En la revista Rockdelux de Enero de 2014 se
hace un repaso acerca de los mejores discos, películas y libros del año 2013.
La lista correspondiente a los libros más destacados está encabezada por “La
Trama Nupcial”, una novela de Jeffrey Eugenides, así que me la consigo, me calo
las antiparras y me pongo a devorarla, de momento con agrado.
Trata de la vida y milagros de Madeleine,
una joven universitaria norteamericana que está a punto de concluir sus
estudios de literatura inglesa. En un seminario avanzado con el desalentador
nombre de “Semiótica 211”, ha de leerse “El discurso amoroso” de Roland
Barthes, que en las páginas de la novela de Eugenides, se cita con profusión.
Entre que soy de ciencias y que tampoco
soy el lector más culto del condado del Cinca Medio, tengo que reconocer que
escasamente había oído hablar de Roland Barthes. Si de un prohombre me dicen
que “fue un filósofo, escritor, ensayista y semiólogo francés”,
estructuralista, por más señas, pues me imagino que es un tipo difícil y no
salgo corriendo a comprar sus obras. Craso error, pues sus citas, en la novela
de Eugenides, me han gustado tanto que las copio aquí, para que no se me
olviden:
“La espera
L attente / la espera
Tumulto de ansiedad provocado por la
espera del ser amado,
sometido a demoras triviales (citas,
cartas, llamadas
telefónicas, compromisos de reciprocidad)
...La espera es un encantamiento: he
recibido órdenes de no moverme. La espera de una llamada telefónica está por
tanto trenzada de infinitas prohibiciones diminutas e inconfesables: me prohíbo
irme de la habitación, ir al aseo, incluso llamar por teléfono (para evitar que
la línea esté ocupada)...”
Fête / Fiesta
El sujeto amoroso vive cada encuentro
con el ser amado como una fiesta.
«Vivo unos días tan felices como aquellos
que Dios reserva para sus elegidos; y sea lo que fuere de mí, no podré decir
nunca que no he gustado de los gozos más puros de la vida.»
En el libro, publicado en estos pagos por
Ediciones Siglo XXI, se comenta: “Entre los intelectuales de izquierdas de la
época imperaba la ideología de la liberación sexual y del freudo-marxismo, para
los cuales el sentimentalismo era sinónimo de conformismo de pequeño burgués.
Barthes quiso volver a dar voz a aquello de lo que ya no se podía hablar…”
Y como me ha parecido interesantismo (si
no, no pondría esto aquí), he rebuscado y he encontrado unos fragmentos
adicionales en esta dirección:
http://books.google.es/books?id=hd6g8cv5rUQC&pg=PA79&hl=es&source=gbs_toc_r&cad=4#v=onepage&q&f=false
http://books.google.es/books?id=hd6g8cv5rUQC&pg=PA79&hl=es&source=gbs_toc_r&cad=4#v=onepage&q&f=false
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