O montisoNéss, que es el gentilicio correcto de mi pueblo, Monzón, donde parece que no nos privamos de nada.
Hace dos días compartía una versión amable y otoñal del lago (en realidad, balsa) que atrae mis paseos matutinos y que me convida a meditaciones saludables.
No siempre es así: este verano pasado hemos sido azotados por canículas sin precedentes y, en una mañana precursora de aquellos bochornos inauditos, tuve una alucinación. El caso es que mi querida cámara digital también la padeció, como puede verse.
Sin embargo, no alertamos a la comunidad científica por temor a un majestuoso ridículo. En todo caso, en esta página de carácter esencialmente recreativo, me atrevo por fin a mostrar a este espécimen local del monstruo del lago Ness, e incluso ofreceré una hipótesis de su presencia en estas aguas meridionales.
Se da la coincidencia de que un paisano de Monzón, cuyo nombre ignoro, ya que lo conozco sólo por el mote, viajó de vacaciones a Escocia y, como es muy intrépido y algo insensato, no descarto que se sustrajera un huevo de los que el bicharraco autóctono pudo haber depositado en el lecho del lago... Ah, claro, esto implica por supuesto que “Nessie” es una hembra y no es el único en su especie. Mi paisano, de regreso a Monzón, dejó el huevo en la extensión de agua estancada que tenía más a mano y el calor hizo el resto.
Desde aquella fecha del inicio del verano, no he tenido oportunidad de hacer otro avistamiento de la criatura, pero ayer oí una conversación casual entre dos parroquianos en un bar y decidí publicar el testimonio gráfico de que la noche anterior, cuando salieron a que les diera el aire, no estaban tan ebrios como ellos creían.
Hace dos días compartía una versión amable y otoñal del lago (en realidad, balsa) que atrae mis paseos matutinos y que me convida a meditaciones saludables.
No siempre es así: este verano pasado hemos sido azotados por canículas sin precedentes y, en una mañana precursora de aquellos bochornos inauditos, tuve una alucinación. El caso es que mi querida cámara digital también la padeció, como puede verse.
Sin embargo, no alertamos a la comunidad científica por temor a un majestuoso ridículo. En todo caso, en esta página de carácter esencialmente recreativo, me atrevo por fin a mostrar a este espécimen local del monstruo del lago Ness, e incluso ofreceré una hipótesis de su presencia en estas aguas meridionales.
Se da la coincidencia de que un paisano de Monzón, cuyo nombre ignoro, ya que lo conozco sólo por el mote, viajó de vacaciones a Escocia y, como es muy intrépido y algo insensato, no descarto que se sustrajera un huevo de los que el bicharraco autóctono pudo haber depositado en el lecho del lago... Ah, claro, esto implica por supuesto que “Nessie” es una hembra y no es el único en su especie. Mi paisano, de regreso a Monzón, dejó el huevo en la extensión de agua estancada que tenía más a mano y el calor hizo el resto.
Desde aquella fecha del inicio del verano, no he tenido oportunidad de hacer otro avistamiento de la criatura, pero ayer oí una conversación casual entre dos parroquianos en un bar y decidí publicar el testimonio gráfico de que la noche anterior, cuando salieron a que les diera el aire, no estaban tan ebrios como ellos creían.
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