domingo, 31 de diciembre de 2017

Feliz 2018

Sin escatimar recursos, la redacción de este blog ha mandado a su más afamado reportero gráfico a las mismísimas puertas del infierno, para obtener una imagen con la que deseamos felicitar el año que se avecina al suscriptor, al visitante y al simpatizante, a los tres; añadiendo, sin excesiva malicia, connotaciones de una sugerencia poco tranquilizadora: 2018 podría ser peor todavía que 2017.

Así que para que esto no ocurra, proponemos fruncir el ceño, tensar el cuello, contraer abdominales, apretar las nalgas y, en un esfuerzo combinado, gastrointestinal y respiratorio a un tiempo, vamos a apretar muy muy fuerte para rescatar el año entrante de los funestos presagios que lo envuelven y acompañan.



Tras relajarnos del intenso empujón, ya podemos consagrarnos a lo que hemos venido: Feliz 2018, que algunos de nuestros deseos se cumplan, que algunos de nuestros temores se soslayen y que haya un resto de esperanza en el fondo de la caja de Pandora.

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