lunes, 31 de marzo de 2014

Repulsivos Y Fascinantes Arácnidos

Una de las experiencias que más perplejidad le producían al mediocre profesor de “Ciencias de la Naturaleza” que fui en una vida anterior, es la siguiente: cuando intentaba introducir a un grupo de tiernos infantes en el conocimiento básico del otrora llamado Reino Animal, me encontraba con que todos sabían una barbaridad de datos sobre los tipos de animales más mediáticos. De la mano de las nuevas tecnologías, los documentales del National Geographic, la televisión y otras fuentes, se habían empapado de una información exhaustiva sobre la orca y el lobo gris, los delfines, los elefantes, las jirafas, el oso polar y los pingüinos… A cambio ignoraban prácticamente todo sobre las gallinas y los cerdos, no habían tenido contacto real ninguno con bichos no tipificables como mascotas y costaba casi un trimestre consolidar cualquier conocimiento formal de zoología, por muy básico que fuera: como que diferenciaran entre vertebrados e invertebrados, o que supieran cuántas patas tiene una hormiga, o cuántos dedos tiene un caballo en cada pata, o de qué está cubierto el cuerpo de los peces y otros ítems por el estilo.

 
Los más perjudicados por este sesgo de conocimientos eran los pobres artrópodos, reducidos a la infame condición de “bichos asquerosos” y englobados universalmente en una categoría sujeta a la más pertinaz animadversión: todos pican, muerden, pellizcan o irritan, son dañinos, peligrosos, molestos, feos, malolientes y sucios. Hasta las mariposas tienen un cuerpo peludo que “da cosa”, De este modo, cuando cualquier insecto o cualquier arañita se colaba en el aula, cundía la histeria colectiva: “¡Aaaah, nos va a picar! ¡Mátalo, mátalo!” Con un poco de suerte, el bichito se iba volando por la ventana o se perdía de vista, antes de que el más aguerrido de los muchachos le estampara el cuaderno de Conocimiento del Medio en su indefensa anatomía.

 
En lo que a mí respecta, como amigo personal de Spiderman, siempre he tenido una simpatía especial por la paciente e industriosa araña. Recuerdo cuando pasaba los veranos en Francia, en casa de mis abuelos, donde el clima suave y húmedo las hacía visibles a todas horas, que hasta memoricé un refrán: “araignée du matin, chagrin ; araignée du midi, souci ; araignée du soir, espoir”. Esto se podría traducir como: “araña por la mañana, berrinche; araña al mediodía, problema; araña al atardecer, esperanza”, que vaya usted a saber por qué lo dirán, aparte de por la rima. Volviendo a mi vieja amistad con Spiderman, cuando éramos jóvenes, busqué material gráfico para confeccionarle y regalarle una revista erótica adaptada a sus gustos. Como, al final, no se la pude dar, se la pongo aquí para que les silbe a las arañas más guapetonas.
 
Fotografié este vigoroso ejemplar en Zugarramurdi,
en agosto de 2009
   
 

jueves, 27 de marzo de 2014

La Concordia Fue Posible (Pero Poco Probable)

De verdad que me ha gustado el sonoro epitafio que adornará la tumba del más insigne de nuestros ex presidentes. Al menos de los del periodo constitucional posterior al autodenominado “Caudillo de España por la G. de Dios”. En general, me ha sorprendido que nuestro nunca bien ponderado cainismo nos haya permitido reconocer con unanimidad que Adolfo Suárez fue un prócer. Uno como aquellos cuyas estatuas adornan los emplazamientos más principales de las avenidas, plazas y parques de Europa y América. Aquí andamos muy escasos de esos grandes hombres de la vida pública cuyo recuerdo no defenestra el siguiente gobierno, el siguiente régimen o el siguiente antojo de los tiempos, las modas o las masas. Últimamente, los escultores figurativos recibían tan sólo encargos de las efigies de Iniesta y Bob Esponja. Veremos si la de Suárez preside algún espacio público en Barcelona o Bilbao. (Aunque parezca no venir a cuento, ninguno de los cuatro presidentes norteamericanos representados en el monte Rushmore era oriundo de Dakota del Sur).

