¿Por qué soy pesimista? Es una estrategia basada en un aforismo que conocía hace tiempo y que he reencontrado en un blog al que doy mucho crédito. Dice así:
“Enunciado de Colt y Murphy sobre el Poder del Pensamiento Negativo: Es imposible que un optimista se sorprenda agradablemente.”
Y, como estrategia vital, solía yo ponerme siempre en lo peor y, como no siempre, siempre, la Providencia está atenta a proveernos de amargura, aquellas escasas ocasiones en que no se cumplían mis expectativas, un sentimiento que llamaré antifrustración me iba haciendo la existencia más llevadera.
Pero, últimamente, la entropía dentro y fuera de mí, ha alcanzado unos niveles tales que me han impulsado a hacer una pequeña investigación ajena a mi campo (de boniatos), cuyos resultados dejo aquí con la finalidad de alegrar la jornada de algún lector masoquista. He tratado de no extenderme, espigando lo más destacado de algunos investigadores de las ciencias sociales y del conocimiento del medio físico.
Leyes de Murphy:
1. Si algo puede salir mal, probablemente saldrá mal.
2. Si existe la posibilidad de que algunas cosas fallen, la que cause más daño será la primera en hacerlo.
3. Si algo no puede fallar, lo hará a pesar de todo.
4. Si se aprecia que existen cuatro posibles maneras de que algo pueda salir mal, y se previenen, rápidamente se desarrollara una quinta para la que no se está preparado.
5. Por sí mismas, las cosas tienden a ir de mal en peor.
6. Si todo parece ir bien, es obvio que se ha pasado algo por alto.
7. La Naturaleza siempre está del lado del fallo oculto.
Extensión de Gattuso de la Ley de Murphy:
Nada es nunca tan malo que no pueda empeorar.
Ley de Finagle:
Algo que puede ir mal, irá mal en el peor momento posible.
Corolario de O'Toole a la Ley de Finagle:
La perversidad del Universo tiende hacia el máximo o, dicho de otra manera, la Naturaleza es malvada por naturaleza.
Segunda Ley de Sodd:
Tarde o temprano ocurrirá la peor combinación de circunstancias posible.
Ley de Gumperson:
La probabilidad de que algo ocurra está en relación inversa con el deseo de que así sea.
La Gracia Salvadora de Murphy:
Lo Peor es enemigo de lo Malo.
Ley de Weiler:
Nada es imposible para el hombre que no tiene que hacerlo por sí mismo.
Ley de Campbell:
Cuanto menos uno hace, menos se equivoca.
Axioma de Cole:
El total de la inteligencia en el planeta permanece constante; la población, sin embargo, continúa creciendo.
Ley de Irene:
No existe un modo acertado de hacer algo equivocado.
Axioma de Welwood:
El desorden se extiende proporcionalmente a la tolerancia que se tenga con él.
Ley de Kelley:
Nada es tan simple como parece al principio.
Ley de Philo:
Es muy difícil aprender de los errores, debido a que hay que empezar por darse cuenta de que uno los comete.
Axioma de Ducharm:
Si uno mira su problema con suficiente detenimiento, se reconoce a sí mismo como parte del problema.
Ley de Simon:
Todo lo que se arma se desarmará tarde o temprano.
Dejo a tu imaginación las consecuencias que en las ciencias políticas, la economía, la educación, la sociología, la medicina, el derecho, etc. puede tener una atenta consideración de estos sabios y prudentes principios, hasta el momento tercamente ignorados por el optimismo y sus sectarios.
“Enunciado de Colt y Murphy sobre el Poder del Pensamiento Negativo: Es imposible que un optimista se sorprenda agradablemente.”
Y, como estrategia vital, solía yo ponerme siempre en lo peor y, como no siempre, siempre, la Providencia está atenta a proveernos de amargura, aquellas escasas ocasiones en que no se cumplían mis expectativas, un sentimiento que llamaré antifrustración me iba haciendo la existencia más llevadera.
Pero, últimamente, la entropía dentro y fuera de mí, ha alcanzado unos niveles tales que me han impulsado a hacer una pequeña investigación ajena a mi campo (de boniatos), cuyos resultados dejo aquí con la finalidad de alegrar la jornada de algún lector masoquista. He tratado de no extenderme, espigando lo más destacado de algunos investigadores de las ciencias sociales y del conocimiento del medio físico.
Leyes de Murphy:
1. Si algo puede salir mal, probablemente saldrá mal.
2. Si existe la posibilidad de que algunas cosas fallen, la que cause más daño será la primera en hacerlo.
3. Si algo no puede fallar, lo hará a pesar de todo.
4. Si se aprecia que existen cuatro posibles maneras de que algo pueda salir mal, y se previenen, rápidamente se desarrollara una quinta para la que no se está preparado.
5. Por sí mismas, las cosas tienden a ir de mal en peor.
6. Si todo parece ir bien, es obvio que se ha pasado algo por alto.
7. La Naturaleza siempre está del lado del fallo oculto.
Extensión de Gattuso de la Ley de Murphy:
Nada es nunca tan malo que no pueda empeorar.
Ley de Finagle:
Algo que puede ir mal, irá mal en el peor momento posible.
Corolario de O'Toole a la Ley de Finagle:
La perversidad del Universo tiende hacia el máximo o, dicho de otra manera, la Naturaleza es malvada por naturaleza.
Segunda Ley de Sodd:
Tarde o temprano ocurrirá la peor combinación de circunstancias posible.
Ley de Gumperson:
La probabilidad de que algo ocurra está en relación inversa con el deseo de que así sea.
La Gracia Salvadora de Murphy:
Lo Peor es enemigo de lo Malo.
Ley de Weiler:
Nada es imposible para el hombre que no tiene que hacerlo por sí mismo.
Ley de Campbell:
Cuanto menos uno hace, menos se equivoca.
Axioma de Cole:
El total de la inteligencia en el planeta permanece constante; la población, sin embargo, continúa creciendo.
Ley de Irene:
No existe un modo acertado de hacer algo equivocado.
Axioma de Welwood:
El desorden se extiende proporcionalmente a la tolerancia que se tenga con él.
Ley de Kelley:
Nada es tan simple como parece al principio.
Ley de Philo:
Es muy difícil aprender de los errores, debido a que hay que empezar por darse cuenta de que uno los comete.
Axioma de Ducharm:
Si uno mira su problema con suficiente detenimiento, se reconoce a sí mismo como parte del problema.
Ley de Simon:
Todo lo que se arma se desarmará tarde o temprano.
Dejo a tu imaginación las consecuencias que en las ciencias políticas, la economía, la educación, la sociología, la medicina, el derecho, etc. puede tener una atenta consideración de estos sabios y prudentes principios, hasta el momento tercamente ignorados por el optimismo y sus sectarios.
Imágenes: cuadros de E. Pérez Tudela. Colección particular. |
Alguien dijo que un pesimista es un optimista bien informado... ;-)
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