jueves, 30 de junio de 2016

La Pequeña Ciudad Episcopal En Tiempos De Los Beatles 57

Se quedó un momento en blanco y prosiguió:

 - Volviendo a la mala noticia, y ya me pueden creer si les digo que lo lamento, no obstante es un asunto que no está en mi mano en absoluto. Aquí solamente soy el mensajero de la empresa, a cambio no saben lo que me duele hacerles partícipes de esto: la beca de Teófilo, cuya generosa dotación económica nos permitía competir en obra social con las mismísimas Cajas de Ahorro, ha caducado, ha prescrito. El compromiso, que afectaba a seis años, se ha extinguido. A partir de hoy, tendrán que hacer frente ustedes a los gastos de los estudios de Teófilo, si es que el muchacho decide continuarlos.


 - No me diga, excelencia, que me va a dejar al chico colgado, como si fuera un chorizo de sarta – dijo alarmada mi madre. – Y ahora, ¿pa dónde echamos la gorra?


 - A cambio hubieran podido solicitar una ayuda del Ministerio, aunque es poco probable que se la hubieran concedido y, de todas formas, ya están fuera de plazo. A partir de ahora, tanto la matrícula, como los libros y otros materiales, son gastos que correrán de su cuenta y, si el chico ha de estudiar fuera, los viajes, la manutención, la habitación… en suma, todo.


- Ay, Dios mío, ilustrísima, si soy una pobre viuda sin recursos, que no tenemos ni ande caenos muertos, ¿cómo voy a hacer yo frente a semejante sangría de gastos?


 - Tengan en cuenta que, durante este curso, podrá seguir aquí en el Instituto, con el Preuniversitario, pero a cambio el año que viene habrá de salir, lo más cerca, a Zaragoza.


 - Ay, Virgencita del Perpetuo Socorro, ¡qué apuro! - Mi madre chemecaba e hipaba y don Gustavo bajó la voz y la convirtió en un susurro melifluo:


 - Sinceramente no creo que estén en condiciones de encarar con éxito semejante situación. Pero lo que el Señor nos quita con una mano, su Santa Madre a cambio nos lo restituye con la otra. En esta entidad tenemos un problema que, para Teófilo, será una gran oportunidad. Nos hace falta un ordenanza, un botones como dice la gente de la calle a cambio. Y nuestra experiencia, hasta ahora, es un desastre. Un chico sin estudios no da una a derechas: ni sabe certificar una carta correctamente, ni llevar a cabo un recado complejo, qué se yo, un apremio de pago, una notificación a un comerciante local, una letra al protesto, cosas que requieren cabeza y mano izquierda, misiones comprometidas, “en el papel pone que le vamos a ejecutar el cobro, pero el señor director dice que no se preocupe, que usted ya sabe lo que hablaron a cambio”... No podemos poner a un zoquete a llevar y traer los encargos de la entidad, que a veces son muy delicados.


 - Ay, yo sí que estoy delicada, de la vesícula, que se me ha ido desviando hacia la matriz.



 - Y, por otra parte, un chico con estudios no quiere ni oír hablar de un puesto semejante: poco sueldo, abundantes tareas, mucha responsabilidad y, sobre todo, ser el último en el escalafón, a cambio querrían entrar por lo menos de Director, o de Presidente del Consejo; muchos libros, muchas leyes y no saben hacer un inventario, un asiento contable o, si me apura, un simple porcentaje.


 - Y por eso me salió un porcentaje altísimo de azúcar. – Esta observación de mi madre pretendía dulcificar a don Gustavo, que prosiguió:


 - Nosotros aquí hemos pensado que Teófilo sería ideal para el puesto y el puesto ideal para Teófilo: se corta el pelo, se limpia las uñas y le damos un anticipo para que se vista de persona decente, responsable y seria. A cambio, en un mes no lo conoce ni usted. Y con un porvenir, lento y costoso, pero seguro, en el seno de una gran entidad que extraerá de él cosas que ni sabe que lleva dentro: no hace falta que me conteste hoy ni mañana; hasta que no empiece el curso, puede pensarse la oferta.


 - Madre del amor hermoso, pero qué bueno es usted.


 - Si accede, porque cree que le conviene y, ya les digo yo, es lo que le conviene, iríamos concretando los detalles. – Don Gustavo reparó en lo amohinado que estaba yo ante semejante encerrona y se dirigió a mí, a modo de resumen:


 - El Banco no asumirá más tu beca, lo siento chico, pero ves, a cambio te puedo ofrecer una buena colocación. El puesto vacante de botones te espera precisamente a ti: a los que tienen estudios, no les interesa y los que no los tienen son un auténtico desastre, no saben ni comprar una póliza, ni cobrar una factura, ni poner bien una dirección, qué país.



