Este es un sencillísimo juego que puede
ser utilizado como iniciación al ajedrez. Se juega en un tablero cuadrado de
cuatro casillas de lado: el bando blanco tiene ante sí 4 peones en su primera
línea, los mismos que el bando negro, situado enfrente. Así pues, es un juego
para dos jugadores, más un número indeterminado de mirones, que pueden decirle
al que pierde: “eres más melón que los de Villaconejos”, o expresiones similares
que siempre animan los juegos de café. En fin, éste es tan simple que no creo
que se vaya a poner de moda, ni habrá campeonatos mundiales ni nada por el
estilo, ya veréis.
Los peones mueven hacia adelante una casilla sin cambiar de columna. Como
en el ajedrez, pueden tomar o “comer” al que tienen delante en diagonal, pero
el que tienen enfrente los deja trabados o bloqueados.
Explico esto para los que se dicen legos
en el noble juego. Oigo a menudo sus razones: lo encuentran aburrido, las partidas
son muy largas, los jugadores piensan mucho rato y el resultado es, demasiado a
menudo, unas insípidas tablas.
Bueno, pues aquí tienen la solución: el
de los cuatro peones es un juego ágil, rápido, hay que pensar pero no
demasiado, finaliza en pocas jugadas y no acaba nunca en empate. Sólo tiene un
inconveniente que luego diré.
Con las reglas del movimiento de peones
heredadas del ajedrez, comienzan a mover las blancas y gana el primero que:
a) Se come todos los peones del
adversario.
b) Llega con un peón hasta la primera
fila del oponente, o
c) Deja al contrario sin movimiento, es
decir, cuando le toca mover al pobre, tiene todos sus peones bloqueados y se
convierte en el hazmerreír de la parroquia.
Como una imagen vale más que mil
palabrotas, añadiré, sin comentarios, dos secuencias de partidas en las que,
jugando con las blancas, hago el más espantoso de los ridículos.
Partida 1
El peón negro ha llegado a mi primera
fila, por tanto pierdo.
Partida 2
Me he quedado sin peones, he vuelto a
perder.Y eso que, en mi segunda jugada, he cambiado de plan.
Interesante posición: ay de aquél al que
le toque jugar, pues ha perdido (todos los peones están inmovilizados).
Espero que paséis un buen rato antes de
dar con la clave de la cuestión: pese al nefasto ejemplo de mis partidas, si
ambos jugadores piensan un ratito y ninguno de ellos está aquejado por ninguna
obnubilación pasajera, siempre ganan las
blancas. Analizar todas las posibilidades, para un ajedrecista pasable, es
un reto sencillo. El reto de hoy.
Problema: juegan blancas y ganan |
La solución al problema anterior: 1. …
De1+ 2. Af1 Dxf1+! 3. Rxf1 Ah3+ 4. Rg1 Te1 mate. ¿Cómo te has quedado?
¿Permitirán vapear durante las partidas? |
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