miércoles, 20 de mayo de 2020

La Niña Que No Tuvo Su Atlas

Ayer, las declaraciones de una eximia líder política, me trajeron a la memoria este bello poema de Alberti: 

LA NIÑA ROSA, SENTADA 

La niña rosa, sentada. 
Sobre su falda, 
como una flor, 
abierto, un atlas.

¡Cómo la miraba yo 
viajar, desde mi balcón!

Su dedo, blanco velero, 
desde las islas Canarias 
iba a morir al mar Negro.

¡Cómo la miraba yo 
morir, desde mi balcón!.

La niña, rosa sentada. 
Sobre su falda, 
como una flor, 
cerrado, un atlas.

Por el mar de la tarde 
van las nubes llorando 
rojas islas de sangre. 

Transcribo las declaraciones de la muy relevante política para pasmo del lector. Son literales, según las recoge Onda Cero: 

“Yo no me había dado cuenta nunca, la verdad es que a veces los mapas los tiene uno en la cabeza y los tiene mal. Yo no me había dado cuenta nunca en que, que Nueva York, Madrid, Teherán y Pekín están casi en línea recta, no exactamente pero casi en línea recta, en horizontal, que son TRES de las grandes ciudades donde se ha dado un problemón del demonio. El otro día leyendo, porque decían parece que tiene que ver con un determinado... con unas determinadas temperaturas que no son ni muy frías ni muy cálidas. Habían acabado dándose cuenta, a base de darle muchas vueltas, de cómo esto afecta, a diferencia de otros países que están, o por arriba o por abajo de ese... de ese tramo, ¿no?” 


Sublime, ¿no? Basta con ver dos minutos del vídeo. Si además, la deposición hubiera sido, que no lo sé, en sede parlamentaria, tendríamos ameritada una nueva Castelara. 

 Parece que la número dos del gobierno fue una niña que se quedó sin atlas y no pudo completar un bachiller digno, donde pudiera aprender la palabra latitud y le enseñaran a contar hasta cuatro. 

Uno de mi pueblo, uno de estos malvados insolidarios que deambulan todas las tardes con la cacerola y el palo de golf, tiene otra teoría, una de carácter conspirativo, según la cual, los miembros del actual gobierno serían prófugos de un colegio de educación especial, a los que la ingesta masiva de plastilina les habría concedido un maravilloso superpoder, que les permitiría hipnotizar amplias masas de bajo nivel cultural o intelectual y así ganar las elecciones... Le he dicho que lo dudo, pero el sigue erre que erre.


lunes, 11 de mayo de 2020

El Porvenir De Nuestra Tribu

Cuando el 10 de octubre de 2012 me dejé llevar por el afán de echar a andar este blog, destinado a recoger mis ocurrencias del momento, solamente me marqué una línea roja: bajo ningún concepto albergaría publicidad. Ni aunque tuviera decenas de visitantes al mes, ni aunque granizaran las ofertas, ni aunque me obligara un compromiso ineludible. Nada. 

Hoy acudo a transgredir ese límite: vengo a hacer publicidad de un libro que me ha gustado una barbaridad... haberlo escrito. 

Es una historia trepidante y conmovedora, divertida hasta el descojono y un pelín trágica, construida con una prosa tan cuidada como ha estado en mi mano en mis circunstancias, evitando en lo posible cualquier falta de ortografía y permitiendo tan sólo, aquellas incorrecciones léxicas o sintácticas que hicieran más jugoso el relato, amén de las que me hayan pasado desapercibidas. 

Un relato este, que trata de un porvenir distópico, con el mundo que conocemos colapsado, como es costumbre en semejantes historias. Y con territorios de inequívoca desolación, habitados por una dualidad de seres humanos peculiares. 

Por un lado, se nos da a conocer a las tribus salvajes del futuro. Los nietos de los nietos de nuestros nietos, algo involucionados y un pelín brutos, que sobreviven como pueden, es decir, alternando violencia e ingenio. 

Por otro lado, una sociedad inmersa en un colectivismo feminista muy aseado, resguardada en unas cúpulas urbanas bastante cómodas y aseadas y que se está planteando salir al exterior... ¿cuál será la relación entre las hipercivilizadas féminas de las resguardadas cúpulas y las tribus salvajes que sobreviven en los alrededores de mi pueblo, ochocientos años después de un cataclismo que ha arruinado hasta los últimos restos de la civilización actual?


Con más sexo del que esperas y más violencia de la que acostumbras a asimilar, esta novela transcurre entre la brutalidad y la ternura, entre el suspense y el melodrama, entre la angustia y la carcajada, entre lo inverosímil y lo necesario. Tres voces, en primera persona, te van a guiar por la madre de todas las peripecias. 

Si crees pertenecer al difuso colectivo de los lectores promedio, puedo asegurarte que no vas a lamentar haber dedicado tu tiempo a sumergirte en esta aventura tan alocada como insensata. 

