Mostrando entradas con la etiqueta Opinión. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Opinión. Mostrar todas las entradas

jueves, 17 de mayo de 2018

Unión Europerra

"¿Justicia belga, eh? Menudo oximoron, en un país donde se escapan los terroristas, los pederastas y los golpistas, en el mismo tribunal, haciendo peinetas y pedorretas a jueces, fiscales y otros carcamales". Observaréis, por la afición a la rima fácil que, el que así habla, es mi amigo el Resentido, que se ha rapado la hirsuta pelambrera que rodeaba su rotonda y se ha tatuado en la nuca la cruz de Santiago. Está horrible y decrépito, igual que siempre.

Como lleva cuatro o cinco cervezas en su panza desmesurada, continúa hablando, o sea, pontificando: "¿Tú te acuerdas de aquél miserable descerebrado que mató en Cuenca a su novia y a otra pobre chica, las enterró en un descampado y se fue en coche, huyendo hasta Rumanía, donde lo pillaron gracias a que el muy idiota no había desactivado el localizador del móvil? Lo reclamó la justicia española y, a las pocas semanas lo entregaron." "Claro tío, fue un suceso muy sonado." "Hombre, hubiera sido más sonado si las feministas hubieran armado uno de sus habituales alborotos, pero a lo que yo iba es a que el impresentable aquél se equivocó." "Joder macho, un delito tan grave es ya una equivocación muy funesta ¿no?" "Bueno, pero lo que yo quería decir es que el maromo equivocó el rumbo de su huida: imagínate por un momento que se va a Bélgica. Se cursa la orden de detención, la euroorden, que dicen los pijoteras y el tío, tan tranquilo, que si las garantías jurídicas, que si el delito de doble asesinato no está tipificado en Bélgica del mismo modo que aquí, que si defectos de forma. Igual que en Rumanía lo entregaron en tres semanas, en Bruselas llevarían más de treinta meses toreándonos y es que se creen autorizados a todo, piensan que somos un país de mierda, que aquí solo hay camareros y limpiadoras y que nos pueden ningunear sin problema. Pero a esos giliflautas esta vez les va a salir el tiro por la culera: aquí van a descuartizar España de gratis, pero a continuación la comunidad europeorra se irá a tomar por culo en cuatro temporadas de otoño."

Apoyo atómico a la causa independentista

Me muestra el periódico, el de la Brunete mediática, claro y al fin sé a qué se refiere: "Bruselas ha denegado la extradición de los golpistas por un defecto de forma en la solicitud que han tardado cinco meses en detectar, eso es dislexia, sí señor". Para aplacar su cólera, le pago las cervezas mientras le digo sin mucha convicción:  "bueno, pero estos no han matado a nadie..."


"Dales tiempo", me contesta, se levanta y se va. Siempre se va con la última palabra, pero me deja pensando, ¿qué es más grave, un doble asesinato o promover un conflicto civil que puede llevar, Marta Rovira dixit, a "un baño de sangre"?


El éxito editorial que conmocionará Europa

Bueno, yo no considero que lo de la justicia belga sea para tanto, a mi modo de ver, la untuosa y prepotente Comunidad Europea no va más allá de una unión monetaria, por eso escribo en el título Europerra, porque solo está referida a la cosa de las perras, por lo demás, a mí no me resulta ni más ni menos ajeno un belga que un marroquí, o sea que mucha comunidad tampoco hay. El antieuropeísmo del Resentido no va más allá de otra de sus poses: no se va a renunciar a esta unión de comerciantes y mercaderes que parece haber traído un cierto bienestar material (y una buena dosis de anestesia), por un quítame allá estas pajas jurídicas. ¿O sí?


Fake flag 1. La quise diseñar ¡y ya existía! Los EUC

¿Alguien piensa seriamente que el euroescepticismo puede prender en España como ha prendido en Italia o Francia?¿Que hay por ahí un Juan Marino El Pene capaz de aglutinar el descontento que nos produce tanto intervencionismo, tanta chorrinormativa y tanto sinvergüinepto colocado con un momio de dietas, viajes, sinecuras, prebendas y disfrute de gabelas, por no hacer aparentemente nada en Bruselas, en Estrasburgo o en Eurodisney?


Fake flag 2. La futura bandera de la CEE

Eso por un lado, y por otro, tanta inanidad, tanta desidia, tanto camelo, tanto fraude... Yo, hace un mes, no lo hubiera creído posible. Ahora lo creo altamente probable: cuando las potencias que quieren desestabilizar a la muy insustancial CEE sepan cuál puede ser, aquí en Expaña, la otra pata de la pinza, igual pueden financiar y sacar de la nada a la vieja autarquía... Cosas veredes, amigo Sancho.

sábado, 12 de mayo de 2018

This Was Euskadi

Quizá, en el futuro, tengamos presente al 2018 como el año de la desaparición de ETA. Yo personalmente lo dudo muchísimo, considerando que no se han cercenado, ni de lejos, todas las cabezas de la funesta hidra.

Hidra que, con singular tesón, dio por saco a dos generaciones de españoles, mató al librero de mi pueblo y a 900 personas más, capitalizó la vida política mucho más allá de lo que habrían deseado los ciudadanos decentes, de haberlos habido en este aporreado país, y creó uno de los más siniestros focos de violencia gratuita, malestar público y argumentación vomitiva.


Por desgracia, disiento absolutamente de todos los que afirman que este horrendo horror "no ha servido para nada". Y es que lamento constatar que no es así: a mí me queda la sensación de que han ganado.



Han conseguido sus objetivos políticos: ellos o sus arteros padrinos, testaferros y beneficiarios gobiernan en el País Vasco y Navarra. Con su última simulación, han logrado que, en los medios, se hable más del acercamiento de los presos (que, en meses, pueden verse alojados en el Astoria 7 o en el Domine Bilbao) que de las víctimas (de las que, en TV3, se reían sanamente, mano a mano, "¡eso dice la policía! Je, je" presentadora y asesino. En la SER, el día del fatuo, ridículo y no patriarcal comunicado de los de la caperuza kukluxklánica, a las víctimas ni se las mencionó, hablaron, eso sí, con el juez Garzón, que dijo tener "mal sabor de boca por lo de los GAL", el juez Halazón, eso es honestidad, sí señoría, en vez de ensañarse con los ¿300? criminales que se están descojonando, inmunes a togas y pelucas, porque no los han pillado ni se les espera)...


A los fiambres, que les frían un paraguas, al fin y al cabo casi todo eran maketos y txakurras. Y me tomo tiempo si no acaban en la memoria "histórica" como "enemigos del pueblo" (no "vasco", del "pueblo" a secas, ¿verdad, Pablo Manuel? Y es que los demás también lo vamos entendiendo.



