miércoles, 25 de marzo de 2015

Una Lámina De Cactus

Soy el afortunado poseedor de una estrecha y desnuda terraza, adornada e interrumpida por un pilar de la construcción del edificio, gordo como la otrora célebre y ya olvidada Ramona de Fernando Esteso. Está orientada al sur-suroeste, con lo que le da el sol desde el mediodía hasta que se pone. Como en mi pueblo hace un sol, no de justicia, sino de abuso de poder, las plantas que he intentado poner para atenuar su hormigonítica desnudez, se han evaporado en lugar de secarse.

Ello me ha llevado a interesarme en el mundo de los cactus, esos admirables seres vivos que resisten la sequía y el sol verdicida, no molestan, no dicen nada, pinchan a los entrometidos y, de cuando en cuando, florecen con una alegría y una vistosidad propia de los más hermosos estampados veraniegos. O sea, que son ideales para mí y he decidido adornar la terraza con su presencia agradable y armoniosa. Una vez, en una tienda de informática, me regalaron uno en un tiestecito y es el ser vivo, no humano, con el que me he sentido más identificado. Además, según rezaba un prospecto adjunto al pequeño cactus, protegía (no desentrañé por qué motivo) de las nocivas radiaciones de la pantalla del ordenador, ante la cual pasaba yo algunas horas de trabajo y todas las de asueto. Así, con el cactus cerca, no te quedabas impotente, ni se te hacía la saliva más viscosa, ni te salían tumores en el entrecejo, almorranas en el esfínter ni forúnculos en el gañote. Un fiel compañero, vamos.

 
Así que estoy resuelto, la próxima vez que pase ante una floristería, a entrar y apadrinar uno de estos fieles compañeros y, si lo saco a flote, hacerme con una discreta colección de estas plantas que, alguien que con seguridad no las ha mordisqueado, clasifica como “suculentas”, esto siempre me ha hecho gracia, los cactus tipificados como plantas suculentas; no me extrañaría ver en la taxonomía botánica a cerezos y melocotoneros situados en el orden de las repugnáceas. No pienso airear más mi ignorancia siguiendo por este camino. En realidad, más bien, he intentado informarme en este enlace: Plantas suculentas. Información

Y además he dado con esta bonita lámina de mi vieja enciclopedia que, como viene siendo costumbre, adjunto aquí a una resolución discretamente elevada:

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario