más voraces y con menos escrúpulos, la corrupción y el pelotazo dieron paso al pelotazo y a la corrupción. Es como si los poderosos, los que mandan realmente tras la pantomima política, se hubiesen dicho, como Tancredi en “El Gatopardo”: "Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie". Y así fue. Aunque tampoco hay que exagerar, el desarrollo tecnológico sí ha dado un importantísimo cambio a las condiciones de vida en este país y la herencia del gobierno del cambio (y luego vino el cambio del cambio, no lo olvidemos), aún está por determinar.
 Cuentan que en 1972, el dirigente comunista chino Chu En Lai, se vio enfrentado a una pregunta capciosa que le hizo la delegación diplomática norteamericana: “¿Cuál es su opinión sobre la influencia de la Revolución Francesa?” Tras meditar un rato, el dirigente chino contestó “Es demasiado pronto para valorarla”. Doscientos años y era demasiado pronto, así que treinta no es nada para saber si el susodicho González fue para España más o menos que Godoy o el Conde-duque de Olivares, ¿no?

 A mí, en lo puramente sentimental, el político González no me resulta de una simpatía atroz, porque en él personalizo una parte importante de mi propio desencanto y de mi incapacidad para la participación democrática, mas allá de ir cada cuatro años a seleccionar las caras que saldrán con más frecuencia en los Telediarios. A él y a otros como él, que me han convertido en un escéptico, deseo dedicarles como despedida un poema de uno de mis ídolos (que nunca serán los políticos), en este caso, Jaime Gil de Biedma:
DE VITA BEATA
En un viejo país ineficiente,
algo así como España entre dos guerras
civiles, en un pueblo junto al mar,
poseer una casa y poca hacienda
y memoria ninguna. No leer,
no sufrir, no escribir, no pagar cuentas,
y vivir como un noble arruinado
entre las ruinas de mi inteligencia.

viernes, 30 de noviembre de 2012

We Are The (Happy) Robots


Kraftwerk. Los indiscutibles maestros de la música hecha con máquinas. Ésta es la referencia cuando me pongo a fabricar música con el ordenador. Ellos, en su momento de mayor esplendor, allá a finales de los años 70, no tenían los medios de los que cualquier aficionado a los ruidos electrónicos dispone hoy en día para programar secuencias. Claro que tenían buenas (y caras) máquinas analógicas y lo demás lo suplían con creatividad, inspiración, talento, imaginación y una enorme facilidad para los motivos musicales simples y efectivos. De Bob Dylan se cuenta que decía “me gustaría escribir una canción tan sencilla que te volviera loco”. Bueno, pues para mí Kraftwerk lo consiguieron. Con dos motivos de cuatro notas, se apoderan de tu cerebro en “The Robots” y te abducen, convirtiéndote en un autómata obediente y feliz:
“We are programmed just to do
anything you want us to,
we are the robots,
we are the robots,
we are the robots,
we are the robots”.
Vaya desde aquí este tributo, homenaje o lo que sea que me haya salido.
 
 

 

 

jueves, 29 de noviembre de 2012

Competencia Lingüística


Parece un hecho ciertamente admirable. Entre la Primaria y la Secundaria, nuestros niños y muchachos se pegan un mínimo de diez años estudiando inglés. Al obtener el graduado en Secundaria (o al abandonar los estudios para engrosar las filas de los ninis), es una rara y honrosa excepción el alumno que está en condiciones de departir con un anglosajón sobre, por ejemplo, las glorias respectivas del Manchester United y el Real Madrid, o de ver y seguir, en inglés, la película “Harry Potter y las Reliquias de Santa Teresa”.

No deben deprimirse por esto los profesores de la nueva lengua franca. En la enseñanza obligatoria, la vida académica está herida de muerte: una sorprendente mayoría, al terminar sus estudios, no sabrá señalar Vigo con exactitud en el mapa y dudará si dos al cubo es seis u ocho. Así están las cosas.

