Esto es un conato de banda sonora
en busca de película. Una inofensiva pieza musical de tipo orquestal de torpe
pureza, de ingenua perversidad. Son sólo dos minutos, apenas un apunte de un
canto fúnebre de amor por la vida. Esta vez las secuencias me salieron de un
tirón, en una sola sesión, y decidí no retocarlo, ya que no sabía cómo
conseguir una mezcla más pulida ni un desarrollo más completo y acabado. Si la
música hecha por ordenador puede ser espontánea, ésta lo es.
Para hacer su escucha más
llevadera lo he insertado en un vídeo
hecho con fotos de almendros en flor. Por aquí abundan y se hallan en la parte
final de su floreciente temporada. Se sugiere imaginar al lento compás de la
música la caída de los blancos pétalos marchitados como si se tratara de los
copos de una mansa y tibia nevada.
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