¡Cuidado, Morgan, a tu espalda! Demasiado
tarde. Cuando intenté reaccionar, ya me habían disparado.
Mi pueblo no es demasiado grande y sus
afueras se alcanzan enseguida. Tampoco es exactamente tan homogéneo,
autocomplacido y compacto como un pueblo. Ni alcanza el tamaño propio de una
ciudad. Mis paisanos no se suelen molestar, si digo que es como un suburbio, un
barrio popular de una gran ciudad… solo que sin la mentada ciudad al lado.
Algo, quizá heredado de un reciente pasado industrial, quizá atribuible a la
inconsistencia de lo que resta del casco histórico, le dan este carácter que,
para mí, es un atributo amable, casi diría que positivo. Los turistas que
abarrotan el Pirineo, desde que nos circunvala la autovía, ya ni pasan por
aquí.
Una de las vistas más características (y atractivas)
de Monzón, se obtiene desde el monte del Palomar, un escalón de arcilla y
areniscas de unos treinta o cuarenta metros de altura, que cierra por el norte
el barrio homónimo. Una subida asfaltada, desde la salida por carretera a la
Almunia de San Juan, te deja en este cómodo mirador en menos de diez minutos.
Aquí estaba un servidor una mañana, en
ocupaciones propias de paseante jubilado, haciendo una foto panorámica, cuando
fue pillado por un paisano que le sorprendió desde atrás y ¡clic! El fotógrafo
fotografiado “a traición”. Encima, el colega, otro aficionado a la
digitalización de los paisajes, tuvo algunos días después la amabilidad de
darme la foto. Él las copia en papel (curiosa manía) y el escaneado de la toma
tal vez no le hace justicia.
Pero, en fin, a lo que iba: con cinco
fotografías, monté una panorámica de Monzón presidida, cómo no, por el castillo
templario-napoleónico y hoy la cuelgo aquí, montada y desmontada. Esto requiere
una explicación: la panorámica original es una fotografía de 9720x3750 píxeles,
más de 35 megapíxeles. Si subo semejante archivo al blog, va a tardar más que
el consenso para la reforma de la Constitución, así que he optado por subir los
cinco trozos que la componen (de 2500x3750), para que cualquiera que tenga
cualquier versión de Photoshop o, simplemente, la paciencia de cortar y pegar,
se haga con la que, hasta donde yo sé, es la mayor fotografía de libre
disposición de Monzón City que hay puesta y expuesta en el internete. Eso sí,
la panorámica que acompaña arriba es una versión reducida, con evidente pérdida de
detalle.
¿Por qué tanta pasión por el detalle? Yo siempre digo que, como soy
medio ciego, el paisaje lo veo en mi casa, en la pantalla del ordenador: en la
visión real, el ochenta por ciento de los pormenores se me pasan por alto.
Todas las preguntas que comienzan por “¿has visto…?” las respondo igual, sin
atender al desenlace. “No”.
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