miércoles, 18 de mayo de 2016

Más Papeles De Panamá

No te asustes, amigo lector, Entusiasco no va a sacar a la luz tu titularidad de sociedad opaca alguna, limitando su pretensión a reflexionar un poco sobre el foco de los medios informativos. Llevan un mes hablando de Panamá, Panamá por aquí y Panamá por allá: es curioso, un ángulo del planeta salta a las primeras planas, nos dan la infatigable brasa durante una temporada y luego lo devuelven a la penumbra grisácea de los lugares donde no ocurre nada aprovechable para los intereses mediáticos. Nada aprenderemos sobre Panamá, sobre deslocalización o sobre políticas fiscales en estas semanas y cuando “ya no sea noticia”, nos habremos quedado, finalmente, allí donde todos nos quieren: en la ignorancia y en la superficialidad que nos hacen, ay, tan manipulables.

No consigo en este momento recordar una sola imagen del país latinoamericano, ni una sola, ¿tú sí? Como es obvio, no he estado nunca en Panamá y, como últimamente hago menos turismo que la mayoría de los gasterópodos, no creo que vea otras imágenes que las que hoy saco de mi rancia, bendita y amada enciclopedia y sus láminas llenas de exotismo. Imagino que la editorial Sopena aspiraba a venderla en toda Hispanoamérica y, por este motivo, dedicaba dos o tres páginas a recoger las bellezas emblemáticas de cada país. Niños y jóvenes curiosos, no azotados todavía por la incuria de la ESO, aprendíamos cosas sobre el vasto mundo, más allá de nuestra comunidad autónoma, sus paisajes insuperables y sus imperecederos valores identitarios.


De Panamá, apenas recordaba el Canal que une dos océanos. Para más insidia, Atlántico y Pacífico, están a distinto nivel y, para superar la altura del escalón, hubo de abordarse la construcción de esclusas, obras magnas de la ingeniería hidráulica que permiten a los barcos salvar un desnivel. Había visto pues, esquemas de tales esclusas parecidos a éste:



También había leído la historia de Vasco Núñez de Balboa, que descubrió el océano Pacífico marchando por el istmo hacia el sur (hoy los setenta kilómetros de anchura quizá no parezcan una gran distancia, pero en aquella época, marchando por tierras salvajes y desconocidas, debió ser la leche).



Bueno, pues estas dos cosas sabía, apuesto que dos más de las que te podrá decir el joven estudiante medio de geografía de cualquier IES. Luego he aprendido alguna cosilla más, que algunos consideran menos edificante, pero en un mundo globalizado no es compatible que yo pretenda comprarme una cazadora por nueve euros y que los fabricantes, transportistas y demás tributen en Europa, manteniendo, a la vez, precios tirados y ventajas sociales.



Vale, me recrearé pues en las imágenes del Panamá de hace unas décadas.

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