miércoles, 22 de enero de 2014

Fragmentos De Un Discurso Amoroso - Roland Barthes

En la revista Rockdelux de Enero de 2014 se hace un repaso acerca de los mejores discos, películas y libros del año 2013. La lista correspondiente a los libros más destacados está encabezada por “La Trama Nupcial”, una novela de Jeffrey Eugenides, así que me la consigo, me calo las antiparras y me pongo a devorarla, de momento con agrado.
 
Trata de la vida y milagros de Madeleine, una joven universitaria norteamericana que está a punto de concluir sus estudios de literatura inglesa. En un seminario avanzado con el desalentador nombre de “Semiótica 211”, ha de leerse “El discurso amoroso” de Roland Barthes, que en las páginas de la novela de Eugenides, se cita con profusión.
 
Entre que soy de ciencias y que tampoco soy el lector más culto del condado del Cinca Medio, tengo que reconocer que escasamente había oído hablar de Roland Barthes. Si de un prohombre me dicen que “fue un filósofo, escritor, ensayista y semiólogo francés”, estructuralista, por más señas, pues me imagino que es un tipo difícil y no salgo corriendo a comprar sus obras. Craso error, pues sus citas, en la novela de Eugenides, me han gustado tanto que las copio aquí, para que no se me olviden:
 
“La espera
L attente / la espera
Tumulto de ansiedad provocado por la espera del ser amado,
sometido a demoras triviales (citas, cartas, llamadas
telefónicas, compromisos de reciprocidad)
 

...La espera es un encantamiento: he recibido órdenes de no moverme. La espera de una llamada telefónica está por tanto trenzada de infinitas prohibiciones diminutas e inconfesables: me prohíbo irme de la habitación, ir al aseo, incluso llamar por teléfono (para evitar que la línea esté ocupada)...”
 
 
 “Días especiales
Fête / Fiesta
El sujeto amoroso vive cada encuentro
con el ser amado como una fiesta.
 
 1. La fiesta es aquello que se espera, lo esperado. Lo que espero de la presencia prometida es una totalidad inaudita de placeres, un banquete; me regocijo como un niño que ríe al ver a su madre, cuya sola presencia augura y significa una plenitud de satisfacciones: voy a tener ante mí, y para mí, a la «fuente de todas las cosas».
 
«Vivo unos días tan felices como aquellos que Dios reserva para sus elegidos; y sea lo que fuere de mí, no podré decir nunca que no he gustado de los gozos más puros de la vida.»
 
 
En el libro, publicado en estos pagos por Ediciones Siglo XXI, se comenta: “Entre los intelectuales de izquierdas de la época imperaba la ideología de la liberación sexual y del freudo-marxismo, para los cuales el sentimentalismo era sinónimo de conformismo de pequeño burgués. Barthes quiso volver a dar voz a aquello de lo que ya no se podía hablar…”
 
Y como me ha parecido interesantismo (si no, no pondría esto aquí), he rebuscado y he encontrado unos fragmentos adicionales en esta dirección:
http://books.google.es/books?id=hd6g8cv5rUQC&pg=PA79&hl=es&source=gbs_toc_r&cad=4#v=onepage&q&f=false
 
 Si me topo con el libro de verdad, no me quedará más remedio que hacer una reseña como es debido. À bientôt, j'espère.
 
 
 

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