El tío bromista se adelanta, en el paseo
familiar, hasta el abrevadero, se apoya en el borde y grita hacia sus sobrinos:
”Venid a ver los peces de colores”. La chiquillería corre, entre ilusionada e
incrédula, hacia el prometido espectáculo de maravilla. El tío, con la mano
abierta y el brazo extendido, en un rápido movimiento semicircular, levanta
gruesas salpicaduras de agua, rociando a los niños que se acercan y dejándolos
casi empapados y con un chasco monumental. El engaño de los peces de colores,
una vez más, ha dado resultado. Los que no lo sabían han sido burlados y se
sacuden el agua más enfadados por la burla que por la mojadura.
Porque, ¿qué niño se resistiría al
encanto de los peces de colores? Yo no, desde luego. Cuando era pequeño tenía
una enciclopedia, con encantadoras ilustraciones en cuatricromía y me pasaba
ratos y ratos mirando láminas de peces, de piedras preciosas, de uniformes
militares o de volcanes. Al haber dado con ella de nuevo, no he podido resistir
la tentación de compartir esas imágenes con las que combatía algunos tedios
infantiles, en la época anterior a la televisión y la informática. He escaneado
las láminas a mucha resolución, puedes hacer click para agrandar o descargar
las imágenes originales si te gustan.
No se trata de fotografías, son
ilustraciones pintadas, con mucho mimo y un cierto toque ingenuo, por laboriosos
artesanos trabajando a destajo, por cuatro cuartos, para las editoriales. A
tamaño natural, lucen más. Va una muestra:
fantásticas yo también las recuerdo, en los diccionarios siempre se podía ver algunas,también en laminas, los peces abisales,esos si que me fascinaban y me siguen fascinando..Gracias por compartir!..
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