 - Diga que sí, don Gustavo, diga que sí, que este chico vale un valer pa los recaus de los dineros: a mí me sisaba cuando lo mandaba a comprar, con tanta maña que ni cuenta me daba. Parece un poco zamueco, pero ya verá como lo convertimos en un hombre de provecho, para el banco y para él mismo, ¡que ya es hora que se saque alguna perrica con su sudor!


Después de una ceremoniosa despedida con la que a mi madre casi le salen bisagras en la barriga, ganamos la calle Mayor, yo más cabreado que un mono, aunque a la señá Anacleta los ojos le hacían chiribitas. Traté de despertarla:


- Pero, ¿estás mal de la cabeza o qué es lo que te pasa? ¿Tú me ves aquí de chico de los recados, yendo a por un cafelito y trayendo los periódicos, hasta que me reluzca la calva? Yo quiero seguir estudiando, lo que sea y como sea: me iré fuera el año que viene, aunque antes me buscaré un trabajo que pueda compaginar con las clases, ¿has visto el folleto ese, que fabricas lociones en casa y luego las envasas y las vendes a domicilio? Pues con eso, o algo parecido, voy a ser capaz de pagarme una carrera, y seré profesor de Literatura, notario o arquitecto, ya vas a verlo…


Mi madre, sin embargo, remató lapidaria:


 - A ti, los títulos esos no te han de servir de nada. Estudiar es perder el tiempo.



martes, 28 de junio de 2016

Los Antiguos Reinos De La Naturaleza

Pues sí, confieso haberme esforzado durante cerca de cuarenta años en ser un buen profesor de Ciencias Naturales y, bueno, admito no haberlo conseguido ni de lejos. Batallaba con bizarría con algunas carencias, por ejemplo, creo haber dicho ya que mi vocabulario específico para designar la naturaleza por entero constaba de tres palabras: bicho, planta y piedra.

En Albelda, un animoso muchacho y excelente alumno me trajo una muestra mineral, hallada por él en el rico entorno que lo inanimado exterioriza por aquellos lugares. “¿Qué es esto?” me preguntó con interés. “Una piedra”, le respondí con mi mejor buena fe. “Ya, pero ¿cuál?” insistió confiando en los sólidos resortes de mi ciencia. “Pues no lo sé. Consúltalo allí en el atlas de mineralogía”. Aunque me hubiera ido la vida en ello, no hubiera sabido decirle si cuarcita, calcita o calcopirita, así que preferí no abusar de mi ignorancia, ni de la suya.




Y no sé por qué, pienso que la taxonomía de los antiguos Reinos, Vegetal, Mineral y Animal, era más accesible que las difusas repúblicas que salen en los manuales recientes, donde los muchachos son enfrentados a un batiburrillo de ecosistemas, presuponiendo unas capacidades científicas que ignoro cómo, cuándo y dónde han podido desarrollar: en los últimos tiempos disfrutaba de alumnos a los que el empacho de documentales había hecho creer que lo sabían todo sobre los animales. Decían con aplomo que las avispas asesinas eran más poderosas que la ballena azul y que el delfín nariz de botella era más inteligente que el orangután de Borneo… Pero ignoraban si una tortuga es un mamífero o un reptil, o no sabían cuántas patas tiene una mosca.




De las láminas de la enciclopedia he extraído estas clasificaciones muy básicas (y, probablemente, con criterios ya obsoletos) de los vasallos del reino natural… Y lo he hecho por compartir la belleza un tanto ingenua de estos coloridos “archivadores” de los seres animados e inanimados y porque recuerdo, ya con ternura, la ardua pelea que tuve, curso tras curso, para implementarlos en las meninges rebeldes pero curiosas de unos cuántos centenares de chicos y chicas, entre los que no descarto que hoy haya un genuino naturalista. O hasta más de uno.



jueves, 23 de junio de 2016

El Espíritu De La Comedia 2

Sigo citando extractos entrecomillados del magnífico ensayo de Antonio Escohotado (El Espíritu de la Comedia, 1991) .Hoy pondré el foco en lo que conocemos como Sanidad Pública, cuya concepción, en mi caso, ya era un tanto pesimista:

Una organización clientelar carísima e ineficaz que vive de gestar y gestionar enfermos crónicos, preferiblemente ancianos (por ser los rehenes más indefensos e incurables). Es también un sistema que genera un sometimiento a una autoridad político-médica de corte rigurosamente dictatorial.


Escohotado no es tan lapidario: explica con razonamientos amplios y sutiles de qué manera el Estado moderno se ha apoderado de nuestras decisiones en el campo de la salud física y psíquica, con el señuelo de la asistencia sanitaria y, siempre en contra de las decisiones autónomas de los sujetos, desposeídos una vez más de su libertad y de su responsabilidad y una vez más, tratados como menores o tontos de baba. 