Jefe Nacional Del Movimiento
Más vale tarde que nunca, pero a este hombre el reconocimiento le llega tarde. Yo recuerdo su figura en la época de sus mandatos y se hallaba tres puntos por encima de “controvertida” y tan sólo uno por debajo de “vituperada”. Andaba el buen señor, con su pulido aspecto de actor guaperas de los sesenta, pilotando una nave que daba bandazos en el escabroso mar de las componendas políticas más difíciles, tratando de complacer, sin conseguirlo, a tirios y troyanos y siendo objeto de chanzas, zancadillas, emboscadas y algún que otro Golpe de Estado. Finalmente, el desgaste y la enfermedad pudieron con él pese a su mucha gallardía, la que le hacía entonar aquel bizarro “puedo prometer y prometo…” que tanta hilaridad despertaba, y lo arrumbaron fuera de los focos, apartándolo de la vida pública en la que tan duramente le tocó fajarse. Bien es verdad que, al morir una persona tan destacada, sólo el rencoroso Dante era capaz de ensañarse con sus vicios y defectos. No es éste el caso, así pues, descanse en paz, presidente.

Fumando en el hemiciclo. Qué tiempos
Somos muchas las personas mayores y no tan mayores que, a raíz del fallecimiento del egregio duque, hemos caído en la trampa de la nostalgia y falseamos el recuerdo de aquel periodo incierto y convulso, tiñéndolo de una pátina de ilusiones y esperanzas que nada nos permitía albergar. Por supuesto, éramos más jóvenes y algunos, entre los que me cuento, bastante más lilas, pero ya hubiéramos debido saber que la misión de los políticos no consiste en mejorar nuestras condiciones de vida, sino las suyas. Aunque he de reconocer que el difunto ex presidente se empeñó en un substancial cambio de procedimientos y formas, que han acabado teniendo una influencia determinante en nuestros humildes destinos. Yo, en estos momentos, creo honradamente que el homenajeado en el funeral y su cabal adversario, don Santiago Carrillo, fueron dos de los gigantes capaces de mover las rocas que entorpecían el camino de la transición política hacia una democracia formal, como la que hoy, pese a todas sus contrastadas podredumbres, disfrutamos.

¿Qué pasa aquí?
Por supuesto que los mecanismos de poder y privilegio siguen, en su mayor parte, inalterados. Y que las disfunciones de esta partitocracia de tendencias centrífugas, están comenzando a ser insufribles, pero este hombre que se ha ido, fue capaz, engañando a unos, seduciendo a otros y camelando a los demás, de edificar un sólido entramado de acuerdos básicos de partida, que resistió cerca de treinta años y que voló por los aires, con los trenes de cercanías de Madrid, el 11 de marzo de 2004. Meses después, el presidente Zapatero daría por finiquitado el espíritu de la transición, en cuanto que impulso de concordia para superar los traumas atroces de la Guerra Civil y la Dictadura. Y tanto él y los suyos, como sus chasqueados oponentes, regresaron al ánimo sectario que ha caracterizado las facciones políticas en este aporreado país, desde los tiempos de Alarico, Amalarico y Gesalerico.

Los demás estaban bajo los asientos
No comparto el punto de vista de mi amigo el Resentido, que viene a decir que “aquí y en casi todas partes, mandan siempre los mismos: si las cosas les van bien, están contentos y adquieren confianza, abren la mano y eso se llama democracia. Cuando las cosas les van mal y están disgustados o atemorizados, cierran el puño y eso se llama dictadura. De ser cierta, tal simplificación minimizaría el esfuerzo y la obra de este hombre que creyó que “la concordia era posible”. Aunque yo añado que “poco probable”, a juzgar por el lodazal al que hemos sido llevados (con mano poco firme, esta vez). Dejémoslo en algo así como “el espejismo fue posible”.
Con el Rey. ¡Qué jóvenes!
El galán en una pose característica

miércoles, 26 de marzo de 2014

El Monstruo Peludo

Henriette Bichonnier es una escritora francesa de cuentos infantiles que cosechó un considerable éxito en 1982 con “El Monstruo Peludo”. Hay una segunda parte, pero no he conseguido echarle el guante.

 
Este es un breve cuento, disparatado y atrozmente guasón, que solía contarles a los niños en la escuela. Si tienen más de 6 años y menos de diez, lo pueden leer luego con agrado. A los niños, tal como son hoy en día, no es necesario enseñarles a ser atrevidos, espontáneos, descarados y transgresores pero, de todas formas, es una historia muy divertida y los dibujos les intimidan, a la vez que les hacen reír. También es ideal para contárselo cuando se van a la cama, sobre todo si no son propensos a las pesadillas.