Tres familiares y cuatro amigos que la han leído, con anterioridad a su publicación, me lo corroboran: les ha molado. Así que te pongo el enlace a la página de Amazon, donde la puedes descargar a un precio muy módico. Y, si tras leerla te quedan ganas, me comentas tus impresiones.

https://www.amazon.es/PORVENIR-NUESTRA-TRIBU-Victor-GALINDO-ebook/dp/B0855BLKFM/ref=sr_1_1?__mk_es_ES=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&dchild=1&keywords=el+porvenir+de+nuestra+tribu&qid=1589196145&sr=8-1


viernes, 17 de abril de 2020

Desistiré

DESISTIRÉ 

Cuando están las cosas tan jodidas 
nos encierran en nuestro ataúd, 
sin haber tomado otras medidas 
 que decir que es por nuestra salud. 

 Cuando las noticias y los bulos 
mezclan venenosos su aguijón 
y los que mandan se ponen chulos, 
tengo para tí otra canción: 

 Desistiré de saber lo que pasa, 
me volveré de humo para así salir de aquí 
y, si al final, los test demuestran mi contagio, 
sabré que estaba confinado 
con motivos de verdad. 
Desistiré, hay que seguir viviendo, 
soportaré más golpes y eso que ya me rendí; 
al ver expertos y ministros dar bandazos, 
 desistiré, desistiré. 

Cuando me pudra en esta basura, 
cuando el virus chino seas tú, 
cuando la crisis pase factura 
y no pueda ni pagar la luz, 

 Cuando Sánchez cumpla tres mandatos 
y yo siga aquí en esta prisión, 
cuando ya no encuentre los zapatos 
y salir ya no sea una opción: 

Desistiré, tullido frente a todo, 
me volveré de queso, para enmohecer la piel, 
y aunque los fans de la bebida soplen fuerte, 
soy la pajita que se tumba 
y ya nunca sigue en pie. 
Desistiré para seguir viniendo, 
encajaré los golpes y siempre me rendiré, 
ya que los sueños se me vuelven pesadillas, 
desistiré, desistiré...

Un vecino nos obsequia (a toda la calle) todas las tardes con un vigoroso tema del Dúo Dinámico que ya pasó por este blog. Como me encantan los pastiches, ha perpetrado éste, con la única finalidad de bajar la moral de mis compatriotas.

miércoles, 15 de abril de 2020

A La Tercera Va La Vencida

“Penoso Himphame:"

 “Como observo que tu blog anda muy de capa caída, me dispongo a ayudarte con una colaboración desinteresada. Para empezar: ¿cómo te se pudo pasar ayer la conmemoración de la fecha más relevante de nuestra Historia? Ya sé que te han abandonado las musas, aunque por lo que veo no las musarañas: te se pasó por alto nada más y nada menos que la onomástica de nuestra bienquista República. La segunda a todos los efectos, ¿en qué estabas pensando, mameluco?”

 “¿Acaso no recuerdas, botarate, que nuestra prioridad política esencial es instaurar, de nuevo, ese bendito régimen que tantos éxitos nos ha acarreado? ¿Qué coronavirus ni coronaleches? Si terminamos con la corona, se acaba el virus, joder, que no te quieres enterar de cuáles son las prioridades de la sociedad en la que vives, majadero.”

 “Mientras permanezcamos atados al yugo del heredero aborrecible de Fernando VII, esto no será, de ninguna manera, una democracia y, menos aún, una de verdad, una democracia popular. Un régimen donde los que paguen el pato no sean siempre los de abajo, donde no sean siempre los mismos desvaforecidos los que carezcan de una vivienda digna, aunque no sea un chalé, donde, en nombre de una supuesta libertad y unos supuestos derechos individuales, no sea siempre la misma oligarquía la propietaria de farmacéuticas, yates, clubes de fútbol, palos de golf y sobrasada de la mejor calidad. Ya estamos hartos y, con pandemia o sin pandemia, ha sonado la hora de todos, la de la tercera República, respondiendo a un clamor popular que se escucha del uno al otro confinamiento.”

 “No hagas caso del heteropatriarcado capitalista y los poderes financieros, que te amenazan con el consabido espantajo de una crisis económica que, esta vez, no vamos a permitirles usar como señuelo, ni alzar como dique contra los auténticos intereses de la gente.” 

 “En fin, Himphame mentecato, aunque tú, escudado en tu ilusa cortina de humo, te has esforzado en no recordarlo, ayer fue el día de la República. Y a la tercera va la vencida. Hoy como ayer, yo levanto el puño y, desde mi cenador, lanzo el saludo acostumbrado, Hasta Siempre, Comangante.” 

Y firma “Pavel”, ¿qué pensáis vosotros de este desatino? Yo, por si acaso, lo publico, respetando errores y erratas, por lo de la libertad de excreción.

sábado, 4 de abril de 2020

Yo No Salgo A Los Balcones A Aplaudir

Mi amigo el Resentido ha focalizado su ira y su malestar en la pandemia, el confinamiento y la impericia con la que nuestras autoridades afrontan esta catástrofe. 

Me ha hecho una videollamada a las ocho de la tarde, cuando los balcones de mi barrio se convierten en una animado anfiteatro que vitorea y aplaude a los de la farándula que, más bien o más mal, lidian, los pobres, con este horroroso guión que les ha tocado en suerte. 

