jueves, 13 de octubre de 2016

El Día De La Hispanidad (Y Algunos InMaduro's)

El admirado caudillo populista latinoamericano, don Nicolás Maduro, espejo de buena parte de la nueva política española, ha vuelto a propiciar el “hágase la luz” con sus prístinas declaraciones. Ignoro si las hizo en español (el idioma de los apestosos colonizadores que denigra) o en la lengua de los Caribes, Guajiros, Taparitas u Otomacos... Imagino que en español, pues sus atildadas facciones más tienen en común con un ancestro del tipo de los exterminadores extremeños, que con un genuino indígena, cuyos nobles rasgos milenarios adivinamos sin esfuerzo en su predecesor don Hugo Chávez, o en su amigo don Evo Morales.

Volveré sobre esto, pero ahora traeré a esta humilde página sus declaraciones literales: "La Corona española, en vez de seguir celebrando el 12 de octubre, debería pedirle perdón a los pueblos de América por el genocidio, por el holocausto que causó contra todos los pueblos indígenas, 80 millones de hombres y mujeres, desaparecidos, asesinados". Más claro no se puede ser; más ignorante, es muy difícil, aunque aquí, en la Madre Patria, algunos lo consiguen con una soltura rayana en la puerilidad.




Y es que echarles al descubridor, o al actual Borbón, la culpa de sucesos con cinco siglos de antigüedad, denota un entendimiento que ha erradicado la sutileza en favor de la cerrilidad más chusca.


Si me rebajo por un momento al nivel del garrulo de ultramar y de sus corifeos de la península, puedo hacerles observar que el genocidio que denuncian sufrió la interferencia de un asombroso mestizaje de culturas, pueblos y razas, dejando supervivientes asaz privilegiados, como los citados don Hugo y don Evo. Es evidente, incluso para mí, que la codicia y la sed de poder de los colonizadores produjo enormes daños entre los indígenas, aunque quizá no tantos como entre sus vecinos del norte colonizados por los ingleses, mucho más efectivos en el arte de aniquilar. 


Aun así, habría que hacer un balance con una perspectiva histórica, cultural, social, religiosa, lingüística y económica de quinientos años y, si seguimos hablando de exterminio, sin duda más cercanos a pedir perdón deberán estar los antecesores criollos de don Nicolás, asentados en el terreno a esquilmar, que el Borbón que, ni siquiera dinásticamente, es el promotor de la empresa. Y no crea que el Borbón me ha dado nada que no le haya dado a usted, lo que ocurre es que su demanda “a la Corona española” pretende ofender a todos los que esta institución representa y ampara; bueno, yo me daría por ofendido, si no se me fuera a escapar la risa tonta.



Aunque, en la fiebre por causar irrisión, el que menos culpa tiene es el pedrusco donde se sustenta la estatua del denostado marino genovés donde, confundiendo libertad de expresión con la incívica marranada de costumbre, los desaseados artistas del espray nos han obsequiado con sus habituales deyecciones.


Para otra vez, sugiero a estos desconsiderados que empleen el portal de su casa, ya que la limpieza recurrente de monumentos públicos cuesta al erario del consistorio barcelonés algunos fondos que, tal vez, sería mejor destinar a combatir la situación de emergencia social, la pobreza infantil, los desahucios; en fin esas cosas para las que no parece haber surgido, hasta el momento, una idea más eficiente que pringar y maltratar espacios colectivos con consignas que, en ese preciso instante, dejan de ser opiniones libres y respetables, para convertirse en cochambre.




Ke konste ke el año pasado me parecieron más kachondos y me karkajeé más. Sería por la sorpresa:
http://entusiasco.blogspot.com.es/2015/10/los-aguafiestas.html

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