Me recuerdo paseando entre los pupitres con el librito, editado por Altea hará como treinta años, tratando de declamar con voz terrible las frases del monstruo, mientras los alumnos estiraban el cuello para mirar las graciosas ilustraciones de Pef y decían “¡a ver, a ver!”… Más tarde y más mal que bien, digitalicé el libro para contarlo con la ayuda de un proyector y hoy lo comparto aquí por si tienes niños en edad de creerse estas historias y asustarse un poco. (Un simple click agranda las imágenes, posibilitando la lectura).
 

















 

lunes, 24 de marzo de 2014

All You Need Is Loop

Otra de esas inefables cancioncillas que escribo e interpreto en el ordenador en mis ratos libres que, en estos momentos, son casi todos. Ésta, posiblemente, sea la última que protagoniza una entrada, porque me he abierto una cuenta en SoundCloud, con el alias de Víctor Landa Galindo y con la intención de colgar allí todas las elucubraciones sonoras mediante las que intento, sin el menor resultado por ahora, castigar los oídos de algún incauto navegante. La idea es, confiando en la inestimable ayuda ofrecida por un amigo muy mañoso en estos menesteres, insertar en la página principal del blog que tienes ante tus ojos, un gadget que permita al lector desprevenido enlazar con los temas, previamente almacenados por mí, en el citado SoundCloud. Así la lectura de cualquier entrada podrá ser amenizada por una preciosa música de fondo, siempre que no disfrutes de la compañía de un perro (tengo observado que se ponen a aullar o a gemir cuando suena alguno de mis temas).


Bueno, hoy he querido sumarme a la inminente celebración del Día Internacional del Engranaje, que este año está dedicada a honrar la memoria del inventor del cojinete de bolas. Comoquiera que coincide también con la conmemoración institucional, en distintas Comunidades, del trigésimo siglo de la llegada de la rueda a la Península Ibérica, he pensado que, con tales fuentes de inspiración, me saldría un tema redondo. Lo he titulado “All You Need Is Loop” y, sí, admito cierto grado de plagio en el título, que traducido al español vendría a ser algo así como “Todo lo que necesitas es hacer bucles, serpentear, girar sin fin”, como si fueras un derviche de las creencias místicas sufíes por las que, para variar, siento mucho respeto.

El soplo de las musas me vino en un sueño bastante cargado de alguna sustancia moderadamente tóxica, en el que asistía a una suerte de verbenas que se celebraban en otra dimensión, más allá de la conciencia habitual. En ellas bailaban sin descanso seres de otra especie, casi tan inteligente como la nuestra pero mucho más feliz. Recuerdo que tenían rodamientos en lugar de articulaciones y su aspecto era muy armonioso sin llegar a ser light. Las hembras, provistas de dos, tres y hasta cuatro ruedas de gran atractivo, entraban en un celo extático al sonar una música parecida a ésta que acompaña al vídeo aunque, no sé, me parece que, una vez despierto, no la supe reproducir del todo bien. 

  

viernes, 21 de marzo de 2014

Si Dios Fuera Negro

Según el Génesis, Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Cabe preguntarse si primero ensayó y tal vez desechó al orangután, al chimpancé y al gorila, pero de todas formas se nos instruye en que no podemos imaginarlo como un caballo todopoderoso, una mosca omnisciente o un pulpo misericordioso.

El racionalismo de corte agnóstico o ateo, que deriva de la Ilustración, nos dice que es el hombre quien ha creado a Dios a su imagen y semejanza, lo cual es menos confortable, pero de comprensión más fácil.

Ni una ni otra creencia nos aclaran nada acerca de la raza o grupo étnico al que Dios creó más próximo al modelo por Él personificado . Cualquier teólogo serio nos ilustrará acerca de que, siendo Dios un ente sobrenatural, la pregunta sobre su apariencia sensible carece de sentido.

 
Lo cual no quita para que la imaginación popular se enardezca con su aspecto y majestad y lo encarne en blanco, negro, oriental o piel roja, según las preferencias de cada grupo de creyentes.

“¿De qué color es la piel de Dios?” es el título de una canción de los 70, de fuerte carácter ecuménico: en ella, Dios es un ser policromado y multirracial que no hace distingos en la humanidad que ha creado, en sus criaturas marcadas, ellas sí, por caracteres raciales distintivos.