Entre las ocho y las ocho y cuarto hay bullicio y alboroto, se diría que hemos acabado de ganar un mundial. Y puede que, a estas alturas, así sea, al menos el subcampeonato del mundial de la desolación. Quizá para combatirla, hoy sonaba, incluso, el “All you need is love, que pega con la actual situación como las dos pistolas del Cristo, o una diadema real en la frente de la señora Calvo, cuya pronta reposición, claro, todos esperamos que se produzca, a tiempo de endiñarnos dos semanas más de celda. De momento. 

Mi amigo el Resentido está muy irritado. “Yo no salgo a los balcones a aplaudir”, me saluda, “ya lo veo, macho.” En diez minutos, no consigo sacarlo del tema de su no-aplauso. Quiere dejarlo claro. Extracto sus razones, aligerando su insufrible reiteración: 

“No sirve para nada aplaudir. Además yo estoy encerrado en un piso de 40 metros sin balcón. Y al fin y al cabo, sanitarios y agentes del orden cumplen con su obligación. ¿Para qué aplaudir, entonces? Tú has cumplido cuarenta años con la tuya de dar clases y a ti nadie te aplaudió en tu vida. ¿No sería más útil asomarse a donar con Bizum cinco euros para comprar el material que les falta? Ya veríamos cuántos salían, porque hasta ahora es gratis. Y habría que incluir en el aplauso a todos los que trabajan: agricultores, cajeras de supermercado, reponedoras, transportistas, farmacéuticos, mensajeros... A todos, menos a los gobernantes.” 

 Ya está en su tema favorito, donde es imparable: 

“Vaya pandilla de ineptos, los que están al timón. Vaya mentira que no se podía prever, anda que no hubo advertencias. Vaya trola, el número de contagios, cómo lo van a saber si no se hacen pruebas a la población. Ni siquiera un muestreo aleatorio serio, para extrapolarlo a través de porcentajes. Vaya engañifa lo de la curva, el pico, el aplanado, la disminución del incremento de afectados y las medidas a barullo. Todos sospechosos de infectados y a cascarla. No tienen ni idea de por dónde tirar, ni de cuánto durará, ni de si lo están gestionando bien o mal... Como cuando la colza, ¿te acuerdas de San Chorrof y el bichito tan pequeño que se cae de esta mesa y se mata? Lo único que les interesa es asegurarse de seguir teniendo el chupetín por el mango, cuando todo acabe. Y al precio que haga falta...” 

Lo adivinaste, he podado el párrafo de insultos, palabrotas y expresiones de mal gusto. Y mañana volverá a llamar. A la misma hora, temo.

miércoles, 1 de abril de 2020

Terra Alta - Javier Cercas

Leí con agrado una novela de este autor (Soldados de Salamina) y un ensayo que me pareció muy perspicaz, sobre un tema muy canfuso y turbio, como es el 23-F (Anatomía de un instante). Recomiendo ambos, aunque es probable que los hayas leído: se hicieron muy populares. 

Espoleado por precedentes tan estimulantes, piqué y me compré su “Terra Alta”, galardonada con el Premio Planeta que, si bien me ha entretenido, ha pasado ante mis fatigadísimos ojos con más pena que gloria. No es mi intención hacer una crítica de la novela: si estás muy aburrido con el confinamiento, puedes echarle un vistazo y quizá no te defraude. 

Te la resumiré en seis palabras: ocio morboso para el lector mainstream. Sé perfectamente que el Premio Planeta debería haberme alertado: es un galardón que se da a un escritor popular y con tirón de ventas, condicionado a la publicación de una novela hecha por encargo, para adaptarse a los gustos de un grupo mayoritario de lectores. 

No obstante, me vienen a la memoria escritores que cumplimentaron la encomienda con una novela digna e interesante, así, a bote pronto, Vargas Llosa o Eduardo Mendoza, por ejemplo... No estoy diciendo que el que me ocupa no sea el caso, sólo doy mi opinión que es esta: se trata de una novela policíaca que se deja leer, pero desaprovecha, a mi juicio, la mayoría de los temas que propone. 

Sin entrar en un análisis detallado, tengo la intención de resaltar dos puntos que cunden cual pandemia en las novelas publicadas en los últimos años: 

Uno es la justicia popular, la barra libre en la venganza contra los maltratadores: ni demandas, ni tribunales, se les infla a hostias y a otra cosa. Ojo, yo no estoy defendiendo a los practicantes de la violencia de género, estoy diciendo que está de moda enaltecer su linchamiento y, a las garantías jurídicas, que les frían un paraguas. Esta propuesta de linchamiento no se suele aplicar al terrorista (aunque aquí, en esta obra, sí), al homicida, al pederasta, al atracador, al que asalta domicilios con violencia, al conductor que atropella peatones o ciclistas, nada, solo al maltratador de mujeres indefensas, haciendo de estas dos últimas palabras una redundancia. Son los signos de los tiempos, empecé a verlo en 1Q84 de Murakami y ha sido un no parar. 

