lunes, 4 de noviembre de 2013

César Vallejo - Piedra Negra Sobre Una Piedra Blanca

Siguiendo con mi particular celebración del Día de Difuntos, me pongo respetuoso y pido prestada hoy la voz a uno de los más grandes poetas de habla hispana: el peruano César Vallejo. En este poema, el vanguardista genial, el originalísimo versificador, adopta una forma un tanto clásica, la de un soneto, bien es verdad que con versos muy encabalgados y con rimas asonantes, pero soneto al fin y al cabo.
 
Crisantemos, para empezar

Trata este poema, fúnebre y bellísimo, en mi opinión, no tanto de una premonición o de una profecía del fallecimiento del poeta, sino más bien de un recuerdo de la propia muerte. Claro está que si eres capaz de recordar tu propia muerte es porque, de alguna manera, ya has pasado por el trance, ya la has superado. Esta idea es la que hace que este poema me produzca un efecto tan intenso y tan cautivador: el poeta habla de su propia muerte más allá o después de su advenimiento.
 
Crisantemos para fondo de escritorio (HDMI)

Con las flores fotografiadas, ofrendaré un recuerdo al propio César Vallejo y a todos aquellos que eran próximos y se me fueron. 
 
Pensamientos

 PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCA

 Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París -y no me corro-
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.

 Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.

 César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro

 también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...

Y más pensamientos

 

1 comentario:

  1. Ya que estás con estos pensamientos te mando otros crisantemos, y que los disfrutes:
    http://www.unizar.es/departamentos/filologia_inglesa/garciala/musica/grecojarrive.m4a

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