Sin embargo, no creo que se haya ido ETA para siempre: el día que necesiten acelerar algún "proceso", o configurar un nuevo "escenario", ¡Pum! aquí tendremos a ETA auténtica, o reconstituída, o escindida, y los de Ciudadanos caerán como conejos (ojala me equivoque, me pongo la mano en la frente y así toco madera).


Bueno, tenemos el comunicado solemne... pues voy yo ¡y me lo creo! Los etarras se han vuelto buenos y, a partir de ahora, van a dedicarse a combatir el maltrato global y el calentamiento animal, al misticismo sufí, a las prácticas veganas y a formar unidades familiares no patriarcales, estilo comuna anticapitalista suiza, aunque, ay, en una noche de añoralgia pueden echar de menos la opulencia que les traía el "impuesto revolucionario", o la sublime sensación de poder divino, que debe dar apoyar el frío cañón de un arma en el occipucio de un individuo que, con el miedo, se lo está haciendo encima; el paintball no es lo mismo, supongo, aparte de que te pueden saltar un ojo, cosa que jamás haría un prisionero maniatado en un zulo.



Lo que sí será el 2018, es el año de la desaparición de Interviú, institución algo menos lamentable que la citada en el comienzo, pero que parecía igualmente imbatible; llegó a vender cerca de dos millones de ejemplares semanales en el último cuarto del pasado siglo, combinando una fórmula que parecía imperecedera: culos y tetas, con amarillismo político disfrazado de rebeldía progresista, antifascista y alarmista...


Guardo, desde hace casi 20 años, estas repugnantes páginas tituladas "This is Euskadi", están escaneadas con pocos medios, así que si tratas de leerlas te pueden sangrar los ojos; sin embargo yo te recomiendo el esfuerzo, porque la bajeza con que pueden ser tratados algunos temas en los medios y la inanidad del público sometido al aplanamiento intelectual y moral, que parecen tan actuales, son de hace 20 años, de hace 40, de hace 80, vamos, desde que poblamos el planeta las masas inermes y ávidas de inmundicia.


Agrandar con un click

Ah, y ¿ves como han ganado? hoy se titularía "This is Euskal Herria"; hoy, además, sin culos ni tetas, cuya exhibición responde a gustos y preferencias netamente patriarcales (y obsoletas). Ya predijo Dalí  (en TVE, lo juro) que se avecinaba una era de puritanismo y castidad.


Concluyo con una perla encontrada ayer en la edición digital del Periódico de Catalunya:


Urkullu: "No es ético hacer sufrir a las familias de presos de ETA".


Me pregunto qué significará "ético" para este albacea de los  depredadores... ¿Y qué es ético para las familias de los muertos? ¿Escuchar en TV3 que eran unos "chivatos"? Ah, empatizar con los terroristas y la ética del "todo vale desde nuestra superioridad moral", ya te capto.



No pidáis perdón, chicos, yo tampoco lo pido cuando me descojono de risa, cada vez que me acuerdo del graciosísimo incidente en el que a Olaia Castresana se le fue la olla. Desde luego, tampoco es como para empatizar conmigo, la gente, en ocasiones, somos himphames, hinpresetavles y bomiti boss.

miércoles, 7 de marzo de 2018

Bombachazo

Navegando por internet al buen tuntún, combino mis habilidades de navegandul y naveganso, con un puntito navegamberro y, tratando de desenredarme en la imposible maraña combinada de "news" y "fake news", tejida en torno a la extravagante convocatoria de huelga del 8 de marzo, me doy de morros con esta pintoresquísima imagen:


Analizada sin atender demasiado al contexto, parece la que un lunático machista hubiera diseñado para desacreditar a todo lo que rodea a tan polémica iniciativa.


Por una parte, siendo varón heterosexual como es mi caso, resulta difícil escapar al erotismo de la propuesta, pero consciente de que ya estoy un poco mayor, lo intentaré, sin dejar de señalar que las guapas modelos que posan son, hasta cierto punto, poco representativas de la masa de féminas llamada a parar mañana, puesto que el atractivo de su imagen (que no es casual) está por encima de la media, es decir, se cae en el sesgo pretendidamente denunciado por machista.


Dejaré aparte también un cierto aire, como de velo islámico, en las bragas usadas para tapar los rostros, porque es bien sabido la admiración que esa cultura despierta en los grupos feministas que jamás denuncian desliz machista alguno en tan igualitaria cultura.


No entrando pues en mi parecer "ciudadano" ni personal sobre la pertinencia o no del hemiparo anunciado para mañana, el cartelito me parece uno de los anuncios que más descrédito podrían arrojar sobre la iniciativa, si fuera observado por un testigo neutral, pongamos, un intelectual hermafrodita, aunque quizá no haya que acudir tan lejos para percibir que la imagen es francamente estrafalaria y ridícula. En cuanto al paro propiamente dicho, solo diré que ha producido mucho contento en mi hijo el pequeño, que tendrá un inesperado día de fiesta en el instituto porque "no va a ir nadie"; a los estudiantes les encantan las huelgas, son el grupo más fácilmente manipulable, perdón movilizable, cualquier oclocracia contará siempre con ellos.


Como, aunque nunca lo consiga, siempre intento ser ecuánime, busco el contexto concreto de la movilización a que se refiere el cartel y lo encuentro en un diario argentino (en tan bello país, las bragas son bombachas), al parecer, las trabajadoras escénicas de allí convocan una protesta para denunciar su situación laboral que imagino, sin esfuerzo, sujeta a las más variadas y evidentes discriminaciones, pues es frecuente entre las chicas de la farándula estar explotadas, mal pagadas y acosadas, salvo unos pocos centenares de casos que me vienen a la mente en este momento y que no son representativas del colectivo.



Aunque claro, si viéramos, señoras y señores, a unos maromos reivindicando que su masculinidad no fuera desdeñada, con la cara tapada por sus propios calzoncillos, se expondrían a ser tildados de exhibicionistas o de gilipollas y pensaríamos que se les había ido la pinza.

viernes, 3 de noviembre de 2017

Perdido En El Supermercado

Decía el humorista Perich: “la experiencia nos enseña que la experiencia no sirve para nada”.

Andaba yo pensando hace unas decenas de meses que me serviría de la presente publicación para compartir mis experiencias como “trabajador de la enseñanza” en un pasado cada vez más remoto y, el otro día, la visita de un ex colega me hizo percatarme, con meridiana claridad, de que, apenas quitas el pie de las aulas, donde el que imparte y reparte se queda con la peor parte, te has convertido a todos los efectos en un fósil, cuyos conocimientos sobre competencias educativas y tedios similares, apenas serían de aplicación en el reino visigodo de Witiza, aquél en el que aún se empleaba la tiza.


No obstante, hoy traigo el tema porque aún continúo buscando aquella “autoridad” tan problemática en el ámbito docente y que, desde luego, no sería devuelta por ciertas pintorescas medidas gubernamentales amagadas por el pepé cuando tenía mayoría absoluta. De modo impersonal observo (y padecía cuando estaba en activo) que escuelas, institutos y otras guarderías adolecen de una alarmante falta de ascendencia o predicamento sobre su inmadura clientela que, en cambio, sí se otorga a la publicidad en los medios de comunicación de masas a la hora de impartir conocimientos, actitudes y valores.



Esto siempre me dejó perplejo: como cualquier docente me daba cuenta de que si mis enseñanzas contradecían las de la televisión, los anuncios o la prensa deportiva, por ejemplo, los receptores ni siquiera se sometían a
 la molestia de tomarlas en consideración para contrastarlas: simplemente las arrumbaban al rincón de las telarañas con las lenguas muertas, las especies extinguidas y las consejas de viejas. Ni más ni menos que si estuviera hablando de cuan largas y tupidas debieran ser las enaguas para alcanzar la decencia.


“¿Te gusta conducir?” Y hasta el menos aplicado de mis alumnos sabía la respuesta encarnada en una prestigiosa marca de coches, debería haberme animado a poner esta pregunta en un examen, en lugar del área del círculo (por cierto, las cifras más bajas de fracaso escolar, se dan en las autoescuelas).


Por eso me llamó la atención el texto que voy a transcribir, del escritor francés Michel Houellebecq. Lo he sacado de una recopilación de artículos, entrevistas y pequeños ensayos que publicó con el título de “El mundo como supermercado”. Lo propongo como reflexión para profesores y maestros y, por hoy, me eximo de dar más la brasa, ahí va:


“La publicidad instaura un superyó duro y terrorífico, mucho más implacable que cualquier otro imperativo antes inventado, que se pega a la piel del individuo y le repite sin parar: «Tienes que desear. Tienes que ser deseable. Tienes que participar en la competición, en la lucha, en la vida del mundo. Si te detienes, dejas de existir. Si te quedas atrás, estás muerto.» Al negar cualquier noción de eternidad, al definirse a sí misma como proceso de renovación permanente, la publicidad intenta hacer que el sujeto se volatilice, se transforme en fantasma obediente del devenir. Y se supone que esta participación epidérmica, superficial, en la vida del mundo, tiene que ocupar el lugar del deseo de ser. La publicidad fracasa, las depresiones se multiplican, el desarraigo se acentúa; sin embargo, la publicidad sigue construyendo las infraestructuras de recepción de sus mensajes. Sigue perfeccionando medios de desplazamiento para seres que no tienen ningún sitio adonde ir porque no están cómodos en ninguna parte; sigue desarrollando medios de comunicación para seres que ya no tienen nada que decir; sigue facilitando las posibilidades de interacción entre seres que ya no tienen ganas de entablar relación con nadie.”




viernes, 1 de septiembre de 2017

Sortilegio 155

Pese al desinterés que, por activa y por pasiva, atesoramos y exhibimos, no hemos podido sustraernos a la cifra machaconamente insuflada por periodistas, tertulianos, políticos y otros agoreros profesionales: el 155.

 - Dígame, señá Benita, ¿usted cree que es oportuno aplicar el 155?


 - Hombre, si han fallao el 153 y el 154, no habrá más remedio...




Pertenezco a la extensa pléyade de ciudadasnos que, o no hemos leído la Constitución en absoluto, o le hemos dado un distraído vistazo. En mi caso, inicié alguna lectura asaz descuidada, cuando preparaba en la escuela alguna clase de Educación para la Ciudadanía, aunque esta materia acabó centrándose más en respetar los derechos de los menores transexuales y ponderar los logros de razas más interesantes que las indoeuropeas. La lectura de la Carta Magna me aburría rápidamente y acababa considerando que aquello era un asunto más bien de leguleyos y otras gentes tocadas, o más bien, togadas.




Es como si pensáramos que la democracia y los derechos ciudadanos se dan de manera absolutamente espontánea en los árboles y, en todo caso, ya habrá algún pringado que los pode, los abone y los fumigue si semejante molestia fuera necesaria, ¿verdad? A mí me da una envidia pasmosa cuando en las pelis americanas, los protagonistas salen con aquello de la Segunda Enmienda y todos fingen conocer, respetar y apreciar, desde la escuela, el articulado de su Ley Fundacional, de la Constitución de 1776 que, al parecer, recitan de memoria. Soy consciente de que el guion está estilizado, los personajes están embellecidos y la realidad está edulcorada, y allí, como aquí, también habrá cernícalos, boniatos, piratas y borricos. Allá como acá, “de cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa”. Antonio Machado dixit, el okupa de la placa de una plaça de Sabadell. (Por cierto, es falso que el informe encargado por el municipio aconsejara renombrarla Plaça del violador de l’Eixample o Plaça dels executors de Bultó, como han difundido algunos medios hostiles a la CUP).




Pero bueno, volvamos a la Constitución Española de 1978 (que en Cataluña obtuvo la despreciable cifra de un 90 % de votos a favor, quizá debido a que tan sólo 2 de los 7 ponentes o redactores de su enrevesado texto eran catalanes), y a su artículo 155, del que aquí se habla últimamente hasta en los bares, “marchando un 155 con leche del tiempo”. Tengo que reconocer, con indisimulado bochorno, que no he leído nunca el artículo de marras, así que entro en la página del BOE, descargo el texto constitucional de 1978 en PDF, elijo el idioma y esto es lo que pone, tal cual:


“Artículo 155.  1. Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general. 

2. Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.”



El texto, la verdad, parece bastante pertinente al caso, si uno se toma la molestia de escuchar a las autoridades de cierta comunidad autónoma que se pasan por el forro diariamente, desde hace un lustro más o menos, las obligaciones que la Constitución les impone, el interés general de España y cualesquiera otras consideraciones o responsabilidades que la representación del Estado en su territorio les reclame. Nada. Ni puto caso. ¿Se ha tomado el Gobierno semejantes molestias? A tenor de sus actos, parece bastante dudoso, aunque, ¿qué podría hacer en realidad? “Dar instrucciones” no es muy preciso. Igual ya las ha dado y el terco adalid de la desconexión no las ha descifrado, o las ignora, y entonces ¿qué? ¿Se le lanza un sortilegio que lo degrade de Presidente electo a parado de larga duración, o más útil todavía, a barrendero con contrato basura? Ay las leyes, qué seguimiento tan desigual, mientras las leyes antitabaco se aplican a rajatabla (prueba a encenderte un cigarrillo en el tren, si todavía para alguno en tu pueblo), la pobre Constitución languidece en la inopia del Derecho, qué fracaso colectivo.



Voy a terminar esta recalcitrante monserga, con dos citas literarias que vienen a cuento y me vienen de fábula:


“No hay camino más largo que el que no conduce a ningún sitio”.


“¿De qué sirve una ley justa y válida si no se puede hacer cumplir?”


Ignacio Martínez de Pisón, de su novela “Derecho Natural”.


Pues eso.

martes, 22 de agosto de 2017

Carmageddon En Barcelona

He leído en algún sitio que se acaban de cumplir 20 años del lanzamiento de este popular videojuego, que está resultando una inagotable fuente de inspiración para un número preocupantemente elevado de imamporreros, islamotarados y musulmajaderos que, sin estar provistos en sus miserables existencias de otra cualidad que la capacidad de ocasionar entre el resto de los seres humanos el mayor daño, dolor y destrozo posible, ven facilitado su funesto propósito por la palmaria incapacidad de autoridades, la soñolienta decadencia de instituciones y la alegre y confiada ciudadanía, sin otra aspiración ni responsabilidad que pasarlo bien.

Carmageddon es una fantasía, hecha macabra realidad varias veces recientemente, en plan autos de fe, no sé si se pilla el juego de palabras antirreligioso. Lo deliciosamente siniestro del asunto es que probablemente alguna de las víctimas jugaría, en su momento, al popular juego en el que el atropello de peatones indefensos daba puntos extra. Pobres, pobres de nosotros, con nuestras fantasías más aterradoras puestas en manos de los que peor nos quieren.



Desde luego que salir de la inanidad en esta atroz guerra, que nos ha sido declarada al conjunto de la población de Europa Occidental por aún no sabemos bien quién, nos llevará algún tiempo y es fácil parlotear sobre estos ataques indiscriminados y horrorosos (como yo estoy haciendo), evidentemente una cosa es experimentar el dolor, el horror, el pánico y la repulsa, y otra muy diferente tener la menor idea de cómo atajar o precaver estas dantescas matanzas con las que los chicos del Corán nos están obsequiando de unos pocos años a esta parte. Fíjate, ni siquiera las autoridades se sienten responsables de no tener la menor idea al respecto: incluso aunque la alcaldesa de la indefensa ciudad atacada por la horda islamista, hubiera atendido a las indicaciones del ministerio del interior y hubiera sido capaz de descifrar la recomendación de poner barreras físicas en el acceso al circuito de la muerte, podría no haber servido de nada. Simplemente no puedes detener a todos aquellos que te quieren mal y están dispuestos a hacerte daño sólo porque sí: siempre encontrarán la manera de saltarse los bolardos, proveerse de explosivos, o rajar a atemorizados transeúntes. Siempre que su intención sea esa y sólo esa, no pueden fallar.



He tardado unos días tras esta exhibición de atrocidades en acertar a expresar una opinión, en primer lugar porque ni es valiosa ni nadie me la ha pedido; en segundo lugar porque no quería darla en caliente, donde lo único que alcanzo a barbotar son palabrotas y preposiciones y, en tercer lugar, porque quería disponer de una información lo más contrastada posible, cosa que, a bote pronto los actuales medios de comunicación imposibilitan, ya que las primeras cuarenta y ocho horas son de ruido y furia, accediéndose muy poco a poco a las noticias propiamente dichas, cuando la parroquia empieza a estar saturada del asunto y ya no le presta la menor atención.


A mí, una vez pasados el espanto y la conmoción, lo que más me sorprende es ese “¡no tenim por!” No tenemos miedo, coreado por la peña para darse ánimos. ¿Que no tenéis miedo? Pues yo me cago por la pata abajo: en primer lugar, no sabes quién te golpea, ni cuándo repetirá, ni dónde le vendrá bien, ni por qué o por qué no estas señalado, ni qué emplearán para liquidarte y no tienes ni refugio antiaéreo ni sirenas de alarma, bueno, te queda el consuelo de que peor y mucho más peligroso era la peste negra, los campos de exterminio nazis, o ser residente en Hiroshima en agosto de 1945. El que no se consuela es porque no quiere.



En esta inanidad, consustancial a la vida posmoderna, el único recurso que nos queda es ampararnos en las estadísticas del horror, la mutilación y el sufrimiento (es poco probable que nos toque a nosotros o a los seres cercanos, de hecho es mucho más probable que nos alcance un accidente de tráfico, aunque en este caso ayuda bastante la prudencia, virtud que en el supuesto anterior no sirve para nada), nos queda también quizá, tocar madera y meter la cabeza entre las rodillas, pero miedo vamos a pasar un rato, por eso lo llaman terrorismo, ¿no? valga la redundancia.


De todos los efectos atroces que la cosa puede tener, el sumergirnos en una marea de desconfianza e incertidumbre (más alla de las inherentes al mundo que disfrutamos), la eventual pérdida de libertades y garantías, o el que nos toque otro Zapatero y vuelva a bajar el sueldo de los funcionarios, o peor aún, que repunten con fuerza alternativas autoritarias, fascistas o xenófobas, de todas las secuelas como digo, la que a mí primero me alcanza y me molesta de lo lindo es soportar a los quintacolumnistas que, sin saber todavía quién es el enemigo, ya lo defienden, encaminando todos sus esfuerzos a demostrarnos que la culpa la tenemos nosotros, es decir, que los agresores somos nosotros o, por concretar esta vez, la pobre gente que falleció atropellada en las Ramblas y que, entre otros muchísimos agravios, eran responsables de... Yo qué sé... no haber velado por la decencia de sus mujeres, no haber puesto fin al conflicto sirio, haber desencadenado el cambio climático, haber depuesto y ejecutado a Gadafi y a Sadam Husein, no haberse implicado con la causa palestina, haber esquilmado los recursos de los países pobres (evitándoles disponer de su propia flota de furgonetas), o haber participado en la expansión de un turismo “depredador, elitista y masivo” (según denunció la CUP).



Pobre, pobre gente, atropellada dos veces.

miércoles, 9 de agosto de 2017

Noticias Mías

“¡Tendrás noticias mías! ¡Te enviaré a mis abogados!” Así solía despedirse, años ha, un colega bienhumorado, emulando al Marx bienhumorado, es decir, a Groucho. Acabo de constatar, con alarma, que han pasado casi dos meses desde que publiqué la última entrega en esta página desdichada, donde las visitas hubieran caído en picado de haber habido espacio que tal cosa posibilitara. Bien es verdad, sin que sirva de excusa, que mi vetusto ordenador ha necesitado un lifting urgente y ha estado varios días en la clínica. Y yo en el paro, siendo que no me veo capacitado a estas alturas para encontrar alternativas, sea con un tablet, con un móvil o con cualquier otro emisor de señales de humo tecnológicas. Tampoco es que me haya esforzado.

Porque uno llega a una edad en la que la aspiración inconfesada es minimizar las relaciones con los coetáneos que, a sí mismos, se dotan del nombre de amigos. La amistad es una carga llevadera en los años académicos: uno forma parte de un grupillo de afines para alborotar, gamberrear, abusar de los más débiles, o formar un rebaño lo bastante tupido y apretado para defenderse de los más fuertes. Más tarde uno se integra en una pequeña jauría para salir a la caza de los del sexo opuesto con ánimo de conquista sexual, o simple ligue de pasatiempo. Conforme se van consiguiendo los propósitos que propiciaron semejante agrupación, la jauría va menguando con las inevitables defecciones de los que han conseguido liarse. Por fin, uno trata de alcanzar una afinidad en petit comité, para compartir gustos, yo qué sé, comentar libros, música, películas, gastronomía, moda o deportes. Estas relaciones suelen ser más duraderas en el tiempo, pero al final se agotan por el inevitable desgaste de la complicidad, cuando no acaban en una insalvable controversia (“¿Cómo va a ser el cine de los Coen mejor que el de Scorsese?” “Pero ¿aún sigues anclado en Pink Floyd? A mí siempre me parecieron la síntesis perfecta de lo aburrido, lo pretencioso y lo infumable.”)



Conforme van pasando los años, si has alcanzado el privilegio de soportarte a ti mismo, lo más cómodo y saludable acaba siendo minimizar o constreñir las relaciones llamadas de amistad. Y es lo que hacemos todos, al menos en este planeta solitario y polvoriento, en el que las bolsas de plástico asfixian el mar y la resignación asfixia la tierra firme. Yo prefiero soportar a Sibelius, a Borges o incluso a Dostoievski, que a mis amigos de carne y hueso. Tal cosa, durante mi juventud, me resultaba difícil de prever, incluso difícil de imaginar, pero sobreviene y en éstas estamos. Por eso ideé, a modo de preservativo, este malhadado blog. La idea era muy simple, contarles a mis amigos lo que se me pasara por la cabeza, para evitar el temido “¿Qué te cuentas?” que me solían espetar cuando hacía días que no nos veíamos y que me dejaba, indefectiblemente, en blanco.



Y es que, claro, si no acostumbras a practicar la pesca submarina, a subir al Kilimanjaro o a representar a alguna infanta en los tribunales o a algún grupo social desfavorecido en los escraches, tienes que echar mano de tu aventura anímica que es mucho menos interesante y a la que nadie tiene la menor intención de atender. O de tus cada vez más frecuentes y aburridas relaciones con las autodenominadas autoridades sanitarias que, a estas alturas de la existencia, viven de decretar nuestra ruina y sacarle todo el partido posible.



“¿Qué es de tu vida?” Me dispara el amigo en los cada vez más ralos y raros reencuentros, “¿cómo lo llevas?” Y esto me pone en la pista de que no ha leído una sola palabra de las que esa especie de ego náufrago y cargante ha echado en el mar durante las últimas semanas. Pero, por dios, ¿yo qué coño esperaba? ¿Qué me preguntara por el catálogo de puertas rústicas de la provincia? ¿Qué se asombrara de mi preferencia por un poeta tan viejuno como Dámaso Alonso, habiendo poetas que conectan con las inquietudes de los jóvenes y los problemas de nuestro tiempo, como García Montero? Vaya pretensión la mía. Pues no, como dicta la lógica, un simple y mondo “¿qué has hecho últimamente?”


”Nada”, respondo aliviado. Y él me cuenta su más reciente cénit turístico, o los últimos vaivenes de su tensión arterial y sus niveles de azúcar, sus molestias articulares y otras fascinantes aventuras dignas de mi embeleso. Conforme oigo este runrún, acierto a explicarme la carencia de lectores y admito que habría que establecer una edad, no mucho más allá de aquella a la que he accedido superando incluso un cólico miserere, en la que todos los varones fuéramos puestos bajo la tutela de un personal trainer que nos sugiriera, con inflexible delicadeza, la conveniencia de ahorcarnos.



Por nuestro propio bien.

miércoles, 21 de junio de 2017

Carta A Los Que Defienden Los Intereses De Los Trabajadores

Es fama que en el sindicato CC.OO. han cabido “sensibilidades políticas” muy dispares, incluso la mía, que es como decir ninguna, pues el lector de este blog sabe de mi afición por la papeleta personalizada y el voto nulo: en consecuencia, aquellos que están parasitando las instituciones, han llegado a ellas sin mi voto y, de momento, no pienso emplearlo para cambiar de parásitos.

Pero volviendo al sindicato que, a menudo ha hecho gala de independencia política, aunque algunos sospechamos que, al comienzo de la transición, estaba vinculado al PCE de los entrañables camaradas Carrillo e Ibárruri, más tarde se decantó hacia la interesante pero poco exitosa propuesta de Izquierda Unida y ha llegado ahora, falto quizá de una orientación política transformadora y con cierto grado de viabilidad, a alinearse, en estos últimos meses, con el separatismo catalán (a no ser que la prensa de la posverdad mienta en bloque). Si no he entendido mal, en el asunto público que más divide y enfrenta a la ciudadanía de este país, nos hemos posicionado a favor de un referéndum pactado. Gran idea, compañeros.



Si no se pacta el referéndum, los independentistas, con el jactancioso Tardá y el deslenguado Rufián a la cabeza, aseguran que lo harán igualmente y nadie podrá pararlos, vale, son muy capaces, les creo. Ahora bien, pactándolo, también se hará y con mayor legitimidad para los ya muy crecidos secesionistas. Entonces, ¿cuál es la ventaja del referéndum pactado, compañeros? ¿El alinearnos una vez más con un pueblo oprimido al que no dejan ejercer sus derechos democráticos? ¿De verdad es esto lo que pensamos?


Y yo, llegados a tal punto, no tengo nada contra esta nueva orientación: si estáis convencidos de que una Cataluña con Estado propio mejorará los salarios, asegurará las pensiones, mitigará la precariedad de empleo y elevará los niveles de solidaridad, a mí me parece muy bien, doctores tiene la Iglesia. En lo que no estoy de acuerdo es en participar personalmente, como afiliado, digo, en semejante proyecto en el que además yo no podría votar, aunque me parece que en esta ocasión sí querría hacerlo.


Así que he escrito una breve carta para que me den de baja en la central sindical donde, antes de estos tiempos de singular turbulencia y discordia, me he sentido bien tratado y bien atendido. En contra de mis usos habituales, he redactado un texto muy breve y lo transcribo literalmente aquí, para recordar mis motivos en un futuro donde la república catalana alcance cotas de bienestar que al resto nos están vedadas. Añado el (bonito) carnet, que devuelvo, y los enlaces a las noticias de la prensa que me parecieron más... difíciles de compartir:



“En Monzón a 20 de junio de 2017.


Apreciados compañeros:


 Con motivo del reciente congreso de CC.OO. en Catalunya, en el que se ha acordado por amplísima mayoría apoyar la celebración de un referéndum independentista, considero que el sindicato de clase, igualitario e internacionalista ha dado un paso decisivo en apoyo de la secesíón de los territorios más prósperos del Estado y en contra de la redistribución más equitativa de las rentas, que perjudicará a comunidades como ésta, más pobres, más despobladas y con menores oportunidades de trabajo: cómo conseguís superar la contradicción de que lo que es válido para personas (apoyo a los más desfavorecidos) no es válido para comunidades (privilegios para las más ricas) es algo que no comprendo y he decidido que este doble rasero ya no representa a los intereses de los que somos ciudadanos de las comunidades de segunda.