El segundo aspecto es la puta Guerra Civil, todo tiene hoy su inicio, su origen y su arranque en una guerra que, justamente en esta fecha, TERMINÓ HACE 81 AÑOS. ¡81! Sinceramente yo no me creo que en los bares de la Terra Alta, los abuelos, hace unos días, estuvieran hablando de sus batallitas en la dichosa guerra, o tramando venganzas a raíz de ella: a los noventa y tantos años, los hombres no están en los bares hablando del monotema. 

Los que no están en los cementerios no suelen ir a los bares y, si van, el tema son sus achaques de salud, el azúcar, la vejiga y eso.

viernes, 20 de marzo de 2020

Eficacia Policial Selectiva

Marchemos todos y yo el primero por la senda de la imbecilidad. Voy a relatar una aventura de la que no me siento orgulloso, pero, ¿qué le vamos a hacer? soy asín. La nueva política frente a la ciudadanía de toda la vida. 

 Ayer decidí que ya llevaba una semana en el Campo de Concentración Sánchez y que me iba a dar una vuelta por el otro campo, para estirar las piernas. Vivo cerca de una vereda que transita junto a un riachuelo exánime, en una pequeña ciudad de lo que ahora llaman la España Vaciada: salgo de mi casa, a cincuenta metros del borde de la pista arbolada, y me pongo a caminar. 

 En cuarenta minutos, me cruzo con dos personas. En un día no sometido al confinamiento, hubieran sido tres. Paso a más de dos metros de ellas y, somos tan pocos que nos saludamos, buenos días. El diario provincial relata que no hay nadie ingresado por coronavirus en el hospital de Barbastro y yo voy pensando que no le hago ningún daño a nadie, al fin y al cabo no vuelvo de un botellón, de un bar clandestino, o de una manifestación multitudinaria en contra del machismo criminal. 

Imbécil de mí, como digo. Me alcanza un todo terreno blanco y verde impoluto. Se para a mi altura. Desde la ventanilla, me habla un agente joven con una mascarilla rugosa. ¿Dónde va usted? A mi casa. ¿Dónde vive? En la calle tal. ¿Sabe usted que el perro no es pretexto para ir por ahí de paseo, se saca al animal para que haga sus necesidades y punto, entendido? Como la Guardia Civil es una de las dos instituciones públicas de las que tengo una opinión positiva (algún día diré la otra), asiento y me voy jopando pa' casa. 

Yo no tengo perro: han debido de creer que estaba suelto, correteando por ahí... Claro que, cinco minutos más tarde, han llegado apatrullando al fin del camino, regresan y me alcanzan. Y ahora les alcanza para darse cuenta de que no llevo chucho. Algo enfadados pero sin perder la corrección, me amonestan largamente. "Es por el bien de todos". Y me sueltan la charla que cualquier dueño de un televisor ha oído trescientas veces de boca de los políticos, los expertos, los comunicadores, los farsantes y Ferreras. 

 Me advierten que, por esta vez, no me van a multar. Ni por esta ni por ninguna, pienso: soy muy reconocible con el bastón blanco. Vale que me jodería pagar cien euros... Pero la alocución de los honrados servidores de la ley es más de lo que podría soportar otra vez. 

 Así que no pienso salir más de casa, mientras Carmen Calvo no diga que me va la vida en ello. Y sí, lo haré para no colapsar los servicios sanitarios siempre al borde del colapso, para ejercer mis responsabilidades ciudadanas y para vencer todos unidos al la pandemia que, cuando se canse de esperarnos en la puerta de nuestras viviendas, se retirará en busca de pueblos aún más indisciplinados o con sistemas sanitarios menos aplaudibles. 

Mientras, veré una y otra vez “El séptimo sello”, a ver si aprendo. A la espera del estreno de "47 millones de presos. La venganza de Junqueras".

miércoles, 11 de marzo de 2020

11-M (2004-2020)

Suelo desconfiar mucho del verso libre, dado mi amor a la métrica y a la rima consonante, pero citaré hoy un poema vanguardista del casi desconocido Emilio Díquinson, referido a la conmemoración del Día En Que Todo Cambió, efemérides que los medios apenas recogen, sumidos como están en la infodemia:


“Once Eme 
Once Mierdas
Apocalipsis Absurdo 
En el felpudo de la Historia 
Terroristas Suicidas 
Con tres capas de calzoncillos 
Deteniendo la Guerra 
Con la Guerra más Espantosa 

 Jueces perplejos 
No saben cómo ocurrió 
Y menos quién fué el Instigador 
De la Cruel Matanza
De la Carnicería Estéril 
Dieciséis años de Olvido 
En el Silencio de las Sepulturas 
En el sufrimiento de los Servicios de Rehabilitación 
Y una sola desdeñada pista 
 En un aforismo romano: 
¿QUI PRODEST?”

martes, 10 de marzo de 2020

Sola Y Borracha Quiero Llegar A Casa

He estado tentado de títular esta entrada “Chola y borracha quiero llegar a cacha”, por amor a la rima consonante, pero me he acordado de aquél éxito viejuno de “La Chevecha” (Qué chabocha es la chevecha /que che chube a la cabecha/anda chava chube chive/otro vacho de chevecha...) Y la vergüenza ajena me ha hecho recular. 

