Comenzaré, esta vez, por dar las
soluciones a los problemas de la entrada anterior. El primero es sencillo, pero
el segundo se las trae. Incluso tomando en consideración el escaso fervor que
los alumnos de Secundaria profesan por el lenguaje matemático, los radicales se
llevan la peor parte. En el preciso instante en que asoma uno, los chicos
desenfundan la calculadora y se deshacen de él por la vía rápida, sustituyéndolo
por una aproximación decimal que, en el mejor de los casos llega hasta las
centésimas y que, tres operaciones después, ya les acarrea un error de bulto.
Este es el primer problema. Si mandas a
tu hijo a un colegio de élite y no se entera, pide que te devuelvan el dinero y
matricúlalo en la pública. A no ser, como ya dije, que estés más interesado en
que establezca contactos con un futuro Gürtel, para estar en las tramas
verdaderamente lucrativas, donde no es necesario saber calcular el área de un
trapecio, bueno sí, en el gimnasio.
Este es el segundo problema. Resolver el
área de un polígono regular, conociendo tan solo el lado, es más simple
aplicando uh poco de Trigonometría, ya que conocemos los ángulos centrales e
interiores… He supuesto que los alumnos de 2º o 3º de ESO todavía no manejan tales
conceptos. Esto está en el enlace http://es.wikipedia.org/wiki/Pol%C3%ADgono_regular,
por si no has tenido bastante (es donde primero mirará un alumno).
Para aligerar la entrada de la pesadez en
que se ha sumido traeré aquí dos bromas: una léxica y otra algebraica. La
primera dice así: “escribir el número sesenta usando una suma con tres cifras
iguales”. Todo el mundo contestará rápidamente: 20 + 20 + 20. Y tú, para
hacerte el antipático, dices: “incorrecto. Veinte es un número de dos cifras,
así que has usado seis cifras y no tres. ¿Cuál es la solución?” Es muy fácil.
La segunda requiere plantear un sencillo
producto algebraico, por ejemplo, propones el cálculo de
(x – a) (x – b) = x2 – ax – bx + ab
Si tu interlocutor muestra paciencia y
recursos sigues con
(x – a) (x – b) (x – c) = x3 – ax2 – bx2
– cx2 + abx + acx + bcx – abc
Lo cual ya entra en la categoría de “un poco coñazo”,
ya que no conozco a nadie que se pirre por los productos de polinomios.
Entonces le sueltas la bomba: ¿sabrías calcular
(x – a) (x – b) (x – c) (x – d) … (x – z) ?
Te preguntarán que si estás mal de la cabeza y, sin
embargo, es muy sencillo. Para ser exactos, terroríficamente sencillo.
¿Cómo te has quedado? |
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