La función social de la escuela es, actualmente, la de guardería para niños y niñas de tres a dieciséis años. Guardería que tiene un carácter marcadamente recreativo y socializante e integrador, pero impartir conocimientos, lo que se dice conocimientos, está por encima de sus posibilidades actuales. Y no es cuestión de que los planes de estudios sean cada vez más fláccidos (que lo son), ni que debido a la crisis y subsiguientes recortes, se destine cada vez menos calderilla al presupuesto educativo (que se destina).

La cuestión es que las escuelas y los institutos carecen de la posibilidad real de crear un clima (o un escenario, como dicen ahora los políticos garrulos) donde el pensamiento reflexivo y crítico, el sosiego, el trabajo personal y la constancia, es decir, las bases de lo que estrictamente sería el estudio, lo hicieran posible.

De este modo, llevando a cabo esto que he llamado estudio, una actividad basada en el esfuerzo, la paciencia, la humildad y el afán de superación, por parte de niños y adolescentes, en condiciones menos adversas de las que sobrellevan actualmente las instituciones educativas, daría algún tipo de fruto, por ejemplo, un conocimiento suficiente del inglés para mantener una conversación de más de dos frases
 
Un día hablaré de los factores que, a día de hoy, dificultan o imposibilitan la adquisición del conocimiento académico, facilitando, a cambio, ligar y pasarlo bien en los institutos (no todo ha de ser negativo en esta vida). De todas formas, aprender inglés es muy difícil: es una lengua de otra familia, son todo monosílabos y hablan deprisa que se las pelan. Además, no nos debe de hacer tanta falta, porque las películas las doblan todas y las canciones son tan tontas, que te gustan más si no las entiendes. Y, bueno, una lengua extranjera es el uso práctico continuado lo que nos la enseña, tampoco podemos aprender practicando distraídamente tres horas por semana. Ved si no lo que dijo nuestro eximio poeta, Nicolás Fernández de Moratín, hace más de doscientos años, sobre lo que es aprender una lengua ajena, en este precioso epigrama:

Admiróse un portugués
de ver que en su tierna infancia
todos los niños en Francia
supiesen hablar francés.
«Arte diabólica es»,
dijo, torciendo el mostacho,
«que para hablar en gabacho
un fidalgo en Portugal
llega a viejo, y lo habla mal;
y aquí lo parla un muchacho».

martes, 27 de noviembre de 2012

Cardos

 Tengo una poderosa fijación estética con los cardos secos. Son, a miles, las humildes plantas que bordean los caminos de esta áspera tierra, sin que nadie los advierta. Florecen en mayo con un penacho carmín, púrpura o magenta y se secan a lo largo del verano, sin que el paseante les haga el menor caso apreciativo. Una planta de veras modesta y, según por donde camines, de veras molesta.

 
Hasta su nombre se ha contaminado de falta de aprecio: se ha convertido en un término despectivo para personas. Y sexista. Si yo digo de un varón que es un cardo, significará que tiene muy mal carácter y su trato es áspero y desabrido, si lo digo de una fémina, denotará que, a su mal carácter, se une un atractivo físico escaso y nulos encantos.
 
Bueno, pues yo quiero romper una lanza por el humilde cardo, apreciando que es de lo poco que se digna a florecer por estos abrasados parajes. Mi madre, que en gloria esté, gustaba mucho de tener unos cardos secos en un búcaro de cristal. Eran unas plantas que no era necesario cuidar. Cuando se ponían polvorientos se sustituían con facilidad. Una perversión de su gusto decorativo la inclinaba a pedirme que se los pintara con purpurina dorada o plateada, pero nunca le di ese placer. “Mamá, eso es más hortera que un ataúd con pegatinas” y se tenía que conformar con el aspecto natural ocre o terroso.
 
Me gusta su arquitectura de redondas cúpulas cuando paseo en otoño y los veo formar caprichosas constelaciones en el margen del camino. Hoy los he fotografiado para compartir aquí sus siluetas ovales y oscuras apuntando al cielo. Además tendremos la suerte de no pincharnos.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Las Bicicletas Son Para La Calzada


“Las bicicletas son para el verano” reza el título de la célebre película de Jaime Chávarri. Y para la calzada, me permito añadir modestamente, ya que esto, que siempre se consideró así, últimamente no parece estar nada claro.