“Desnuda y drogada, llegar a salvo a mi morada”, me ha parecido trágico y excesivo, así que respetaré la consigna original, la que sin duda habrán coreado centenares de miles de féminas extáticas en la manifa de anteayer, día 8 de Marzo, en tiempos remotos, fiesta del miriñaque y del polisón y, en nuestras fechas, día internacional de las chicas cabreadas con motivos más o menos reales, más o menos imaginarios, más o menos justos, más o menos espurios, día en fin del Orgullo femenino. No, bonita, no, todas no os habéis ganado el derecho a participar. 

“Sola y borracha quiero llegar a casa” es, en todo caso, una aspiración, si no loable, al menos no merecedora de rechazo o impugnación, por más que algún padre, involuntario portavoz del heteropatriarcado capitalista, reprenda ásperamente a alguna hija no emancipada que abandere tal costumbre, a mitad de camino entre Dionisos y Santa María Goretti

En cualquier caso, parece haberse conseguido, en los festejos de este año, gracias a la enérgica porfía del Gobierno de Coalición Progresista (GO COPRO), el alumbramiento de un anteproyecto de ley que será la leche: acabará con el machismo, con la cultura de la violación, con la violencia de género, con la brecha salarial y con las enfermedades venéras. Pese a quien pese y a pesar de la fría acogida del pre-texto legal en la Brunete mediática, en uno de cuyos tabloides leo:

“Este texto ha evidenciado la disputa por la hegemonía, en el muy jugoso presupuestariamente movimiento feminista, entre socialistas y sus socios de la podemia.”

“En las excusas técnicas, creo que hay mucho machista frustrado, dijo cierto machista ilustre, cuando los ministros y ministras socialistos y socialistas, se dieron a corregir las numerosas cagadas ortográficas, inexactitudes léxicas y torpezas sintácticas, amén de las innumerables insensateces jurídicas, que el anteproyecto de la ley de libertad sexual, presentado por la adalida de la ecualización, la parejísima, exhibía en su apresurado texto."

"Solo sí es sí, obligaría a reclutar un notario para dar fe del consentimiento en cualquier eventual polvo del futuro, lo que acrecentaría la desigualdad, ya que sólo los más ricos podrían permitírselo.” 

Para qué seguir... El mal uso de la libertad de expresión nos obliga, de momento, a taparnos las narices antes de continuar arrogantes nuestro inexorable camino de progreso y eso. Solo y borracho he despedido al macho.

lunes, 3 de febrero de 2020

El Lector Que Ignoraba a Pearl S. Buck

Cuando yo era jovencito, los libros de Pearl S. Buck atestaban los expositores de la librería Abad, en la calle mayor de mi pueblo. El viejo librero era un hombre bastante cascarrabias y eso que ETA (que aún no era el sostén de gobiernos de progreso) aún no había asesinado a su hijo... Los libros del expositor eran de la colección Reno, o de la editorial Plaza y Janés, yo qué sé, el caso es que ni me los miraba, sumido en la concepción de que eran libros de chicas, o de chinos, cosas ambas igualmente incomprensibles. 

Más tarde me hice un joven progre y, me avergüenza confesarlo, teñido de la ubicua ideología marxista que impregnó, como un efluvio mefítico a toda la juventud antifranquista de los años 70. En semejante contexto, los libros de Pearl S. Buck representaban el escapismo pequeñoburgués y el exotismo insultante con que era descrito el auténtico pueblo chino. De nada servía que a la autora le hubieran dado el premio Nobel de Literatura: sus novelas eran evasión sensiblera de la peor especie ¡y la juzgaba sin haberla leído! Ah, el poder de las consignas. 

Un amigo lector me ayudó, con su mesurado consejo a eliminar esta carencia, esta mutilación autoinfligida del gusto. "Empieza por La Madre o por Viento del Este, Viento del Oeste", me aconsejó. Hace unos días empecé con ésta segunda y la sorpresa, como no podía ser menos, fue muy grata. 

Es uno de estos libros en los que no miras por qué página vas, salvo por el temor de que se acabe demasiado pronto. Lo que primero me asaltó fue la sensación de que está escrito con una enorme sagacidad psicológica: yo no soy una mujer y menos china y con los pies vendados, no estoy educada en tradiciones milenarias de sumisión y, sin embargo, durante un buen rato fui eso mismo. ¿Cómo me puedo identificar con semejante protagonista? ¿Qué inaudita perspicacia utiliza la escritora para manipularme? 

 Despaché la lectura en dos sentadas y comencé con "La madre", una historia desdichada y lacrimógena... Si no fuera por la entereza de la protagonista; además, con la historia de la pobre gente sin poder y sin patrimonio, me resulta fácil identificarme y me consuela que sus sufrimientos sean siempre peores que los que yo he padecido. 

Ahora estoy acabando "Las tres hijas de madame Liang y, bueno, ha hecho su aparición la política, la revolución y la complejidad de un mundo que llegaré a atisbar un poco cuando me haya leído unos quince títulos más. Dame tiempo.

viernes, 31 de enero de 2020

Cartas Desde Mi Celda 1

Estimado Himphame: 

He leído con disgusto las entradas donde pones en duda la insoportable opresión que sufre mi pueblo, de la que creo que hasta te chuflas un poco. 

