Las pocas veces en que, como hoy, he ido
a prestar mi voto a una de las opciones que concurrían en la liza electoral,
luego, más pronto que tarde, me he arrepentido, al ser testigo de los desmanes
que cometían los representantes electos, con mi tácito apoyo. El municipio
virtual de Gurguzcullar del Purejón, gobernado desde su fundación en las redes
sociales (FAESbook, sobre todo) por el PimP (Partido imPopular), ha vivido unos
tiempos convulsos, marcados por recortes, paro (stand by), desigualdades
crecientes y caídas en los servidores. Atraído por las voces que reclaman un
cambio, acudí a un videomitin de la candidatura on line “Gurguzcullar Ahora”.
Un escritorio contra el paro |
Mónica Breos tomó la palabra para
reivindicar el espíritu de los indignados e instar a nuevas acampadas de
protesta: “Esta vez, iremos a Port Aventura” remachó, entre un delirio de
clicks de ratón en el icono de aplausos. Blas Femias apuntó, una vez más, al
creciente patrimonio de la Iglesia y a la pederastia episcopal como dos de los
principales problemas de la sociedad de nuestro tiempo, anclada en los abusos
derivados del Tribunal del Santo Oficio y otras instituciones obsoletas, como
la monarquía, la constitución y la Unión Europea. Para mí, que se lio un poco.
A continuación, Corina Petente, señaló la anorexia y la obesidad como señas
identitarias de los países desarrollados y culpó a los recortes en programas de
salud alimenticia y educación nutricional de tan grave problema. Por su parte,
Gladys Coteca y Osama Taudehrissa, como representación de los colectivos de
inmigrantes, denunciaron más de 500 casos de discriminación digital por razones
de raza, procedencia, fe religiosa o impago de cuota por carencia de numerario.
Finalmente, tomó la palabra el cabeza de lista, Juan Carlos Pesetero, que instó
a la comunidad del cibermunicipio de Gurguzcullar del Purejón (22.807
seguidores, 21 concejales virtuales) a dar el paso hacia el cambio: “Tenemos
que acabar con la vieja corrupción y sustituirla por otra que esté al alcance
de todos, y terminar con la vieja casta, poniendo en su lugar otra mucho más
igualitaria, sostenible y solidaria”. Esta vez yo también pulsé con el ratón el
icono “fuerte aplauso” durante diez minutos y hoy he ido a votar por esta intrépida
candidatura. Seguro que mañana me reconcome la aflicción, al sentirme cómplice
de una nueva majadería.
Un escritorio contra los privilegios de la casta |
Cosa que no me pasaba cuando me entregaba
a mi inclinación natural: el voto nulo. Cuando hemos votado nulo, gane quien
gane, “no nos representan”, con lo cual tenemos la conciencia tranquila
respecto a los que mandan: no son de fiar.
Hoy me he encontrado una entrañable
papeleta de las que yo fabricaba para meter en la urna, hace unos treinta años
(ah, los 80) y me ha gustado. Y es el motivo, inspiración y pretexto de esta
entrada.
Papeleta nula para las Generales del 86 |
Por lo demás, “traten otros del gobierno
/ del mundo y sus monarquías…” Como escribió Góngora. Suerte a todos y que gane
el mejor, aquél que mejorerá durante los próximos cuatro años.
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