He encontrado otra canción popular, pegadiza de la muerte, que va un paso más allá en la concreción de la estampa del ser supremo: resulta que Dios es blanco, e imaginan un simpático y delirante cambio de las tornas, que se produciría de pertenecer Dios a la raza llamada, por corrección política, de color. Transcribo la letra:

Comienza con un estribillo que se repetirá varias veces: “Si Dios Fuera negro/ todo cambiaría,/ serían los morenos/ los que mandarían.” Y sigue: “Negro el presidente,/ negro el senador,/ negros los ministros/ y el gobernador. (Estribillo). Negro el Vaticano,/ negros los obispos,/ la Virgen María,/ negro Jesucristo. (Estribillo). Negra Marilyn,/ negra su sonrisa,/ negra Blancanieves,/ negra Mona Lisa. (Estribillo). Negra la mañana,/ negro el mediodía,/ los atardeceres/ y el resto del día.” Luego se repite todo, con una variación: “Si Dios Fuera negro/ todo cambiaría,/ serían los morenos/ los que mandarían./ Negro el Vaticano,/ negros los obispos,/ el Papa Juan Pablo,/ también Jesucristo.”
 

Los Calchakis cantaban a finales de los 70 (o principios de los 80) este simpático y puede que algo contraproducente alegato antirracista. El otro día lo volví a escuchar y me pareció tan gracioso, como pasado de moda en los tiempos del presidente Obama.

Pero luego, vi las fotos de la valla de Melilla y me apercibí de que, tal vez, si Dios fuera negro, serían los blancos los que saltarían, para ir al sur del Sahara en busca de medios de vida. O quizá sólo es una cuestión de que Dios es rico y por eso les toca saltar a los pobres. “Si Dios fuera pobre/ todo cambiaría,/ serían los ricachos/ los que pagarían”. Pero, ¿cómo va a ser pobre si es el Señor de toda la creación? (Al menos, así queda demostrado que no actúa por racismo).
 
 
 

jueves, 20 de marzo de 2014

Almendros En Flor 2 (El Regreso)

El Regreso al que hace referencia el título es el de la primavera (aunque lo haya tomado yo de Alien 2), un regreso que nunca deja de sorprenderme, hasta el punto de que he tenido una fantasía apocalíptica que no recuerdo haber leído en ningún relato de ciencia-ficción, o sea que a lo mejor es original y todo: corre el año 2069 y llega el mes de marzo a nuestro hemisferio, pero como si nada, las plantas no florecen, los árboles no reverdecen y, en los campos, sembrados incluso antes del invierno, no brota nada.

 
Los científicos no aciertan a explicar qué mutación biológica ha afectado a las células vegetales para que se produzca esta inexplicable detención del ciclo biológico, puede ser debida a la contaminación, al calentamiento global o a no haber atendido a la preservación de la biodiversidad.

 
En la población, empieza a cundir el pánico ante la anunciada e inminente escasez de alimentos… Al final, un niño que, pese a sacar pésimas calificaciones en el colegio, es un genio de la informática, salva el mundo, elaborando un programa con un modelo de simulación que le permite descubrir que el desastre se circunscribe al hemisferio norte, en el hemisferio sur no se va a dar este dramático fenómeno. En los países, hasta ahora pobres, dentro de seis meses, la naturaleza habrá seguido su ciclo, estallando como de costumbre una florida primavera y, aparte de que nos sacarán de la inanición, recibiremos una hermosa lección moral que nos mostrará cuan desaprensivos e inicuos hemos sido hasta ahora, menospreciando a los desfavorecidos.


 
Para el papel del padre del niño, he pensado en Sacha Baron Cohen, que estuvo magnífico en “La invención de Hugo” de Scorsese. Y puede haber un villano que pretenda acaparar víveres o sojuzgar y explotar de nuevo a los países productores, un papel que le iría muy bien a Sergi López. Puede que pienses que la idea es una melonada, pero yo he visto recientemente argumentos más flojos en películas de elevado presupuesto…

 
Volviendo a la irrupción de la primavera por estos áridos pagos, el almendro con su pequeña flor de cinco pétalos, blanca o levemente tintada de rosa, es el heraldo y uno de sus protagonistas principales. Como de costumbre, le he tomado fotos desde todas las distancias y todos los ángulos: para que se vea que está deslumbrante y que por él no pasan los años.


