Ayer, sábado, nos acercamos con unos amigos a disfrutar del
otoño en el valle de Ordesa. Estaba tan hermoso que no parecía natural, sino un
lugar sobrenatural, tocado con una luz de otro mundo.
Hice algunas fotos para compartir en esta página. No sé por
qué, éramos una plaga de fotógrafos persiguiendo contrastes en las hojas de
color champán, en todo el valle se oía un zumbido, mezcla de ventisca y de los
clicks de las cámaras, para fotografiar los milagros que la luz perpetra, en
otoño, en este tan singular valle de Ordesa.
Buenas fotos, vive Dios. Dan ganas de ir por allí. (Vaya, al final de la última foto dice "go").
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