Ayer estuve en Zaragoza y, por dos veces, casi me pasa por encima uno de estos vehículos de tracción animal. Las bicis actualmente pululan a todo trapo por las aceras, para intensificar el acoso de los peatones, que ya venía siendo de gran eficacia en nuestras hiperautomovilizadas ciudades.

Y no es que yo caminara por uno de los innumerables carriles para bicicletas con los que los consistorios ecolosocialistas y progresistas han sembrado las aceras; no, qué va, pero es que como los carriles bici van de ningún sitio a ninguna parte, sus usuarios, que sí van a algún lugar, acostumbran a empalmar los tramos que les convienen navegando por la acera, ante la mirada complacida de los guripas y el espanto inerme de las viejecitas.

Que nadie me confunda: no soy enemigo, sino veterano usuario de la bicicleta y tampoco pienso que su lugar esté fuera de la vía pública de las ciudades, donde sería un vehículo, práctico, flexible, no contaminante y saludable. Lo que me revienta son las actuaciones políticas orientadas por el oportunismo y por la memez (o tal vez debería resumir y decir las actuaciones políticas).

Tengo el privilegio de vivir en una ciudad pequeña (o en un pueblo grande, da igual). Esta circunstancia facilita enormemente el uso de la bicicleta, tanto el deportivo como el práctico. En el aspecto práctico, el tráfico no es tan denso ni salvaje como para hacer desistir a un usuario de utilizar este vehículo para moverse: ir al trabajo, de compras o salir a dar una vuelta. Eso sí, aquí falta la costumbre y el personal coge el coche hasta para salir a ver si llueve. Qué le vamos a hacer. El Ayuntamiento también se dio el gusto de pergeñar dos o tres carriles bici. Supongo que se dijeron al proyectarlos: empezamos donde nos vaya bien y acabamos donde se nos termine la pintura. Éste es, salvando algunas honrosas excepciones, el criterio con el que se diseñan esta especie de adornos viales. Y sí, también aquí hay ciclistas que confunden la acera con un velódromo.

Hasta donde yo soy capaz de percibir, no ha existido ninguna actuación política seria (un oxímoron), en el sentido de intentar garantizar la seguridad de los ciclistas. Un ciclista en su sano juicio no puede echarse con su vehículo a la calzada de ninguna ciudad española y confiar en sobrevivir una temporada. Uno se pone verde de envidia cuando ve fotos de los Países Bajos o de las ciudades del norte de Europa, todo atestado de bicicletas. Al verlos piensas que deben de respirar mejor, ahorrar más y estar menos estresados y más sanos (y eso que el clima no les acompaña como aquí).

 
Ilustres del ciclismo, como Perico Delgado, que han tratado de hacer llegar demandas consecuentes a los políticos, se han encontrado con un muro de insensibilidad: hay otras prioridades. Garantizar hoy en día el derecho del ciclista a circular por la calzada es antieconómico, amén de difícil y costoso. Las ciudades “no están preparadas” para la convivencia de automóviles y bicicletas. Sí lo están, por lo que se ve, para la convivencia de peatones y bicicletas, en un espacio que ya era grotescamente minúsculo (muchos alcaldes, entre ellos el de mi pueblo, solucionaron el problema de las calles estrechas para el tránsito, quitando las aceras, increíble astucia).

En resumen, como queda muy ecológico y da muestras de una elevada sensibilidad y de un acusado compromiso social, mejorando la convivencia y bla, bla, bla, me temo que seguiremos con este paripé y esta soplapollez, pero nadie que gobierne hará nada en realidad, que fomente el uso de la bicicleta como medio de transporte individual realmente viable, porque eso pasa por articular medidas para otorgarle (o restituirle) un lugar en la calzada y eso no están dispuestos a hacerlo. El reinado del automóvil en la ciudad es para ellos, sean cuales sean sus siglas, como la gallina de los huevos de oro.

 
Aparte de que no hay costumbre.