 
Como fondo musical para ver las fotos (y para cualquier otra cosa), nada ameniza tanto el espíritu en estas fechas, como la Sinfonía nº 1 “Primavera” de Robert Schumann. El tercer y cuarto movimientos levantarían los ánimos en un pabellón de oncología, o sembrarían el buen humor entre un grupo de ceñudos talibanes (a condición de que no fueran sordos).
 
 
 
 

lunes, 17 de marzo de 2014

La Excelencia Educativa Y Otros Timos Famosos

Una de las más llamativas contradicciones del entorno espaciotemporal en el que me ha tocado vivir es la que se da entre lo que dice valorar la sociedad y lo que esta sociedad valora realmente. Y una de las primeras víctimas de tal incoherencia es el sistema educativo en su conjunto, que se adultera y se devalúa hasta los extremos que estamos actualmente disfrutando.

Viene esto a colación por un suplemento que el diario “El Mundo” publicaba el pasado miércoles 12 de Marzo y que, con el título “100 Colegios”, pretendía recoger y reflejar el estado actual de la llamada “Excelencia Educativa”, término que está muy de moda y que, sin embargo, dudo que nadie sepa muy bien a qué se refiere.


Comienza con una declaración de principios en un lenguaje tan campanudo como el que usaría el vendedor de un crecepelo milagroso, en la plaza del mercado de un pueblo remoto: “Vivimos en una sociedad de padres preocupados. De padres en busca de la mejor educación para sus hijos. Atrás queda la conformidad con una enseñanza de calidad. La sociedad y el mercado laboral demandan excelencia, vanguardia educativa, rasgos internacionales y habilidades tecnológicas… … Los colegios son el motor para propiciar la excelencia y donde se formarán los futuros líderes. Una excelencia que requerirá estar en constante ebullición para no quedarse rezagados…” Siguen 36 páginas de pamplinas y aspavientos de este tenor, entreverados de publicidad de colegios elitistas y de esos términos de actualidad en el sermoneo psicopedagógico que, si algún día significaron algo, hoy son meros comodines verbales: “inteligencia emocional”, “desarrollo de la creatividad”, “aprendizaje cooperativo y solidario”, “claves metodológicas” por aquí. “planes de innovación” por allá... Y se han quedado tan anchos.

Por supuesto, no hay ni un solo colegio público (juegan en otra liga), sólo privados y concertados, como es lógico. Como partidario, casi “hincha”, de los centros públicos, cogí un rebote que por poco me muero de la INRItación, al igual que Nuestro Señor. Esperaba a estar más frío para mostrarme ecuánime en lugar de corrosivo y sarcástico, pero no me ha sido posible, de modo que señalaré con crudeza algunos hechos que se pasan por alto con pasmosa frecuencia.


El primero hace referencia a la función social de los colegios (los destacados por el suplemento y los demás). Ésta consiste, si quieres te puedes seguir engañando, en una guardería o aparcamiento de niños hasta que cumplen los dieciocho años, para que no estén dando la brasa a sus padres y estos puedan proveerse de los medios para la supervivencia, primero, y de cualesquiera otros medios materiales que, dado el status de cada uno, juzguen oportuno alcanzar y poseer: un loft, un Audi, una segunda vivienda, un todo terreno, una casa con jardín o un yate grande como el Azor. A los niños se les manda a la escuela “para que no estén en la calle” y “si encima aprenden algo, pues mejor”. En la calle, antaño, no podían sino estorbar y “torcerse”. Hoy, pura y simplemente, no sobrevivirían, por eso y no por otra cosa, se les confina en los colegios y se les infla a extraescolares…

Porque la cultura, los conocimientos, la capacitación, ¿le importa de verdad eso a alguien? Puede, pero se aprecia de inmediato que tienen mucho más share en la tele, los cuartos puestos de Fernando Alonso y las declaraciones de Belén Esteban, del que tendría una ópera de Verdi o un drama de Valle-Inclán, o sea, una cosa son los altos objetivos formativos que decimos preferir y otra cosa muy distinta, lo que realmente despierta nuestro interés: el dinero y la influencia, tal vez, no sé.


