lunes, 31 de octubre de 2016

Todos Los Santos 1968: Don Juan Tenorio

Cuando tenía quince años no había oído hablar de Halloween. Jamás. Corría el que, allende nuestras fronteras, era el muy inquieto año de 1968 y mi familia se acababa de comprar un televisor a plazos. En blanco y negro, por supuesto. El invento nos permitía acceder a una cita semanal con el teatro, a través de un programa muy popular entre Maricastaña y los de su tiempo: Estudio 1.

Y en aquellas eras remotas, privados de maravillas como Sálvame Deluxe, La Que Se Avecina y otras que han pulido y afinado nuestros gustos, nos entregábamos al salvaje y oscurantista entretenimiento del teatro clásico; así que, por estas fechas, hace casi cincuenta años (el 5 de noviembre de 1968), se estrenaba una versión televisiva de “Don Juan Tenorio”, obra escrita en 1844 por José Zorrilla. Lleno de talento escénico y estremecedores ripios, este drama conmovedor y espantoso fue una reposición obligada en la televisión española... hasta que dejó de serlo.



Creo que los muchachos adiestrados por la ESO ignoran absolutamente todo acerca de la figura y las andanzas de Don Juan, un tema literario recurrente que ha conocido tiempos mejores. Su relación con el más allá, los difuntos, las apariciones o, si me apuras, los muertos vivientes, lo establecían de modo muy acorde con estas festividades. Aquí, la relación con el Más Allá es la clave: Don Juan es un tipo que no pone freno a su afirmación o a sus apetencias pensando en el premio o castigo que puede esperarle en la vida ultraterrena... Como nadie cree ya en la vida ultraterrena, el mito languidece en el limbo de lo políticamente incorrecto. Y ya no lo ponen por la tele, claro.


A mí me pone “on fire” este drama tremendo, lleno de sugestivos defectos y aterradoras virtudes: lo vi demasiadas veces en mis años de formación y podría recitar algunos de sus más vibrantes parlamentos. Esta versión casi canónica, probablemente la más vista, es la óptima para acceder a él o rememorarlo: sólo me empaña el placer la dicción un tanto atropellada y garrula de Francisco Rabal, en contraste con el tempo, moroso en exceso, de la puesta en escena (que, por lo demás, es sobresaliente).


Para mayores de 7 años: buen intento 

Podría continuar largando insensateces, pero las coronaré con un chiste que difícilmente podrás comprender si no tienes más de cuarenta años:
El profesor de Literatura pregunta: “A ver señorita, dígame quien escribió Don Juan Tenorio”. La alumna duda y, detrás de ella, un chico le sopla: “Zorrilla... Zorrilla...” Hasta que ella, harta, se vuelve y le suelta a su compañero: “¡Y tú, mariconazo!”



Hace tres años prometí que volvería sobre el tema:
http://entusiasco.blogspot.com.es/2013/11/de-la-noche-de-halloween-al-dia-de.html

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