Hoy que las miradas del mundo convergen
en nuestros vecinos, llamados a una consulta soberanista cuyas garantías
democráticas se entrelazan en una red invisible que va de Kinsasa a Manresa, de Pyongyang
a Lleida, de Mogadiscio a Sant Boi e incluso de Qatar al Camp Nou, uniendo, a
modo de polos de máximas garantías en las consultas democráticas, a los ya
citados con otros muchos que podrían enumerarse. Hoy que hace 25 años que derruyeron
el muro de Berlín, guardando los escombros y cascotes para futuros muros que
fuera necesario erigir, con el fin de salvaguardar el patrimonio, o los puestos
de trabajo, o las singularidades culturales e históricas, o lo que hubiera
menester, de algunas regiones ricas y trabajadoras, de la codicia de sus áridas
y empobrecidas vecinas. Ojo, no me refiero a la valla de Melilla, que esa sería
menester desmontarla, para erigirla de nuevo en la Nacional II, no queda muy
claro si al este o al oeste de Fraga, pues la pregunta olvidada en la consulta
(la tercera pregunta) sería: En caso afirmativo, ¿quiere que nos anexionemos
los territorios que consideramos parte de los Països Catalans por mor de
nuestra interpretación unilateral del universo político, económico, cultural y
lingüístico que nos hemos proyectado? Sí, sí, sí, que este amor es tan
profundo, que tú eres mi consentida y que lo sepa todo el mundo… (bajemos el
volumen de los altavoces).
También los contribuyentes manchegos y extremeños pagaron los costes de este despliegue. Al saberlo, tal vez votarían sí y sí. |
Bueno, pues hoy me ha venido a la memoria,
no sé por qué, otra consulta a la que fueron llamados los catalanes y el resto
de los españoles, a finales de 1966, bajo la égida de otro caudillo del pueblo,
ya que somos un pueblo al que no cesan de mortificar los caudillos que, cual
nube de mosquitos, se ciernen inmisericordes sobre nosotros. En aquél
referéndum, que muchos han tenido la decencia de olvidar, no es mi caso, se
trataba de aprobar la llamada “Ley Orgánica del Estado” y la propaganda
institucional (también) fue abrumadora: Sí a Dios, Sí a España, Sí a Franco, Sí
a la Libertad, Sí a la Paz, Sí al Futuro… No llegaron (como esta vez) a instar
a los votantes al omnipresente “sí” por teléfono, porque entonces las
conferencias eran muy caras (y los resortes del miedo aún más efectivos).
En realidad, sólo quería contar una
anécdota familiar, pues la reflexión sensata sobre el evento de hoy y sus
alrededores, puede leerse en éste artículo de Jordi Sevilla: http://www.elmundo.es/economia/2014/11/08/545d126fca474127688b4573.html
La anécdota, rigurosamente verídica, data
del 14 de diciembre de 1966, entonces residía con mi familia en Jaca. Mi padre
trabajaba en Villanúa de aserrador y regresaba del tajo bastante tarde ya que,
en aquellos años oscuros que tan fácilmente despreciamos, sacarnos a flote
conllevaba una jornada laboral de 14 horas. Llegó el hombre y se dispuso a
arreglarse para ir a votar “sí” a toda la parentela, pues el citado adverbio
venía impreso en las papeletas
(siento que no se le haya ocurrido, honorable Artur). En estas, un vecino, le
vociferó desde el patio: “¡Landaaaa, no hace falta que vayas a votar, que ya te
he votau!” (sic). Esto es, ni siquiera se hacía necesaria la presencia física
del votante, no me extraña que salieran más síes de los que el censo traía en
las listas. La releche.
Sólo me quedan dos puntualizaciones a los
lamentables episodios de las consultas democráticas trucadas de antaño y de hogaño:
Una es que el éxito está servido de
antemano: salga lo que salga, los separatistas saldrán reforzados, ¿veis, por
no dejarnos, lo que ha pasado? Ahí tenéis una nueva exhibición de nuestro
poderío: los ciudadanos están muy cabreadoctrinados. Vosotros os lo habéis
buscado, por no poner los medios para nuestra emancipación efectiva: ¡105% de
sí y sí! Claro que a nadie se le da una pausa para pensar que el divorcio es
cosa de dos: uno sólo no puede divorciarse ante ningún juez, por cohechizado
que éste se encuentre: si una parte va a ganar calidad económica y democrática,
¿no será a costa de la otra parte? ¿no es justo consultar a ambas? Pues, por lo
que parece, no y no.
La otra reflexión me la da una foto
aparecida en la prensa durante la “jornada de refracción” (¿se aprecia el hecho
diferencial?) En ella, los enardecidos manifestantes portan unas letras como
las de Hollywood, con las que componen el mensaje “SEREM LLIURES”. Y uno piensa
que sí. Que ya está bien. Que después de trescientos años que han pasado los
pobres catalanes recogiendo algodón en los campos de Extremadura, Oriol X tiene
razón, es hora de que su lucha por los derechos civiles comience a fructificar
y se acabe la segregación. O, en este caso concreto, que dé comienzo.
Y ahora, te enlazo a un vídeo de la madre de todas las consultas:
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