Siendo malo, malísimo, seguiría concentrándome en los motivos que llevan a determinados padres a preferir la excelencia de algunas ofertas educativas. Uno podría ser evitar a sus hijos el contacto con la gitamoraima y los desfavorecidos, que, seguramente, tendrán poco acceso a los colegios de los primeros puestos del ranking. Pero eso lo hacen porque quizá no confían en sus hijos y quieren evitar que se mezclen “con según quién”, que una cosa es el igualitarismo y otra, muy distinta, la promiscuidad. Y siguiendo en el tema clave de las relaciones que tienden a establecerse, bueno será que las élites compartan aula con las élites: de este modo se facilitará el ensamblaje de las tramas Gürtel, Palau y similares de las próximas décadas. Ese es un punto a favor.

En lo tocante a la calidad de la enseñanza y al nivel de conocimientos adquiridos, lamento confesar que no creo que haya la menor diferencia. Un buen alumno de la pública puede competir en cualquier prueba de carácter académico, con los mejores de las mejores privadas. El caso es que sólo hay una prueba de este tipo: la famosa selectividad y los resultados son, cuando menos, similares, tanto si tu centro tenía tres piscinas climatizadas y campo de polo, como si tenía pizarra y tiza. Ya cambiará (en interés del negocio), pero de momento es así. Estuve casi cuarenta años trabajando en la pública y tuve compañeros cuyas habilidades profesionales eran de primerísimo nivel y jamás vino un empresario de un colegio de élite con el talonario a ficharlos. Es más, creo que los grandes profesionales elegidos para la excelencia educativa, cobraban menos que nosotros, así que cuando allí les salía un “Messi”, si podía, se iba a la pública.

Bonito cuento "La Excelencia Educativa",
pero prefiero "El Mago De Oz"
Por supuesto que me gustaría equivocarme: si dentro de 20 años, las élites de este país, en lugar de dedicarse al tráfico de influencias y al pelotazo urbanístico, han conseguido dos premios Nobel de Química y uno de Economía, amén de poner en marcha las empresas que producirán los televisores García y los automóviles Sánchez, me comeré mis palabras con patatas y admitiré mi absoluta carencia de perspicacia. Mientras tanto, la excelencia educativa, tal como se está proponiendo, me merece la misma confianza que la publicidad de los productos para adelgazar.

Además, es innecesaria: para obtener un título universitario, basta que el padre invierta la módica cantidad de 100 € para comprarle a su hijo un pinganillo,  con el que recibir, durante los exámenes, ayuda del exterior. Indetectable y 100 % garantizado. Así, cómo no van a ser la generación mejor preparada de nuestra historia. Y sale mucho más barato que un colegio privado. Ahí está el enlace:
Difícil para "chivar" con un pinganillo

jueves, 13 de marzo de 2014

Llano De La Paúl en Jaca

Acabo de encontrar (buscando en el baúl de los recuerdos) tres imágenes que ilustran una curiosa historia de amor por un paisaje, cuando, en mi juventud me esforzaba por tener sensibilidad artística y otros adornos del espíritu de difícil acceso para los pobres.

El caso es que ejercía la costumbre, viviendo en Jaca por aquél entonces, de subir algún que otro verano, a la cima de la Peña Oroel, excursión que recomiendo a propios y extraños, pues hay muy pocas que puedan compararse en relación calidad-precio: por un esfuerzo razonable, accedes a un lugar espléndido cuyas vistas son impresionantes, un mirador privilegiado frente a los Pirineos. Actualmente se suele subir en coche, por pista asfaltada, hasta el Parador de Oroel y de ahí a la cima de la Peña se tarda una hora y media por camino bien trazado en un bosque de ladera, con pendientes razonables… Pero en mis tiempos de mozalbete, lo de ir en coche, nanay, así que te tenías que “chupar” la aproximación desde Jaca a golpe de calcetín y la cosa se ponía en tres horas y media por el camino de Barós que, a cambio, era muy grato y entretenido.