 Los que, como tú y toda tu ralea mesetaria, sois descendientes directos de los sanguinarios jerarcas franquistas que mandaban aquellos tabores de regulares, sois responsables de violar milicianas, asesinar sindicalistas, condenar al hambre y a la tiña a la chiquillería, fusilar y sepultar en zanjas al campesinado y cientos de otros desmanes incalificables contra nuestra lengua, nuestra cultura y nuestro modo de estar presentes entre las naciones más avanzadas e indómitas.

Crímenes estos imprescriptibles, de los que ni nuestros mejores priores os podrían jamás exonerar, aunque os arrepintierais de ellos con la encomiable plenitud de que han hecho gala, en los últimos tiempos, una pléyade de etarras, esos que están diciendo que “tal vez nos pasamos un pelín en la socialización del sufrimiento, aunque el sacrificio valió la pena". 

He ido a ver al presidente del gobierno de tu abominable estado, que es un buen chico, del cual me enternece contemplar la veneración con que succiona mi bálano. Como hablo muy bien la lengua de las bestias, con una articulación lenta y reiterativa, apta para la comprensión por vacuos de su talla, le he notificado que no pararemos, no ya hasta ser independientes, sino de todo punto indeterminados. 

Y le he participado nuestro dialogante anhelo de alcanzar a ver que, en la vecina autocracia donde le hemos prestado la batuta, los hijos de los fachas tengan que irse a trabajar a Rumanía, los fachas propiamente dichos se aguanten sin las pensiones que nuestra riqueza y laboriosidad propician, y el resto de sus habitantes, ayunos de una dirección política que los coordine, encaje e ilusione, sean presa fácil de los otomanos o de cualquier otro infortunio despótico. Pues les enseñará a percatarse del horror que para nosotros han supuesto las horcas caudinas castellanas de las que vamos a desprendernos a la voz de ¡ya! 

Paz y democracia, hermano, pero cesa en tus intoxicaciones etílicas y políticas.

                 Uriel Proxeneta i Romaní 

PD. Te mando los enlaces de las entradas que me han parecido más ofensivas e inadmisibles para esta nueva etapa de diálogo que hemos iniciado:

https://entusiasco.blogspot.com/2012/10/un-nuevo-estado-pide-paso-en-europa-1.html

https://entusiasco.blogspot.com/2012/10/un-nuevo-estado-pide-paso-en-europa-2.html

https://entusiasco.blogspot.com/2012/11/un-nuevo-estado-pide-paso-en-europa-3.html

lunes, 13 de enero de 2020

La Mayoría Te Guía En Tu Día A Día

Entre las costumbres inexplicables de mi familia, hay una que data de hace más de 30 años y que consiste en que, los domingos por la mañana después de desayunar, uno de nosotros se echa a la calle, va hasta el quiosco y adquiere la edición del domingo del diario EL PAÍS. Yo, como ya no puedo leer más allá de la letra gorda, echo un vistazo a los titulares y me ahorro el resto, lo que, a la vista de los mismos, no deja de ser una fortuita e inmerecida fortuna. 

El de este domingo me obsequia con la siguiente patada a mis neuronas: “La mayoría cuestiona la cohesión del Gobierno pero apoya sus planes”, titular aderezado a continuación con estas tres perlas: “Más del 60% es favorable a la eutanasia y a subir los impuestos a los más ricos”. “La mesa para el conflicto catalán es bien vista por el 45% y rechazada por el 32%”. “Más de la mitad considera que el Ejecutivo será breve y nace dividido”. La redacción de estos encabezamientos me deja tan desconcertado que tiro el periódico sobre la mesa de la cocina y lo olvido hasta esta mañana, en que me pregunto qué clase de público pastorean estos redactores, sin duda mal pagados, pues si cobraran un salario digno, tratarían de poner un átomo de inteligencia en las cuatro muestras de vacuidad informativa por ellos brindadas. 

En la primera destella con luz propia el sujeto: “la mayoría”, ¿la mayoría de los pacientes del frenopático? ¿la mayoría de los fans de Rosalía? Se sobreentiende que es la mayoría de una muestra de ciudadanos encuestados por encargo del diario, pero estos sujetos abstractos y categóricos son especialidad de EL PAÍS, que lo mismo podía haber empezado con “España cuestiona...” “La ciudadanía cuestiona...” o cualquier sandez por el estilo. Sin olvidar que los encuestados pertenecen, al parecer, a la minoría que conoce los planes del Gobierno neonato. 

Me pregunto también si el 60% favorable a la eutanasia y a subir los impuestos a los más ricos van en el mismo pack, es decir, si son o no las mismas personas, lo cual podría llevarles a simplificar y pedir la eutanasia de los más ricos. 

El 45% que ven bien la mesa para el conflicto catalán, ya es la hostia: no me queda claro si los que la ven mal están cegatos como un servidor o es que preferirían, en lugar de una mesa, una otomana, o un bidet. 