Comienzo: “Una explícita «apuesta por la vida» ha conducido a notables cambios en las leyes”… “Se diría que es el forzoso acompañamiento a su oferta de bienestar, si bien cabe distinguir allí dos aspectos. Por una parte hay el sistema de seguridad social, que a cambio de metálico suministra atención médica gratuita y pensiones. Por otra hay un cuadro de servicios más reciente, que convierte la atención médica gratuita en obligatoria y se propone en general combatir vicios insalubres, con una alternativa mixta de deporte y pasatiempos sanos.” Con lo que “incluye una dictadura higiénica” y algo más.

“El largo Imperio eclesial inventó, entre otras cosas, las emisiones de indulgencias. Más científico, el Estado contemporáneo confía a médicos y psiquiatras gran parte de lo que otrora fue incumbencia de clérigos.”

“…para prevenir el cáncer de pulmón no basta informar verazmente; hacen falta órdenes a caballo entre el artículo de fe y el reglamento disciplinario. De ahí diez mandamientos generales sobre dieta, hábitos y comparecencias ante el médico. El primer mandamiento dice: «No fume. Si lo hace, que jamás sea en presencia de otro.»”

“Inermes ante una destrucción sistemática del medio, metidos durante el invierno en urbes mefíticas y fugados en verano a playas contaminadas, sólo recordando que la esencia de la disciplina es reducir a impotencia la voluntad original del sujeto se entiende que a Sanidad le inquieten tanto quienes asumen conscientemente el riesgo de contraer cáncer pulmonar – los indóciles tabacómanos - , y tan poco los expuestos inconsciente e involuntariamente a él. Esto es innegable cuando de 23 substancias cancerígenas, usadas generosamente por la industria, el Ministerio ha decidido prohibir tan sólo una (el benceno) y desentenderse de las otras 22, callando incluso su nombre, quizá para evitar que quienes trabajan en instalaciones donde se emplean, o simplemente cerca, empiecen a fumar cuatro paquetes diarios de cigarrillos sin filtro.”

“Fumar tabaco limita la autonomía, cuesta dinero y no puede ser sano en sí. Quien se jacte de tener ese hábito es bobo o hipócrita. Pero fumamos por un complejo de razones: compone coreográficamente el gesto, descarga tensión, llena el rosario infinito de segundos con algo familiar. Quien sabe existir sin rutinas es un ave rara, y la mayoría de los mortales nadamos en precarios equilibrios anímicos, articulados sobre una o varias costumbres rígidas, maniáticas, cuya suspensión engendra desasosiego. No obstante una cosa es argumentar los inconvenientes del tabaco, y otra – diametralmente distinta – que alguien se sienta legitimado para coaccionar a otros. O las manías son asunto privado (y en eso se distinguen de los delitos y las faltas) o son asunto público. Si son asunto público, ajeno a sectarismos, es exigible que se ataquen primero y más las peores, como la ley castiga primero y más el parricidio que el allanamiento de morada.”



“Tras repasar el catálogo de hábitos viciosos, sugiero que sólo hay una pasión incondicionalmente abyecta y nefasta para todos en el mundo, que es la dineromanía.”

…”La perfecta dignidad de este vicio proclama que a nivel oficial ha dejado de ser individualmente patológico, y socialmente devastador. Para los Estados salutíferos es más bien el cebo perfecto, una bendición que lubrica todos sus engranajes. Solo, o combinado con la manía de celebridad a cualquier precio (la no menos promocionada famamanía), es el filtro que introduce sin asperezas las disciplinas vigentes. En conjunto, presenciamos campañas muy imparciales y desinteresadas contra el vicio.”

Tras este sarcasmo, debo hacer notar que Escohotado es un partidario de la legalización de todo tipo de sustancias de esas que el Estado que nos vende protección llama “drogas”. Su nocividad y el coste social que supondría la libre circulación de semejantes tóxicos, aun siendo muy elevado, no sería ni la décima parte de los costes y perjuicios que acarrea la prohibición: policía sobredimensionada, rehabilitación, confidentes, bandas organizadas, violencia criminal…

También se explaya el autor sobre el derecho a la eutanasia, “y el estamento terapéutico - ¿quizá por casualidad? – mantiene un horror a la eutanasia esencialmente idéntico al de la Santa Sede.” Luego nos demuestra que no hay tal casualidad, pues la prolongación artificial de la vida y del sufrimiento es un gran negocio y, por otra parte “la existencia individual adulta pertenece finalmente al Estado”.