Pagaré la cuota del presente trimestre, pero no me mandéis más recibos, pues los devolveré al igual que el carnet que os adjunto, con la convicción de que representó una buena experiencia durante una buena temporada.


Un cordial saludo y os deseo muchos éxitos sindicales, particularmente allí donde los merecéis, en Catalunya.


Firmado: Himphame con su alias civil.”



Enlaces:

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2017/04/04/catalunya/1491329863_165086.html
http://cronicaglobal.elespanol.com/business/ccoo-referendum-pactado_70998_102.html
https://okdiario.com/espana/cataluna/2017/06/12/sindicalistas-independentistas-ccoo-ugt-otras-centrales-haran-pedagogia-del-referendum-ilegal-1068204

miércoles, 17 de mayo de 2017

Elige Tu Gente Indeseable Con El Tramabús Personalizable

El portentoso (¿o portentóxico?) aspirante a Gran Timonel de las españas plurinacionales ha parido una idea luminosa, aunque todas sus ideas son luminosas (y, por supuesto, paridas). Ha mandado pintar en los laterales de un autobús las efigies de sus enemigos personales más aborrecidos y, aprovechando que tiene mano en algunos medios de comunicación, lo ha paseado y publicitado por ahí, para escarnio de sus denostados antagonistas, a quienes él denomina “los corruptos que parasitan las instituciones”.

En un país donde el aborrecimiento prolifera tanto, me pareció que el tío se había permitido darse un gustazo, merced a una idea de perlas, una ocurrencia salvaje. No muy original, claro: ya Dante Alighieri publicó en el siglo XIV una obra en la que mandaba nada menos que al infierno a un montón de molestos adversarios...



Pero, ¿cómo hacer que este sano revanchismo llegue a las masas desheredadas, a los excluidos que no tenemos el favor de potencias extranjeras que financien nuestros caprichos de automoción? En la página web de la organización incorrupta, pusieron un “Tramabús” recortable, colorido, bonito y barato, que podría saciar nuestros bajos instintos, pero tiene un par de inconvenientes que me han llevado a rehacer la propuesta, para adaptarla a todo tipo de gustos, necesidades y preferencias: te presento el “Infamabús”.


En primer lugar no todos compartimos los gustos del Comisario Supremo en punto a enemigos, por lo tanto yo he dejado como siluetas en blanco los infamados, para que tú recortes y pegues allí fotos de quien quieras de acuerdo con tus antipatías concretas, yo que sé, por ejemplo si eres del Barça, puedes poner allí a Cristiano, Florentino, Pepe... y así. Es una sugerencia, imagino que si eres contrario a la tauromaquia, un homófobo, o un soberanista manchego, ya sabrás a quién poner.



Por otro lado, el “Tramabús” adolece de una inexplicable falta de paridad: hay doce maromos y una sola chica, la Espe, la favorita de los haters españoles. Está más descompensado que el pueblo de los pitufos: ¿cómo es posible que un movimiento político comprometido con la igualdad de género cometa semejante desliz? Puede que el promotor sea tan macho que sólo odie rivales machos... pero tan evidente patinazo también queda resuelto con las siluetas en blanco carentes de género prefijado (no me deis las gracias).

 
Bájate la imagen, imprime, recorta, dobla y pega...
¡Y a poner tus villanos favoritos!
 
Podría parecer que, como todo lo relacionado con el vivaz mundo de los “Neocom”, esto también me lo tomo a chufla, pero nada más lejos de la realidad, a mí me parece un precedente de singular infortunio en nuestra ya muy fétida cosa pública, fruto, no sólo de la patente especialización en pensamiento Alicia de los que lo han fletado, ya que, como se señala en la magna obra de Carroll, “la sentencia es lo primero, el juicio vendrá después”. No se me entienda mal, no rompo ni media lanza a favor de la comunidad caricaturizada en el siniestro vehículo, ni de su inocencia, ni de su honradez, pero es obvio que no se trata de una denuncia: es más bien un linchamiento. Y, si hay por ahí españoles que estén creyendo en que, con mucho esfuerzo, nos estábamos intentando dotar de instrumentos para hacer cumplir algún tipo de justicia, es un insulto a todos ellos.


Que yo sepa, algunos de los muchachos dibujados a babor y estribor no tienen casos abiertos. Eso quiere decir que se les infama gratuitamente. Y esto nos lleva a la cuestión de la inseguridad jurídica, ¿Cómo sabes que no vas a aparecer mañana tú, en las portezuelas del coche de línea de tu pueblo? ¿Qué harás, si te arrastran por el fango, sólo porque a unos autonombrados guardianes de la ética pública, les caes mal? Si alguno de los retratados resulta ser algún tipo de persona intachable dentro de los límites de la actuación pública ¿qué harán? ¿Fletarán el "Disculpabús"?


Estos muchachos han dado un importante primer paso, que puede llevarles a inusitadas metas: algún agorero señala, entusiasmado con su gafe, que podrían llegar a ser la franquicia de ETA a nivel de todo el territorio estatal. Creo que, pese a que van bien encaminados, es exagerar un poco las cosas. De momento, a las simpáticas caricaturas del autocar, ni les han pintado una diana en la cabeza, ni las han rotulado con el apelativo inapelable: “cipayos”.


Ojo a la memoria histórica y sus lagunas, pues no siempre quien siembra la discordia cosecha los frutos previstos, ¿o sÍ?

miércoles, 8 de febrero de 2017

Tres Años Sin Fumar (Pero Vapeando Con Ganas)

Empecé a fumar en el verano del 82. La pésima actuación de la Selección Española de Fútbol en el infausto Mundial del Naranjito me echó en brazos de la que, durante más de 30 años, sería una de mis adicciones favoritas. Un paquete diario, primero Florida, luego Chesterfield. En enero de 2014, estaba un poco harto del tema: me cantaba la caja (torácica) y las autoridades se habían puesto pesadísimas con la persecución de los fumadores. Fumar era casi tan impopular como cometer un acto terrorista; en algunas comunidades, más.

Había probado a dejarlo por las bravas. Era muy arduo (cualquier fumador lo sabe) y mis éxitos alcanzaban, como mucho, 40 días de abstinencia, hasta que volvía a echarlo de menos y, primero un cigarrito, luego uno al día, dos, tres... Y, clac, de vuelta al colectivo de adictos.
Cuando “se puso de moda”, hace tres años, abrieron una tienda de cigarrillos electrónicos en mi pueblo (y ahí sigue, “La Boutique del Vapeo”), me picó la curiosidad por probar una alternativa al tabaco y aquí estoy, con una nueva adicción, al parecer menos nociva, pero mucho más gratificante y divertida.