Por último, los encuestados se ponen en contacto con Rappel y auguran corta vida al Gobierno socialcomunista, porque breve en otro sentido no puede ser con dos docenas de ministros. 

En fin, si esto refleja nuestra época, como los Anales de Tácito reflejaron la suya, me temo que seguiremos sufriendo tácitamente los entrecomillados enemas de la prensa gubernativa.

jueves, 9 de enero de 2020

El Día Más Feliz De Mi Vida

Acabo de leer que en nuestras sociedades hiperencuestadas, por distintos motivos, las personas viejas se sienten más felices que las personas jóvenes. 

En lo que concierne a mi caso particular esto es palmariamente cierto, tanto si me comparo con algunos jóvenes que conozco, como si me comparo conmigo mismo cuando era un quinceañero muy desdichado. Y en mi caso particular, no deja de tener cierto mérito, habida cuenta de que me hallo medio ciego, medio viejo y medio inepto para casi cualquier desempeño. 

Me recuerdo hace cincuenta años en Francia, en casa de mis abuelos paternos. Pese a que me querían bien, pese a que era Navidad y pese a que había ostras para cenar, lo cual era un lujo asiático para los estándares de vida que llevábamos en la subdesarrollada España, nada de esto me servía de consuelo en aquél momento y estaba, huido de la celebración familiar, a solas en un dormitorio de la planta superior, reconcomido de aflicción y llorando como una sabandija, sin más motivo que una oleada de autocompasión de dimensiones siderales (¿u hormonales?) 

Recuerdo que todo en mi vida se me presentaba en contra: mis preocupados parientes no me comprendían, el defecto visual, ya entonces muy acusado, era de los que acarreaban unas gafas "de culo de vaso", los dientes se me habían desarrollado cariados e irregulares, el pelo me crecía lacio y grasiento, todo lo cual me hacía inepto para ostentar atractivo de cara a las chicas que, para más inri, en aquella época me gustaban prácticamente todas. 

En fin, un puto desgraciado adolescente de corte clásico, que hoy recuerdo con lástima y ternura, pobrecillo, aún no sabía en realidad lo putas que las iba a pasar. 

Ni tampoco que iba a sobrevivir el jodido y que a los 66 años, tras una sosegada jornada dedicada a los placeres de la literatura, de la música, de la soledad aceptada y de otras contemplatividades de carácter quizá poco significativo, le diría a su mujer al acostarse, sin más motivo aparente que la alcanzada simpleza de espíritu: "hoy ha vuelto a ser el día más feliz de mi vida".

martes, 7 de enero de 2020

Hosanna En El Hemiciclo

Socialismo es libertad: 
Ávidas huestes agrestes 
Nunca dejan de echar pestes 
Contra esta llana verdad. 
Hermanados en su rabia 
Ensayan su acometida 
Zarrapastrosa y sin vida, 
Mintiendo tercos y en Babia. 
Adorna a España en gran racha,
Mezcla de esperanza y gloria, 
Óbolo de la victoria, 
Nuevo Gobierno sin tacha.

domingo, 5 de enero de 2020

Zoología Recreativa I

El ecozoólogo Filamberto Cocciambre, en su investigación sobre las plataformas litorales del Atlántico Occidental, taxonomiza y describe al almejaruco (merops tapester); este singular pájaro submarino representa una adaptación especialmente anómala al medio acuático. 

El almejaruco sobrevuela, planeando elegantemente, los fondos marinos donde habitan las veloces almejas que le sirven de alimento, y decimos veloces, no por que se desplacen con efectiva locomoción huyendo de esta voraz ave, sino porque ante la amenaza del depredador infatigable cierran las valvas en una fracción de segundo, burlando el apetito de nuestro pájaro que, incluso, corre el peligro de quedar atrapado sin remisión entre ellas, con lo cual le aguardaría un espantoso final. 

Para el almejaruco, lo más seguro es esperar el acoplamiento de dos de estas almejas sexualmente insaciables; así, espiará con paciencia sus complejas danzas nupciales, atento al delirio y al hervor de la cópula misma, en la cual los nervios de ambos partícipes se estremecen al unísono, permitiendo al astuto pájaro comérselas de dos en dos. 

El profesor Cocciambre se pregunta cómo una criatura con plumas ha sido capaz de adaptarse al medio acuático marino y la clave de la respuesta está en los frecuentes vertidos de chapapote procedentes de los gigantescos petroleros averiados, crujidos y descascarillados en todas las alturas del mar a estas alturas. El chapapote provee de una sólida capa de impermeabilidad al plumaje del almejaruco, lo lubrica y protege del frío. De otro modo, su presencia en el mar sería incongruente, incluso la inmersión de las gaviotas y los pelícanos es relativamente breve, si los comparamos con un pájaro que solo sale del agua brevísimos aunque muy frecuentes periodos, para respirar, broncearse el pico y las patas y defecar sobre los turistas. 

 Incluso el apareamiento de los almejarucos se produce debajo del agua. La hembra pone de tres a diecinueve huevos que incuba, defendiéndolos con audacia del frío y de los tiburones, durante once semanas, mientras el macho le lleva almejas, berberechos, zamburiñas y navajas. 