En la próxima (y última) entrega sobre este magnífico ensayo, trataré de abordarlo con una perspectiva más global en su variedad temática. A ver si consigo sintetizar un poco su miga.

Antonio Escohotado Entrevistado Por Jesús Quintero

martes, 21 de junio de 2016

Día Europeo De La Música

No quedan días en el calendario. Al revés, casi en cada fecha tiene uno que concienciarse, dios qué palabra tan horrorosa, sensibilizarse (no tiene arreglo), de algún hecho: un problema, una discriminación, una carencia… Y no, no nos quedan 364 días para vivir tranquilos. El día 15 me quedé patidifuso, entrecomillo: “Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez”, ¿creen ustedes que los candidatos políticos dejaron de darnos la brasa a los indefensos elementos de la tercera edad? Nada. Como si fuera el Día Internacional Del Proctólogo Despiadado. No cejaron, quiero decir. El día 16 fue el Día Internacional del Niño Africano y el 20, ayer, el muy triste Día Mundial del Refugiado. 

Menos mal, que el próximo 26 es el Día Internacional de Apoyo a las Víctimas de la Tortura ¡Qué coincidencia! Sí, el día de las elecciones, el 26-J, como se dice ahora, que no se sabe si es el 26 de junio, de julio o de jenero. Y si alguien cree que todo hasta aquí es una de mis características bromas frívolas, que investigue y verá que punto por punto me he documentado.



Por ejemplo hoy, día 21 de junio, me sorprende este impresionante elenco:
Día Internacional del Sol (coincidiendo con el Solsticio de Verano, aunque en los medios que me adoctrinan dijeron que fue ayer. Es curioso que esta celebración haya adquirido un carácter ecologista, ¿seremos ahora responsables de la conservación del Sol?)
Día mundial contra la ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica, lo aclaro por si alguien cree que el mundo es contrario al sindicato nacionalista vasco).
Día Internacional del Yoga.



Y Día Europeo de la Música. Hombre, por fin algo más alegre y asequible para que yo me embarque en una eventual celebración, aunque me pregunto ¿europeo? ¿Hay día asiático de la música? ¿O día norteafricano de la clave de fa? En fin, parece que se celebra desde 1982, promovido por el Ministerio de Cultura de Francia, en el ámbito de la Unión Europea, para “promover el intercambio cultural entre los pueblos y el trasvase musical de unos territorios a otros”, pues muy bonito. 


Mis vecinos deploraron la celebración.

Y para sumarme a ello, cosa que nadie me había pedido, enlazaré un vídeo de mi sinfonía predilecta de Mozart, una que compuso en Salzburgo en 1773 ¡a la edad de 17 años! ¡La número 25! ¡Virgen santísima y en aquella época no hacían la ESO!…

El tema principal del primer movimiento, muy sincopado y totalmente impactante me tiene todavía prendado… Si el hechizo también te alcanza, puedes buscar los tres movimientos restantes en YouTube o seguir este enlace:

http://tono-menor.blogspot.com.es/2011/09/grandes-obras-sinfonia-n-25-en-sol.html


Que lo disfrutes y no sólo en esta fecha.


miércoles, 15 de junio de 2016

De Nuevo La Pesadilla Electoral

“La democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre. Con excepción de todos los demás.” Esta conocida frase de Winston Churchill que fue primer ministro inglés durante dos mandatos y Premio Nobel de Literatura en el año 1953, es un resumen tan lapidario como pesimista de nuestras creencias políticas actuales.

Me remontaré a Aristóteles en el segundo y último párrafo serio de esta entrada: según el eximio pensador griego, hay tres sistemas de gobierno posibles en una sociedad, esto es, la monarquía o gobierno de uno sólo, la aristocracia o gobierno de unos pocos escogidos y la democracia o gobierno de todos los ciudadanos. Cuando estos tres sistemas se degradan, dan lugar a tres más, que son imágenes corrompidas de los tres citados: la monarquía se pervierte en tiranía, la aristocracia se envilece en oligarquía y la democracia degenera en demagogia. Añade si no recuerdo mal, o tal vez lo haga alguno de sus glosadores, que, de los tres sistemas originales, el preferible es la democracia, seguido de aristocracia y monarquía, pero en la versión pervertida de los tres sistemas, el orden se invierte: preferible tiranía a oligarquía y ésta a demagogia, que resulta, de semejante modo, lo peor.



