viernes, 5 de abril de 2013

Carelman Y Sus Objetos Imposibles

¿Y si nuestra vida cotidiana no fuera sino una repetición de esfuerzos absurdos, de gestos superfluos, de movimientos ridículos, de tareas inservibles? Eso es lo que parece creer Jacques Carelman, cuya rebelión contra el sagrado utilitarismo imperante es un eficaz antídoto contra la depresión. Nos rodeamos de multitud de objetos que nos parecen útiles, que creemos que cumplen una función en nuestras vidas, Carelman, con un puñado de diseños disparatados, subvierte nuestra confianza en el ingenio humano a la par que nos hace dudar de algunas de nuestras “necesidades” materiales, así como de algunas de nuestras más provechosas actividades. Sus objetos son decididamente inútiles, humorísticamente estrafalarios, pero si nos detenemos a reflexionar ¿cuántos de los objetos de que nos rodeamos afanosamente no son sino herramientas para complicarnos la vida?¿Cuánto trabajo dan los objetos que ahorran trabajo?

Jacques Carelman fue un polifacético artista gráfico francés que murió hace poco más de un año y que debe primordialmente su fama, al aquí llamado “Catálogo de Objetos Imposibles”, cuyo original data de 1969, y que es una especie de parodia sarcástica de un catálogo de venta por correo. A mi modo de ver, está muy influenciado por conceptos dadaístas y surrealistas: Tristan Tzara, René Magritte y Marcel Duchamp, podrían ser sus maestros más evidentes.

 
Presenta sus “ofertas” con un lenguaje publicitario engolado y falsamente solemne. Algunas son irresistibles, como este bolso para gato, del que afirma: “Útil para que su gato viaje cómodamente sin tener que ir en el sempiterno cesto de mimbre, antiestético y pasado de moda. Bolsa de piel flexible acolchada. Máscara de plexiglás agujereado para la cabeza. Asas sólidas. Cremallera dorsal. Artículo original y de excelente gusto.”

 
Su producto más conocido y emblemático es esta cafetera para masoquistas. La imagen explica suficientemente en qué consiste.

 
Esta hamaca autónoma también me parece irresistible: “Gracias a sus dos globos, no necesita apoyo ninguno. Mientras se echa la siesta, podrá usted pasearse suavemente a merced de la brisa.”

 
¿Y qué “manitas” dejaría escapar esta brocha para tubos? ”La distribución circular de la cerda de esta brocha permite pintar un tubo de una sola pasada. (Disponible, por encargo, en cualquier diámetro.)” Una gracia adicional, como se ve, es que la mayor parte de estos objetos no sólo fueron ideados, sino que se construyeron realmente.

 
Algunas veces hace una incursión en el humor negro, como se aprecia en este singular anuncio de escaleras adaptadas.

 
Nada escapa a su afán de innovación, tampoco el menaje. Este tenedor de seguridad, “por carecer de puntas, se recomienda para niños de corta edad”.

 
Acabo con la que, para mí, es una de las joyas del catálogo; la mesa de ping-pong “Todas Direcciones”, de la que explica: “Esta mesa de dimensiones rigurosamente reglamentarias, gracias a su forma ondulada aumenta el placer del juego por los inesperados rebotes de la pelota, comparables a los de un balón de rugby.”

Eso fue todo. No descarto volver más adelante con más objetos imposibles. Es fantástico el puzzle de dos piezas o la increíble colección de bicicletas. Si tardo demasiado, sería sensato que te compraras el catálogo en caso de que te haya gustado como a mí.

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