Para proveer al apetito suplementario de la hembra y su prole, el macho puede llegar a verse obligado a robar raciones de los chiringuitos de la playa.

viernes, 3 de enero de 2020

Al Fin Llegó El Día Soñado

Mi amigo Olegario me ha prometido que mañana, a partir de las nueve, va a aprovechar la disponibilidad que le otorga su jubilación para estar pegado al televisor durante varias horas, absorbiendo la tan postergada oportunidad histórica de que este país, por fin, vaya a echarse a andar como Lázaro, en manos de un gobierno progresista, feminista, ecologista y reconocedor de la pluralidad armoniosa y enriquecedora de sus tierras y de sus gentes.

De este modo se pondrá fin, como muy tarde el martes, al larguísimo periodo godofascista que culminó en el abyecto régimen de Rajoy y su corrupta camarilla que hicieron a los ricos más ricos, a los pobres más pobres, a los parados más parados, a los violadores más violadores, a los diésel más contaminantes y a todos y todas más infelices e infelizas. 

Bajo la férula de la respetada y ecuánime Meritxell Batet, se abrirá la sesión parlamentaria en la que se consagrará el giro copernicano de nuestro estéril régimen anterior, hacia unas formas más democráticas, más abiertas, más plurales, más empáticas y más saneadas que las que venían imperando hasta la fecha. 

Mi amigo Olegario espera arrobado el discurso programático de Sánchez que, como sabemos, su acrisolada decencia y honradez le llevaron a decir aquella frase histórica de “yo no voy a ser Presidente a cualquier precio.” Yo le comento a Olegario, si esto no querría decir que tiene planeado subirse el sueldo para, de este modo, compensar sus venideros insomnios en la Moncloa, pero él me contesta que yo soy un malpensado y me promete regalarme una copia manuscrita que ha hecho del “Manual de Resistencia”, con la ilusión de aprenderlo de memoria y recitarlo a sus nietos. Le he dicho que prefiero leer ciencia ficción, pero insiste. 

Bueno, él confía en que algunos de los partidos más responsabilizados con mejorar el futuro de nuestra sociedad, como ERC, Bildu, PNV, Más País y otros de signo progresista, se solidaricen con el magno proyecto renovador y socialista de este admirado prohombre. 

Sin olvidar que Olegario confía ciegamente en que le van a subir la pensión. Yo le sigo la corriente y añado que, hasta es posible que a Greta Thunberg se le pase un rato el cabreo. “Hombre, ahí te has pasao,” me contesta, “tampoco es verosímil que un país como España vaya a arreglar el planeta.”

miércoles, 1 de enero de 2020

No Hay Feliz 2020 Posible Para Todos

Esto de vivir en una sociedad más polarizada que interseccional, me ha llevado, tras una breve reflexión, a un resultado tan inevitable como poco reconfortante: un deseo tan simple como “Feliz Año Nuevo A Todos”, que iba a escribir hace unos instantes, me he encontrado con que no signifíca nada en absoluto, o está vacío de contenido, o es imposible de conciliar en un colectivo por pequeño que éste sea. 

Tomaré el caso de cuatro de mis amigos: Daniel, Fidel, Miguel y Manuel, a quienes les he mandado este mensaje por whatsapp hace unas cuantas horas. 

Miguel es culé, su felicidad consistiría en que el Madrid perdiera por la mínima, en el último minuto de la prolongación, todos los partidos que disputara entre este fin de semana y el 31 de diciembre de 2020. Esto haría muy desgraciado a Manuel, que es merengón y desearía ver estrellarse en el palo, todos los próximos remates y tiros de falta de Messi, desde este momento hasta que fuera traspasado al Vissel Kobe. 

Fidel es simpatizante del PSOE y desearía que el próximo gobierno progresista bajara el paro hasta 135 personas, subiera el salario minimo hasta 1936 € netos y dejara resuelto el problema catalán, ofreciendo la potente herramienta del Minecraft para abordar la construcción nacional que los independentistas ansían. Daniel es facha y su felicidad pasaría por unas terceras elecciones, en las que los partidos de la foto de Colon se repartieran 333 escaños, 111 para cada uno, lo que daría pie a la posibilidad de conformar un gobierno de tres maneras diferentes, todas con mayoría absoluta. 

Fidel es taxista y Daniel trabaja para Cabify. Manuel es homosexual y está enamorado de Fidel y este está colgado por Tina, la hermana de del propio Manuel. Daniel tiene licencia federativa de cazador y Fidel es un activista de los derechos de los animales. Manuel aprovecha siempre que puede los precios populares de los vuelos y quiere visitar todas las grandes ciudades de la antigua Europa del Este y Miguel está preocupadísimo por la temperatura del planeta y se desplaza en bicicleta hasta que pueda permitirse adquirir un coche solar. 

Así que ya veis, ni siquiera a estos cuatro puedo desearles un Feliz 2020. Me conformaré con esto: "Os deseo que en el año que comienza, llevéis a término una supervivencia lo más exenta posible de amargura y dolor."

Ya sé que no lo parece, pero es muchísimo.