Una pastilla para la Memoria Histórica

Bueno, pues siendo testigo presencial y asustadizo cada día de la conversión de nuestra imperfecta democracia en una pujante demagogia, he dado en tener pesadillas. Pesadillas electorales, de las que me queda un impreciso recuerdo que consignaré aquí fragmentario, antes de que se me olvide:


Un señor, ataviado con el traje regional de la derecha vergonzante y global, da un mitin tras un cartel con el eslogan “Descubre al Idiota que hay en Ti”. Insta a los escasos pero entusiastas asistentes a recogerse un instante, rezando una oración en honor de Nuestra Señora del Cohecho, la del Inmaculado Berberecho. Y comienza:


“No es suficiente con ser pobre para ser infeliz, hay que tener otras taras.” “…Y desconfío siempre de alguien que dice hay mucha gente que lo pasa mal, porque percibo que su intención no es aliviar a esa gente (en realidad le suele importar menos que a mí), su intención real es joder a la gente que lo está pasando bien. Y el motor real no es la compasión por la gente que lo pasa mal, sino la envidia de la gente que lo pasa bien. Un consejo para tanta gente decente que lo pasa mal: dejen de lado tanta decencia, tanto decoro y echen una canita al aire, así lo pasarán mejor.” “…Es muy fácil herir los sentimientos de la gente: al que no le lastimas la vanidad, le dañas en su codicia, afrentas su cobardía o le molestas en su autocomplacencia.” ”…Todas las comparecencias son odiosas, así que más vale votar por un hijo de puta que por una puta en estado de gran fertilidad. Gracias.”



Esperando un pacto por la Educación

Cede el turno a un candidato de edad muy avanzada, que manifiesta, entre aplausos: “Me siento como un patriota vasco en el séptimo zulo”. Más sosegado, continúa: “A los jubilados nos gusta mucho el parte meteorológico, es el único ámbito donde percibimos que alguien se esfuerza por dar algún tipo de información verdadera. Y os comparto mi única certeza: los deseos son ilusorios y su cumplimiento despeja tales ilusiones, dejándonos sin otro deseo que el de tener alguna otra ilusión.” Dicho lo cual, se arranca a cantar el himno para la tercera edad de la campaña:


“Llevando mucho tiempo en ella,
la vida es como un tiovivo.
Ves siempre pasar
los mismos caballitos
y cambian los niños.”


Y luego, ya entre el delirio, el himno de los ecologistas moderados:


“Las truchas se comprometen
a volver al río,
si los nuevos partidos
firman un pacto
contra los vertidos.”


Todos aplauden y corean repetidamente: “Me acabo de acordar / de que tengo otro Jaguar.”



El sueño de una Gran Coalición

En otra tribuna, a escasos centenares de metros, un candidato joven y ceñudo, con unos tejanos muy rajados y una camiseta blanca con el logo carmín de un Kalashnikov en el pecho, comparece tras el eslogan “Destroy Gilipollas”. Argumenta con entusiasco:


“Nadie es mejor que nadie y es gracioso, porque algunos no nos esforzamos lo más mínimo en dejar de ser escoria.” ”…Yo, que carezco del menor atisbo de sinceridad, seguro que te digo lo que quieres oír.” “…La elegancia es un lujo que los zafios no nos podemos permitir.” “…Mientras sigamos convencidos de que nuestro adversario es nauseabundo, no se derrumbará nuestro mundo.” “…Nosotros seguimos creyendo que el caos puede ser confortable. Y No nos va a pillar el toro, porque estamos muy pendientes de las encuastas.”


Suben al estrado el activista transexual Gladys Parate y su compañero sentisemental Jan Fribógar y leen un breve comunicado: 


“Normalmente no queremos leer opiniones que no corroboren las nuestras. Todo lo que daña la solidez fanática de nuestra visión del mundo, lo arrumbamos a un lado, pensando que son pamplinas y sandeces, fruto de la maldad interesada o del afán de molestarnos con nimiedades… ¡En el futuro sólo habrá medios de comunicación al servicio del pueblo!”


La vivienda, derecho constitucional

Aquí hay mucha más gente que en el otro mitin y mucho más jacarandosa, dando despiadadas collejas y sardinetas a un expresidente del Gobierno con pinta de despistado. Cantan:


“Te recuerdo Amanda
y a toda la banda,
corriendo a la clínica
donde hibernaba Fidel.”


Me invade el tedio y me entra cierta somnolencia en el sueño, que se confunde con la somnolencia con la que despierto mientras el Lorazepam aún corre por mis venas.


viernes, 10 de junio de 2016

La Pequeña Ciudad Episcopal En Tiempos De Los Beatles 56

34         ESTUDIAR ES PERDER EL TIEMPO
No sé por qué permití que me acompañara mi madre: estaba nerviosa e impertinente y no consignaré las innumerables y agrias interrupciones que intercaló en el discurso de don Gustavo. Para empezar, mencionaré que don Gustavo Lanaspa era el padre de Chus, aunque no habíamos ido a visitarlo en calidad de padre de un amigo mío, sino por su condición de director del banco Hispano Ansotano, sito en la calle Mayor y que, desde los tiempos de don Gregorio, seis años atrás, pagaba puntual y generoso una beca que permitía que un tiñoso como yo, vástago de una de las familias más menesterosas de Jaca y su comarca, pudiera cursar estudios de bachillerato, aspirar a labrarse un porvenir y codearse con la clase media de la ciudad episcopal, verbigracia con su propio hijo, a la sazón mi amigo del alma.



