Creo haber consignado ya que el horror
que todos los estudiantes de secundaria experimentan hacia la geometría es, no
por infundado, menos contundente. De este agresivo rechazo, sólo se desmarcan
una minoría de elegidos, escogidos por los demás con la poco acreditativa
etiqueta de empollones. Seres incomprensibles y marginados que saben calcular
el área de un triángulo o la longitud de una circunferencia sin consultar en
Wikipedia.
Hace ya más de 20 años, un alumno
particularmente visionario me dijo: “las matemáticas no sirven para nada, de no
ser que vayas a trabajar en un Bingo”. Legisladores y expertos, más o menos con
las mismas opiniones, inclinaciones y aptitudes que el mencionado alumno,
diseñaron la LOGSE, reforma educativa donde, por fin, las matemáticas quedaron
relegadas al tercer o cuarto plano formativo, entre las incompetencias más
perdonables.
Yo seguí hablando con entusiasmo a mis
alumnos de secundaria de aquella pandilla de griegos que, dibujando con un palo
en el duro suelo de tierra polvorienta, descubrieron casi todo lo que conocemos
hoy de geometría elemental, pero ya sabía que tenía la batalla perdida: les
estaba hablando de unos chiflados y, la mayoría, tuvieron el buen sentido de
hacerse de letras, que son más fáciles y se titula igual. Tales de Mileto,
Pitágoras y el resto de la cuadrilla, supongo que fueron alegremente olvidados:
los legisladores estaban enfrascados en la Educación para la Ciudadanía y los
legislados, como siempre, en ir tirando.
En una Olimpiada Matemática para alumnos
de 2º de ESO, por aquellas fechas, salió este curioso y breve enunciado,
inspirado en las travesuras de aquellos remotos griegos:
A mí me pareció muy sencillo e intenté
trabajarlo en clase. Dentro de dos semanas, os daré la solución. En otra
ocasión, y siempre en 2º de ESO, traté de embarcarme en el siguiente problema:
dado un octógono regular de 2 cm de lado, calcular su área. Algo tan conciso
provocó malestar en los alumnos, que ya se olieron la tostada: “El área del
octógono regular, ¿no es perímetro por apotema partido por dos?” “Sí”. “Bueno,
pues 2 x 8 = 16, así que 16 cm es el perímetro, pero tienes que darnos la
apotema”. “Ah, eso, queridos, el gran Pitágoras os ayudará a calcularlo
fácilmente”. No tan fácilmente y os invito a hacerlo. De mis muchas camadas de
alumnos, sólo uno llegó a la solución sin ninguna clase de ayuda. Que la fuerza
te acompañe.
Octógono con sus 20 diagonales convertido en un motivo coloreado |
Por cierto, en la entrada anterior, la
serie la forman los números 1, 2, 3, 4 y 5, apoyados ante el espejo. Seguirá el
6, que más o menos, tiene esta pinta:
Nos vemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario