Como dentro de poco se cumplirá el
cincuentenario del mejor disco de la primera época de los Beatles, aprovecho
para traducir, con la relativa libertad que da la relativa ignorancia, una
canción escrita por John Lennon. Una sólida tonada rockera sustenta una
creación que se sale un poco de la tónica habitual de “chico requiebra
tiernamente a chica”, preponderante en muchas de aquellas letras, a las cuales
un avispado sociólogo daba esta interpretación: “nosotros (artistas) sentimos
un gran amor por vosotros (público), y por tanto vosotros (público) debéis corresponder
con un sentimiento semejante hacia nosotros (artistas)”. De acuerdo con las
elucubraciones del sociólogo, esto explicaría el éxito de las creaciones del
cuarteto de Liverpool. Y se quedaba tan ancho.
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