sábado, 18 de noviembre de 2017

Mañana Empiezo

Es propio de la celebración de la noche de Fin de Año el propósito de iniciar un nuevo capítulo en nuestras vidas, quizá con cambios realistas y no demasiado ambiciosos, desterrando costumbres viciadas e intentando dar un giro a nuestras existencias llenas de previsibilidad, de grisura, de flaquezas y de componendas. Hacia el 5 de Enero, comienzan las dificultades y, como escribió Cavafis, constatamos, un año más, que siempre seremos lo que ya fuimos.

Mañana dejo de fumar, mañana hago las paces con mi hermano, mañana recojo y ordeno el trastero, mañana me pongo a dieta, mañana dejo de cascármela a todas horas, mañana dejo de perder el tiempo con los periódicos, a partir de mañana toco un ratito el saxo todos los días, a partir de mañana preparo unas oposiciones para oficial de juzgados, mañana empiezo a acostarme a una hora más temprana, mañana empieza todo.


Restos dejados por el asalto a los cielos

Habiéndome instalado en una edad colindante con la tercera, me doy de bruces con dos fenómenos vitales innegociables, dos pérdidas que están aquí, las sepa aceptar o no: por un lado disminuye la plasticidad en todos los terrenos, el cerebro se paraliza encallando en la comodidad de las rutinas, por otro, la energía va menguando a pasos agigantados. ¿Es posible un propósito que canalice estas dos menguas para declinar de un modo menos ostentoso? Ay, lo dudo mucho, pero, ay de aquél que no lo intente con toda la firmeza que sea capaz de reunir y se avenga en cambio a un crepúsculo perpetuo, mientras el calendario desgrana la cuenta atrás definitiva... Es evidente que ya no escalaré montañas, ni aprenderé a hablar alemán, ni correré una maratón, ni viajaré a Japón a ver los Juegos Olímpicos, pero si no soy capaz de poner un poco de orden y energía en mi cotidianeidad, me queda un largo y tedioso periplo hasta alcanzar el estado vegetal. Y luego, el mineral.


Las ayudas con las que cuento, al menos en mi caso, son dos: definir propósitos alcanzables y concretos y diseñar un horario estricto, práctico y compatible con mis escasas pero ineludibles obligaciones.


No se hable más: a partir de mañana comienzo mi preparación para presentarme como concursante cuando reediten Operación Triunfo. Es necesario llenar la vacante que dejó el óbito de David Bowie en el corazón de los inconformistas senior. Freddie Mercury me iba menos y, por ese motivo, no moví ficha en su día.


El original
El sosias (pintado en mi iPad)


Qué pedazo de canción (caigo una y otra vez en el espejismo de que habla  de mí). Y me gusta cómo está traducida.

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