martes, 12 de noviembre de 2013

Ajedrez: El Proceloso Mar De Las Celadas

En los tiempos, bastante pretéritos ya, en que era impulsado por una moderada ambición ajedrecística, tuve la desgracia de que cayera en mis grasientas manos un libro titulado “200 Celadas de Apertura”, escrito por un tal Emil Gelenczei, de la colección Escaques, ediciones Martínez Roca. Este libro, del que me empapé ávidamente, destruyó mis ya escasas posibilidades de medrar en el mundo del tablero y quisiera recomendar a cualquiera que se inicie en este difícil juego que ni se lo mire, no vaya a incurrir en mi mismo error.
 

Estudiar celadas es un mal negocio: crees que vas a terminar la partida en quince jugadas y toda tu estrategia queda reducida a armar una trampa para ver si el adversario “pica”. En la práctica, el adversario no suele picar y esquiva la celada, dejándote en una posición inferior que tienes que manejar malamente durante el resto de la partida, hasta que pierdes.

En el aspecto digamos recreativo, las celadas que tienen éxito dan lugar a partidas muy breves llamadas miniaturas, que son divertidas y tienen un falso brillo de espectacularidad, entretienen y cautivan, pero preparan muy mal para el juego paciente, de maniobras posicionales, de planes bien llevados a cabo que es con el que ganan las partidas los buenos jugadores, los que saben.

Desoyendo mi propio consejo, incluyo hoy una de estas bonitas miniaturas que dejaré abierta para que el lector remate con blancas la faena. Es un Gambito de Rey, emprendedora apertura que fue muy popular en el siglo XIX y que hoy ha caído en relativo desuso.

Ward – Brown

1. e4  e5    2. f4  exf4    3. Cf3  f5?!  Los teóricos dicen que este contrataque es un poco prematuro y se rechaza con 4. e5! ¿Qué es mejor? ¿Qué es peor? Si lo supiésemos ya no habría juego.
 

4. Ac4  fxe4    5. 0-0  exf3    6. Dxf3…  El blanco en dos jugadas ha regalado dos maderas, un peón y un caballo. En el juego de hoy en día nadie despliega estos atrevimientos tan arriesgados.
 

5…  Ac5+    6. d4!  Axd4+    7. Rh1…  El blanco ha regalado otro peón para abrir líneas de ataque. En este momento, según los análisis del programa Fritz, está perdido por la desventaja material pero, claro, hay que jugar.
 

7…  d6    8. Axf4  Cf6    9. Cc3  Ag4?  Ésta es la cagada que, tarde o temprano, comete el que juega sometido a tanta presión: el negro se ha creído, el pobre, que puede contraatacar y le va a caer la del pulpo. Según Fritz la cosa no estaría tan chunga sacando el caballo de dama o haciendo 9… De7.
 

8. Tae1+  Rf8    9. Dd5!!  ¡Cómetela y estás muerto! Si 9… Cxd5  10. Axd6+ Rg8  11. Axd5+, seguido de mate. O sea que hay que defender la amenaza en f7.
 

9…  Dd7    10. Dxd4  Cc6
 

Ahí lo tienes. Todo tuyo. Precioso y fácil remate: las blancas dan mate en 3. Imparable. Breve y espectacular partida, escasamente didáctica eso sí.

Ah, y antes de que se me olvide, las soluciones a los mates de la entrada anterior:

Mate en 3:  1.Ce7+ Rh8  2.Dxh7+ Rxh7  3.Th3#

Mate en 4:  1.Axd5+ cxd5  2.Dxf8 Rxf8  3.Tc8+ Ad8  4.Txd8#

Mate en 5:  1. Dxf7+ Txf7 (Si 1… Rh8  2.Dg8+!)  2. Axf7+ Rh8  3.Te8+ Axe8  4.Txe8+ Cf8  5.Txf8#

Subo también una curiosa tira que me envió un amigo en un comentario:

 
         

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