sábado, 8 de diciembre de 2012

Nicolás Gómez Dávila. Reaccionario

Nicolás Gómez Dávila es un autor colombiano que se autodenomina reaccionario, entre otras cosas, porque abomina de la época que le ha tocado vivir. Su obra la componen miles de aforismos, “duros como la piedra y temblorosos como una rama” y hoy me apetece, sin más, convocar aquí un par de docenas, escogidos con el método más riguroso y estricto que conozco: al buen tuntún.

• Del libro del reaccionario el lector sale menos indignado de lo que entra.
• Lo que el reaccionario dice nunca interesa a nadie. Ni cuando lo dice, porque parece absurdo; ni al cabo de unos años, porque parece obvio.
• Errar es humano, mentir democrático.
• Las conversaciones son o diversión, o estafa, o esgrima.
• El marxismo puso al servicio de los que no entienden las preguntas el más adecuado repertorio de respuestas.
• Los problemas de toda “juventud contemporánea” son aburridísimos.
• Toca desacreditar la cultura, para que no sea rentable envilecerla al servicio de la política o la industria.
• Llámase comunista al que lucha para que el Estado le asegure una existencia burguesa.
• Nuestros rivales posibles son casi siempre humillantes. Y casi siempre victoriosos.
• El diálogo sincero acaba en pelotera.
• La mentalidad burguesa de la izquierda reconstruirá sucesivamente todas las sociedades burguesas que la izquierda sucesivamente destruya
• El que anhela la “comunicación perfecta” entre los individuos, su “perfecta transparencia” recíproca, su mutua “posesión perfecta”, como cierto pontífice de izquierda, anhela la perfecta sociedad totalitaria.
• El terrorismo no surge donde existen opresores y oprimidos, sino donde los que se dicen oprimidos no confrontan opresores.
• La vanguardia de la ciencia es cautelosa, pero la plebe profesional que la sigue es presumida.
• La mente moderna se anquilosó por creer que hay problemas resueltos.


• El izquierdista emula al devoto que sigue venerando la reliquia después de comprobar la impostura del milagro.
• Lo difícil no es creer en Dios, sino creer que le importemos.
• Nuestra época hace mejor que las demás lo que puede hacerse sin talento.
• Las noticias son el substituto de las verdades.
• Los modos infalibles de ganar son más desastrosos que cualquier derrota.
• Al que pregunte con angustia qué toca hacer hoy, contestemos con probidad que hoy sólo cabe una lucidez impotente.
• La humanidad es el único dios totalmente falso.
• Tolerar no debe consistir en olvidar que lo tolerado sólo merece tolerancia.
• Lo importante no es creer en Dios, sino que Dios exista.

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