La foto del llano de La Paúl
Aquí quería llegar: conforme ibas ganando un poco de altura, quedaban, a tus pies, diversas panorámicas de lo más variado. A mí, que soy muy árido, me gustó ésta, que llaman por allí “el llano de La Paúl”, una extensa planicie con campos de cereal, poblada por algún árbol aislado y donde las lindes son, con frecuencia, barrancos muy erosionados y badlands. Para inmortalizar el flechazo, le hice una foto con una Werlisa Color o una Kodak Instamatic, populares y baratas cámaras que ponían entonces la fotografía al alcance de los bolsillos más deprimidos. Eso sí, como puede apreciarse, la calidad de imagen era bastante casposilla. Además tiene manchas de pintura en la esquina inferior izquierda porque…

El primer cuadro
Luego, como por aquél entonces, yo era un artista plástico, paisajista por más señas, la llevé al lienzo (aquellos económicos Taker) en la galería de mi casa, donde puede verse sobre el caballete el cuadro terminado. No creo haber pintado ninguno que me dejara tan satisfecho: creía haber captado y transmitido la emoción que la contemplación de este paisaje me había producido a mí. Y, claro, ese era el objetivo que, como paisajista, me proponía siempre y rara vez conseguía. No recuerdo a quién lo vendí o regalé y hoy no tengo ni idea de dónde puede estar. Se busca. Como los perritos perdidos.

El segundo cuadro
Pero no paró allí la cosa. Años después y, tomando como modelo la misma fotografía, volví a intentarlo, aunque esta vez el resultado no me convenció y no por aquello de que nunca segundas partes fueron buenas, pero el caso es que el paisaje y yo no vivimos otra vez el mismo idilio y eso creo que se nota. Pese a todo, el cuadro tuvo suerte y ganó el premio local en un concurso de pintura que hacen (¿o hacían?) en Monzón para las fiestas de San Mateo. Quizá aún debe rondar por alguna dependencia municipal o está arrumbado cogiendo polvo y telarañas en algún desván (en el de los Sueños No Realizados). Sé que la historia puede parecer algo insulsa pero hoy, como digo, al toparme con las tres imágenes, me ha parecido que tenía algún significado, así que la consigno aquí.

miércoles, 12 de marzo de 2014

Entusiasco, 20.000 Visitantes, 250 Entradas

La primera edición de Entusiasco, un blog consagrado a la falta de sustancia y a poner en circulación por la red lo primero que se le pasa por la cabeza a su autor, el autodenominado Himphame, muy conocido en algunos círculos cuyo radio es cero, ha contabilizado, hace algunas horas, a su visitante número 20.000.

Lo cual no está nada mal, si consideramos que son solo dos mil visitantes menos de los que convocó FECALIA (la FEria Comarcal del Abono para La Industria Agropecuaria, celebrada recientemente con gran éxito de público y, según los críticos consagrados a la degustación de muestras, la mejor de todas las desarrolladas en esta Comunidad.

Las frías estadísticas
Personalmente, aunque me congratulo de semejante aceptación, no veo claros los motivos para tanto visiteo de estas, más bien insulsas y reiterativas ¡250 entradas!, donde el citado Himphame me alude con el poco airoso apelativo de El Resentido. Vale que le dije que no quería que apareciera mi verdadero nombre, pero podía haberme elegido un apelativo más cortés, por ejemplo “El Socarrón”, que me gusta mucho porque corresponde a un entrañable personaje que cosía a tiros a los malos en unas novelas del Oeste que leía yo de joven: venían los pistoleros de la banda del Gurtel y pam, pam, pam y luego ponía sus cadáveres a lomos de sus propios caballos para entregárselos al juez; estaba Seisdedos Bárcenas en el Saloon haciendo trampas al póker y pam, pam, luego, registrando el fiambre, aparecían dos ases de picas y uno de diamantes escondidos en el forro de su manga. Un personaje así sí que me mola, pero ¿El Resentido? ¿Por qué?

Tiene menos seguidores que el salfumán
Ahora además resulta que se ha puesto tímido, modesto y sentimental, y me encarga a mí que escriba un agradecimiento para esos hipotéticos visitantes y, es lo que yo le digo: si la mitad han accedido a estas páginas por error y, de la otra mitad, las nueve décimas partes no se han leído ni una sola línea de esos rollos que les intentas endiñar. Yo que sí me los leo, me paso la vida diciéndole: “haz las entradas más cortas, tío”. Además, le insisto, la presentación es muy sosa, hacen falta algunos gadgets o algún juego, enlaces permanentes a otras páginas y cambiar lo de “lo comparto pero no lo respeto” por algo más apropiado para dar el toque “zumbao”, como: “comprometidos con la negligencia” o “nuestro compromiso es la irresponsabilidad”.

Ah, casi se me olvida lo que con más insistencia me ha encargado que ponga: GRACIAS, AMIGOS (menuda frasecita, ¿no se habrá herniado?).   

Himphame se toma un merecido descanso