Mi kit favorito a día de hoy

Por un lado, no quiero hacer como el converso y cantar las excelencias de la nueva fe en lo saludable, entretenido y delicioso de aspirar densas nubes de vapor con aromas de vainilla, canela, regaliz o arándanos. Por otro lado, no puedo dejar de comprender que se trata de otra adicción y que saludable, lo que se dice saludable, hubiera sido dejar el tabaco y respirar el fresco y purísimo aire del Tíbet.


Una repisa con "atos"

Pero respecto de los vicios y caprichos que hacen llevadera la existencia, terminaré con un conocido chiste, uno que ya contaba Eugenio cuando empecé a fumar. Un hombre va al médico y éste, tras examinarle, comenta: “Le veo muy mal, como siga así cualquier día puede darle un infarto. Así que, de momento, nada de tabaco ni de alcohol. El café, con cuentagotas. La sal, ni probarla. Dulces y embutidos, prohibidos. Y el sexo, en fin, a su edad es más saludable para el corazón andar dos o tres horas diarias”. El paciente, muy preocupado, pregunta: “Doctor, ¿y de este modo usted cree que podré vivir más tiempo?” A lo que contesta el médico: “No tengo ni idea, pero, sin la menor duda, se le hará muchísimo más largo.”


Pues eso. Te enlazo a un vídeo que es de lo más serio que he visto sobre el fenómeno y su toxicidad relativa inferior a la del tabaco. Y a una encuesta, por si eres de los que han tenido la suerte de cambiar los humos por los vapores. Salud.


jueves, 2 de febrero de 2017

Mamíferos Al Poder 1

De verdad que no tengo nada contra los mamíferos. Algunos, si están bien cocinados, son deliciosos y otros no dejaban de hacer mis delicias en el circo, cuando iba de niño a ese festivo y maloliente espectáculo, del que he disfrutado siempre más que, por ejemplo, de las óperas de Wagner.

Si los citados mamíferos son antropomorfos, ya me producen un poco más de desagrado. Un amigo, animalista como él solo, me calienta siempre los cascos con estas baratijas ideológicas que hoy están tan de moda: al menos los grandes simios, dice, deberían tener los mismos derechos que los seres humanos; si estás en contra de esto, dice, no distas mucho de los racistas del siglo pasado. Como no me gusta discutir con iluminados, le contesto que de acuerdo y que, en todo caso, me gustaría ver la cara que pone cuando se entere de que un orangután comparte pupitre en la escuela con su hija, o cuando él sea ingresado en el hospital con neumonía y comparta habitación con una familia de amistosos gorilas, con derecho a la mejor sanidad pública del mundo.



Por mi parte, me entero con desazón de que en muchas localidades han prohibido o estudian prohibir el uso de animales no humanos en los espectáculos circenses, con la encomiable determinación de evitar el maltrato y las vejaciones que los pobres bichos sufren para recreo de niños malcriados, que son siempre los de los demás.


No es que yo sea partidario, en modo alguno, de dicho maltrato o, al menos, del que se produce de forma gratuita, pero déjame expresar un desacuerdo absoluto de raíz democrática. Si el preboste o el prócer de turno se siente conmovido y horrorizado por el espectáculo de un domador blandiendo el látigo, lo que podría hacer es no acudir él mismo a un espectáculo que le parece tan denigrante, ya que su sensibilidad se resiente. Sin embargo no entiendo por qué debería prohibírnoslo a los demás. No te gusta el rock: no vayas a los conciertos, pero no me vengas conque es una música denigrante y hace sufrir a los oídos.


Lo mismo el fulano, en su furia defensora de la biosfera, un día prohíbe la pesca del mejillón, conmovido por el padecimiento de los pobres moluscos, sometidos a la agresión de la salsa picante, o se preocupa por las desdichadas ubres de las vacas y tengo que echar yeso en el café del desayuno. Hasta ahora tenía entendido que se legislaba para la protección de los seres humanos y sólo éstos eran sujetos de derechos, pero un concejal de mi pueblo ha decidido ya que representa a las cebras. O a los buitres.


Por no hablar de la tauromaquia: hombre, si rejonearan a un conseller en cap o le pusieran banderillas a un indigente, sí, uniría mi voz a la protesta general contra la barbarie...



Mi amigo el Resentido, que me está observando con desaprobación, me sugiere que deje ya de largar, no sin antes hacerme saber que su mamífero favorito es Scarlett Johansson y los mamíferos a los que más detesta son nuestros gobernantes, preferencias estas que me hace consignar, pese a que le advierto que no le interesan a nadie.
Pero él es muy cabezón.



Termino con una breve reseña acerca de un mamífero sorprendente y desconocido para mí hasta hace unos meses. Lo nombra Sheldon en The Big Bang Theory. “¿Sabéis cuál es el roedor más grande que existe? El carpincho.” Me hizo gracia y lo busqué en Google, hasta dar con una especie de hámster del tamaño de un cerdo adulto. A mí me parece un tanto temible, aunque dicen que es muy sosegado, de modo que algunos lo acogen como mascota y declaran estar encantados. Por mi parte no dejo de pensar que, como todo roedor, será voraz y un dispensador de cerullos al por mayor.

jueves, 29 de diciembre de 2016

Una Risa A Cuenta De La Desigualdad

Un amigo me ha mandado por Whatsapp la siguiente imagen que me ha resultado un tanto inquietante:


Gracias a aplicaciones como Whatsapp podemos intercambiar emoticonos a cascoporro, fotos de mascotas muy monas, platos muy apetitosos y chistes muy chabacanos... Pero éste me ha hecho recapacitar un poco. En primer lugar, ¿es un chiste? ¿Y a cuenta de qué me sonrío? ¿De la desigualdad? Entonces, ¿es una denuncia?


¿Con quién me identifico? Yo como proteínas todos los días, duermo caliente porque tengo un edredón muy bueno... ¡Y bajo techo! ¿Tengo mala conciencia por los que están achicando agua? ¿Respondo sinceramente? Pues no.


Por otro lado, me ha tocado trabajar toda la vida, quizá sea yo el que ha estado achicando agua durante miles de horas... ¿Tengo envidia de los que bogan tocándose el nabo? Pues tampoco.


Las soluciones políticas que brindan las derechas, serían seguirse descojonando de los que menean los cubos y, las que manejan las izquierdas, abrir un boquete en el lado de los que navegan menos aperreados. El populismo propone que, si todos nos concentramos, lograremos el poder mental necesario para cambiar esta barca defectuosa por un yate de 25 metros de eslora... Y gracias a todos ellos, seguiremos navegando como buenamente podamos.