A la oficina se ingresaba por una puerta giratoria que constaba de cuatro grandes hojas acristaladas, cuya chirriante rotación daba acceso a un antro oscuro, oloroso a madera encerada y a eructos de carcoma ahíta, e iluminado tan sólo por cuatro flexos que proyectaban exiguos conos de luz sobre otras tantas mesas. En la penumbra menos lóbrega de semejante salón, todo en madera oscura, satinada con churretones de barniz fosilizado y preñada de crujidos, un mostrador de mármol verdinegro ostentaba un panel vertical horadado por dos ventanillas bajas y angostas con sendos letreros donde, con un remedo de letra gótica, ponía “Caja 1” y “Caja 2”, ésta última estaba siempre clausurada y, tras la otra, en un asiento alto, se erguía Cosme, el hombre más malhumorado de Jaca, cuya aspereza con los clientes que iban a retirar dinero era proverbial. En la mesa más alejada de la puerta, un rótulo rezaba “Director” y hacia allí nos encaminamos mi madre y yo. Don Gustavo nos ofreció asiento en dos sillas tapizadas de escay granate, mientras las voces de Cosme ultrajando e intimidando, con cósmica inclemencia, a un cliente que había entrado a cobrar en efectivo un cheque, no presagiaban nada bueno.


 - Les mandé ayer un recado, – el tratamiento de usted se debía a la presencia de mi madre, enfundada en un vestido negro con minúsculas florecitas granates a juego con el escay de las sillas y tres tallas menor de la que debía gastar por aquel entonces, si bien era el único vestido de verano decente que guardaba su ropero y el único compatible con el luto. En resumen, el único, aparte de sus mandiles, sayales y aperos de fregona -, les he hecho venir y espero no haberles causado ninguna extorsión en sus quehaceres y obligaciones, a cambio lo que tenía que comunicarles no admite demora…


 - Usté dirá, excelentísimo señor.


 - Como saben, la beca que disfruta Teófilo, de la que han sido beneficiarios, se extendía tan sólo hasta la reválida de sexto…



Me seguía chocando el tratamiento tan ceremonioso. El día anterior, en su casa de la Avenida de Jose Antonio, cuando me hallaba absorto escuchando el Álbum Blanco de los Beatles, que constituía la última adquisición de Chus, entró en la habitación hecho un energúmeno:


 - ¿No podéis quitar esa monserga demoníaca? ¿O a cambio bajar el volumen para que no crean los vecinos que esto es la selva del Congo? – Nos espetó a voz en cuello a Josemari, a Chus y a un servidor, extasiados ante la voz de John Lennon repitiendo obsesivamente “number nine, number nine, number nine… “. Bien es verdad, que si no hubiera gritado como un elefante cuando barrita, no le hubiéramos oído, así que puede que la música estuviera un poco alta -. ¡Siempre metidos en esta casa con esas salmodias de los watusis! ¡Largaos a los glacis a tomar el fresco! – Y desenchufó la maleta estéreo de Chus, con grave riesgo de rayar el preciado disco y, desde luego, sin dejarnos oír la voz de Ringo cerrando el álbum con “Good Night”, una de mis preferidas, porque me hacía recordar a Nines.


 - Ya me disculparás por lo de ayer – ahora se dirigía a mí – pero es que esos melenudos estrafalarios me sublevan. Además, no entendéis lo que cantan, si es que a eso se le puede llamar cantar… La jota a cambio, eso sí que es cantar…


jueves, 9 de junio de 2016

¡Caracoles!

¡Caracoles! ¡Ostras! ¡Cáspita! ¡Jopelines! ¡Rábanos! ¡Zambomba! ¡Córcholis! ¡Carape! ¡Diantre! ¡Cáscaras! ¡Canastos! ¡Zapateta! ¡Caramba! ¡Rayos! ¡Repámpanos! ¡Caray! Éste, y aún mucho más largo es el repertorio de exclamaciones eufemísticas usadas para expresar sorpresa, turbación o incomodidad, lo cual denota que el español era una lengua muy apta para la hipocresía. Y digo era, porque estas expresiones están, como se dice ahora, muy desfasadas, obsoletas, son viejunas, el hablante real usa ya tan sólo dos: ¡Coño! y ¡Hostia!



