viernes, 21 de marzo de 2014

Si Dios Fuera Negro

Según el Génesis, Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Cabe preguntarse si primero ensayó y tal vez desechó al orangután, al chimpancé y al gorila, pero de todas formas se nos instruye en que no podemos imaginarlo como un caballo todopoderoso, una mosca omnisciente o un pulpo misericordioso.

El racionalismo de corte agnóstico o ateo, que deriva de la Ilustración, nos dice que es el hombre quien ha creado a Dios a su imagen y semejanza, lo cual es menos confortable, pero de comprensión más fácil.

Ni una ni otra creencia nos aclaran nada acerca de la raza o grupo étnico al que Dios creó más próximo al modelo por Él personificado . Cualquier teólogo serio nos ilustrará acerca de que, siendo Dios un ente sobrenatural, la pregunta sobre su apariencia sensible carece de sentido.

 
Lo cual no quita para que la imaginación popular se enardezca con su aspecto y majestad y lo encarne en blanco, negro, oriental o piel roja, según las preferencias de cada grupo de creyentes.

“¿De qué color es la piel de Dios?” es el título de una canción de los 70, de fuerte carácter ecuménico: en ella, Dios es un ser policromado y multirracial que no hace distingos en la humanidad que ha creado, en sus criaturas marcadas, ellas sí, por caracteres raciales distintivos.

He encontrado otra canción popular, pegadiza de la muerte, que va un paso más allá en la concreción de la estampa del ser supremo: resulta que Dios es blanco, e imaginan un simpático y delirante cambio de las tornas, que se produciría de pertenecer Dios a la raza llamada, por corrección política, de color. Transcribo la letra:

Comienza con un estribillo que se repetirá varias veces: “Si Dios Fuera negro/ todo cambiaría,/ serían los morenos/ los que mandarían.” Y sigue: “Negro el presidente,/ negro el senador,/ negros los ministros/ y el gobernador. (Estribillo). Negro el Vaticano,/ negros los obispos,/ la Virgen María,/ negro Jesucristo. (Estribillo). Negra Marilyn,/ negra su sonrisa,/ negra Blancanieves,/ negra Mona Lisa. (Estribillo). Negra la mañana,/ negro el mediodía,/ los atardeceres/ y el resto del día.” Luego se repite todo, con una variación: “Si Dios Fuera negro/ todo cambiaría,/ serían los morenos/ los que mandarían./ Negro el Vaticano,/ negros los obispos,/ el Papa Juan Pablo,/ también Jesucristo.”
 

Los Calchakis cantaban a finales de los 70 (o principios de los 80) este simpático y puede que algo contraproducente alegato antirracista. El otro día lo volví a escuchar y me pareció tan gracioso, como pasado de moda en los tiempos del presidente Obama.

Pero luego, vi las fotos de la valla de Melilla y me apercibí de que, tal vez, si Dios fuera negro, serían los blancos los que saltarían, para ir al sur del Sahara en busca de medios de vida. O quizá sólo es una cuestión de que Dios es rico y por eso les toca saltar a los pobres. “Si Dios fuera pobre/ todo cambiaría,/ serían los ricachos/ los que pagarían”. Pero, ¿cómo va a ser pobre si es el Señor de toda la creación? (Al menos, así queda demostrado que no actúa por racismo).
 
 
 

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