Sin embargo, no dejo de reflexionar sobre las desigualdades económicas y sociales, pero en serio: España es uno de los países más igualitarios del mundo, pero uno de los menos igualitarios de Europa. Para medir esto más allá de las buenas intenciones, se usa el índice de GINI de distribución de la Renta. Si es cero, significa la igualdad absoluta, todos los sujetos reciben la misma retribución; si es uno, significa que un sujeto se queda con todo y los demás a verlas venir. En la CEE es de 0’30, en nuestro país es de 0’33 y en las repúblicas de Latinoamérica pasa de 0’50 (hasta 0’71). Para que te hagas una idea, los 20 españoles más ricos consolidan una renta equivalente a la del 20 % de la población menos afortunada... Pero si quieres saber más, ahí va un enlace:

http://www.pensandoelterritorio.com/el-indice-de-gini-y-la-desigualdad-en-espana/

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Caranchoa, Español Del Año

Casi todos aquellos que suelen despedir el año con un balance, están de acuerdo en considerar que 2016 ha sido un año horroroso en la mayoría de los aspectos: cultural, deportivo, sociopolítico, tecnológico y no sé cuántos más que ahora no se me ocurren.

La lista de óbitos entre las filas de los notables es abultada. Los que gozan de fustigar la corrupción a todas horas se han quedado sin su diana favorita, tras el fallecimiento de Rita Barberá. Los que añoran el glamour revolucionario de algunos despiadados dictadores del siglo XX, han perdido al emblemático Fidel... Por lo que a mis preferencias afecta, me he quedado sin David Bowie, Prince, Leonard Cohen, George Michael y Carrie Fisher (so long, Princess Leia).


Así que, a falta de grandes logros, de personalidades señaladas, en este país de charanga y pandereta, cerrado y sacristía, devoto de Cristiano y de María, de espíritu burlón y de alma inquieta, el personaje más relevante que encuentro para representar, definir, acaso emblematizar, el año que agoniza es el bravo y agresivo Caranchoa.



Para los tres españoles que aún no saben de qué va el cuento, la cosa parece dar comienzo en YouTube, donde un ingenioso muchacho, provisto del alias de GranBomba, gasta a los viandantes la siguiente broma repetida: “Disculpa, X, me podrías indicar dónde está, cómo llegar a tal sitio, a tal calle o plaza...” En donde X es un ingenioso insulto, normalmente compuesto, los más simpáticos son: bocachancla, soplanucas, papanatas, escupemierdas, cabezalmendra, pichacorta, peloestropajo y... Caranchoa. El viandante abordado con estos epítetos queda bastante perplejo, normalmente se incomoda y pasa del irrespetuoso bromista. Nada que no hayamos visto en programas de cámara oculta, pero el gracioso comete un error y aborda a un trabajador un tanto estresado: “Perdona, Caranchoa, me puedes indicar cómo llegar a la zona comercial”. Y ahí se produce el famoso rifirrafe en el que la víctima del abordaje le suelta un sonoro sopapo, una hostia, una bofetada, una galleta, un soplamocos o un guantazo de antología.



Me río un rato y luego reflexiono sobre un incidente que me parece enormemente indicativo del estado de la nación. A esto hemos llegado o esto es lo que damos de sí, claro, ahí estamos, como de costumbre, descubriendo la penicilina cada dos meses. Olé nuestros huevos. El vídeo se hace viral, la fama automática alcanza a los protagonistas: como presiento que dentro de dos meses nadie nos acordaremos de ellos, quiero dejar aquí constancia de algo que delata la verdadera naturaleza de nuestras inquietudes como pueblo soberano. Caranchoa rompe moldes y le rompe la cara al atrevido cargante. Éstos sí deberían copar la gala de los Goyas.



La modelo que participó en un pase de lencería en misa, Zetta o los inventores del iPhone extremeño, el jotero discapacitado, el Rodrigorrero de los contribuyentes y un largo etcétera de genios patrios, tendrán que aguardar su oportunidad por lo menos hasta 2017. A no desfallecer, muchachos, lo habéis tenido en la mano.

💣

viernes, 14 de octubre de 2016

Los Problemas De Los Españoles Según El CIS

Oigo en los medios cuáles son los problemas que agobian a los españoles, de acuerdo con el “barómetro” de la opinión pública del CIS, que este organismo infatigable elabora cada mes. Y como el asunto me llama la atención, allá que me sumerjo, en la página web de los que han pulsado y compilado nuestros volubles pareceres:
http://www.cis.es/cis/export/sites/default/Archivos/Indicadores/documentos_html/TresProblemas.html

Al parecer, se hace una encuesta mensual y cada compatrioto o compatriota escoge los tres problemas que más le torturan la serenidad. No sé si se va elaborando una lista abierta o se seleccionan de entre los que el encuestador dictamina, pero ha de tratarse de problemas del ámbito público, al parecer quedan descartados la alopecia, la obesidad, el declive sexual o los sabañones.




Estos son los siete primeros de la lista de septiembre (última publicada), infiero que las cifras son porcentaje de encuestados que señalan que el problema les roba horas de sueño:


El paro 71,6.
La corrupción y el fraude 36,6.
Los políticos en general, los partidos políticos y la política 29,3.
Los problemas de índole económica 23,7.
Falta de Gobierno 11,6.
La sanidad 11,2.
La educación 10,9...




Alucina vecina, me digo, ¿pero a ti nunca te han manipulado? Me repito. Y es que, quitando el obvio primer puesto, ya que somos el país con mayor paro estructural del G-69, algunos de los otros los encuentro un tanto inducidos: no puedo creer que a uno de cada tres paisanos le afecte la corrupción y el fraude, o esté tan harto de políticos (adversos a sus ideas, supongo) cuya presencia fuera de los medios es un puro espejismo. Me parece demasiado interés hacia cosas que afectan a la vida cotidiana de modo tan marginal.


Yo, ni siquiera conozco personalmente a ningún político, como no sea un concejal, y la corrupción y el fraude no los he podido ejercer: no he podido comprar un título académico, ni hacer que me retiren una multa o me recalifiquen un terreno que no tengo, o que me “cuelen” en las listas de espera de la seguridad social. En cuanto a la falta de gobierno, es una bendición... ¿O acaso echamos de menos sus cargantes decretos? 


Supongo que el problema es visto como fruto de los recortes en el sector público, cuando nos referimos a la educación y la sanidad,  pero ¿han sido alguna vez mejores? Yo siempre les he conocido, incluso en tiempos de alegrías presupuestarias, un nivel de prestaciones que, entregado al elogio, podría etiquetar como "pasable con apuros".


Pero lo que me deja turulato de veras son los problemas que no tienen presencia, que no afectan a mis paisanos. Te vuelco la lista de unos cuantos, con sus exiguos porcentajes, para que flipes:

Las guerras en general (Balcanes, Irán, Afganistán, Siria, etc.) 0,0. La violencia contra la mujer 0,9. Los problemas medioambientales 0,4. La reforma laboral 0,2. Refugiados/as 0,2. La monarquía 0,0. Los desahucios 0,6. El funcionamiento de los servicios públicos 0,7...


Aquí, la inducción mediática no ha tenido tanto éxito. Decididamente encuentro a mis conciudadanos indesCISfrables.