Que debieron ser, más o menos, las que yo debí usar cuando contemplé este perturbador suicidio colectivo de una miríada de pequeños caracoles, inmóviles y puede que ya un tanto calcinados en medio de una obra de arte contemporáneo ¿o formando parte de ella?




Como sin duda ocurre en tu hábitat, también en el mío los muchachos se dedican a dejar las más variadas señales de autoafirmación en cuanta pared, puerta o tapia encuentran a su paso. Provistos de uno o varios envases de pintura en aerosol, decoran con sus más o menos elaboradas imágenes, anotaciones o firmas cuanta superficie se alza ante su ir y venir.




En mi pueblo, como pasa con todo, tienen dividido al vecindario: la mitad opinan que aquello es decorar y dar una nota de color al paisaje urbano y la otra mitad considera que aquello es simplemente enmugrecer y degradar las fachadas con mamarrachos y rayujos. Como somos impares, me toca a mí deshacer el empate (a 1.515) y, debido a mi tibieza y medianía, juzgo que aquello es, simplemente abigarrar (¿os imagináis a los adultos en Altamira diciendo: “Troglodín, Cromañico, no emporqueis las paredes de las cavernas con los pintarrajos de esas ridícula
s mascotas”?)



Con las lluvias primaverales, muy abundantes este año, miles de caracoles se han dado al turismo, haciendo su sosegado “caravaning” por toda suerte de superficies… El caso es que llegaron a estos muros que la moda del grafiti no había perdonado y, o bien extasiados por la belleza y el cromatismo de las grafías, o bien atontados por la toxicidad de las pinturas, decidieron montar una acampada vertical y populosa.




En estas salió un sol de justicia, el de la primera y ruda ola de calor por estos pagos y los pobres se debieron achicharrar, evaporándose de su liviana cáscara que quedó allí como testimonio de la insaciable barbarie de la naturaleza.




De nosotros, puede que aún quede menos rastro en un verano futuro, pero mientras, pasé con la cámara y fotografié la curiosa necrópolis de los inermes gasterópodos.


miércoles, 8 de junio de 2016

Monzón Desde El Aire 3. Los Lugares Más Céntricos

Hace treinta años, lo que más hubiera llamado la atención de un forastero desembarcado en Monzón, sin duda habría sido el pandemónium ocasionado por una carretera general con un tráfico intensísimo, atravesando el mismo centro de la localidad: la entonces Nacional 240 (hoy casi sustituida por la autovía Lérida-Huesca) hendía el cogollo de la población, sembrando la populosa avenida con los animados ruidos de las arrancadas y acelerones de los motores, la simpática barahúnda de las bocinas, los gases salutíferos del diésel pedorreados con negruzca generosidad por los vehículos pesados, las vistosas colas en los semáforos (hoy erradicados en la aplicación, a los peatones, de la vigente doctrina del sálvese quien pueda)… La libertad de comercio ocasionaba, nunca sabré por qué alambicado mecanismo, que veinte o treinta camiones diarios de cerdos, provenientes de Salamanca o Extremadura, pasaran en dirección a Cataluña, mientras otros veinte o treinta abarrotados también de porcino estresado, provenientes de Vic, de Mollerussa, o de Solsona, se dirigieran hacia el centro de la Península, dejando nuestra ciudad sumida en unos efluvios embriagadores en el aire así purinificado.

Panorámica centrada en la iglesia de Santa María

Todo esto pertenece al ayer o casi: no hemos llegado aún al sueño visionario de uno de nuestros anteriores alcaldes, hombre ambicioso que prometía convertir la otrora saturada carretera en un bulevar, pero, como decimos las gentes deseosas de asimilar la propaganda que nos enchufan los medios, “hemos ganado bastante en calidad de vida”, desde que la circunvalación sacó los vehículos en tránsito del núcleo urbano, a buenas horas mangas verdes, ahora que se ha desmantelado casi toda la industria.


El pequeño río y el gran bloque

Panorámica desde el Este

En fin, la antigua carretera que viene de Lérida, cruza el río Sosa y, paralela a la exigua corriente de agua que otrora fuera el colector principal de la ciudad, atraviesa un cuarto de “milla de oro” que Monzón despliega de Este a Oeste, partiendo así el núcleo urbano casi por la mitad, al Sur el castillo y la parte “más antigua” y al Norte el reciente despliegue de establecimientos relevantes: un hotel, el Juzgado y la Agencia Tributaria, cafés y tiendas, hasta llegar a la Escuela de Idiomas, donde el nonato bulevar ha girado en una rotonda atestada y se dispone a abandonar “el centro urbano” en dirección a Barbastro.


Panorámica desde el barrio de la Jacilla

Para evitarles a los aborígenes la sensación cansina de ver su omnipresente castillo, se urdió en los primeros setenta la catástrofe urbanística del edificio Loarre, que alza sus diez pisos, sin contar los áticos, por encima del río Sosa a lo largo de cien metros de fachada, creando una gigantesca pantalla de ladrillo, que obstruye toda posible vista al maltrecho casco urbano de la parte vieja y al propio castillo, espectáculo hurtado a un concurrido parque donde las mamás pasan la tarde con sus criaturas como si estuvieran todos castigados “cara a la pared”. Hace cuarenta años este desmedido bloque era “lo más” (moderno, elegante, lujoso… ) y todos soñábamos con adquirir un piso (con garaje) en sus intrincadas entrañas, cosa que algunos consiguieron. Mas, ay, los sueños de los que planifican y ordenan devienen rápidamente en pesadillas para ellos y para todos los demás. Menudo pegote.


Desde el parque de la Azucarera

viernes, 3 de junio de 2016

El Espíritu De La Comedia 1

Estoy releyendo, por cuarta o quinta vez (es que no se me queda bien), este libro de Antonio Escohotado y he renunciado a hacer una reseña del mismo por varios motivos:

1. Es demasiado complejo. Las ideas expresadas en este ensayo cubren un amplio repertorio de inquietudes políticas, sociales y filosóficas y me resultan difíciles de sintetizar en un texto breve, se tocan aspectos muy variados que merecen ser enfocados por separado.


2. Es demasiado interesante. Es el auténtico manual de “Educación para la Ciudadanía” que ningún Gobierno de este país se atreverá a proponer para introducir a bachilleres en ideas tan contraproducentes como el binomio libertad/responsabilidad, la autonomía personal o la propaganda (lectores del “Curso Urgente…” de Monedero, abstenerse).


3. Es demasiado minoritario. Y hasta difícil de encontrar. Pese a ser el ganador de un premio de ensayo de la Editorial Anagrama no hay, hasta donde yo sé, versión digital y, desde luego, no te molestes en buscarlo en la librería de tu barrio: no lo tienen al lado de los de Julia Navarro.


Así que maltrataré al lector y medio que paseará sus ojos por estas líneas con una selección de citas, recortes y extractos, según me vayan castigando el calor y las elecciones en las semanas que se avecinan…


¿Que qué tienen que ver las elecciones? Bueno, es una de las ideas centrales del libro: lo que tú vas a elegir, no son distintos gobernantes que encarnan diferentes propuestas para el desarrollo de tu individualidad y de tu autonomía personal… Son ACTORES (mejor dicho, cómicos) ¡Es un casting, como lo oyes!



“Llevada a su práctica, la corrupción de los principios instaura comedia, como reparto de papeles entre manipuladores implacables y víctimas ávidas de victimación.”


…”Niños y adolescentes de 1990, en el mundo entero, prefieren ver los anuncios que el resto de la televisión o la prensa, cosa lógica considerando que casi siempre se pone más cuidado en confeccionar esa parte. Por lo que respecta a sus padres, sienten algo parecido a la desazón – incluso cierta animosidad inconcreta – cuando un candidato a mandatario suyo no usa en su campaña los mismos recursos que una fábrica de refrescos o de coches. Los jefes inteligentes de campaña… …demostraron que es fácil presentarle como persona arrogante, sospechosa de alguna anormalidad, a quien pretenda pasar por alto las reglas vigentes sobre venta de imagen, aunque ese individuo no aspire a ser una estrella cinematográfica, sino responsable último de la coacción.”


…”el contacto que el humano-masa guarda hoy con ilusiones, modelos, ideales y héroes esta mediado radicalmente por alguien que tiene en propio no ser nada de todo eso. Frente a la aspiración de nuestros abuelos, que consistía en tener modelos o héroes – e incluso encarnarlos desde la autoría – ha emergido como opción única ser actor o ser espectador, lo cual significa elegir entre impostura representada e impostura mirada. Se trata de la comedia otra vez, si bien ahora, sus enredos constituyen la médula del mundo, y por eso mismo aparecen faltos de distancia estética. Obedientes a una lógica circular, las masas viven sus aspiraciones mediante actores, que a su vez viven para el aplauso masivo. Dados los demás elementos, esto era de esperar y sencillamente se ha producido.”


…”En definitiva, es muy mal camino dirigirse a los votantes como si fuesen adultos con facultades de discernimiento crítico.”


…”En el caso de las elecciones… …primero se supone que el electorado es reacio a todo cuanto no sean ciertas farsas; luego esas farsas le son impuestas sin cesar como único espectáculo y, finalmente, el sobrevenido gusto por el género se denomina nueva sensibilidad, tan ajeno a humanas iniciativas como la conducta del Etna o las mareas.”



No te canso más. (Continuará)