jueves, 20 de diciembre de 2012

Puertas En El Valle De Gistaín

Conozco muchas personas para las que las puertas tienen un carácter evocador y sugerente. Me incluyo entre ellas. Allí donde he ido de viaje, me he dedicado a fotografiar puertas (y ventanas o balcones), incluso las más modestas o anodinas, porque para mí las puertas tienen un particular simbolismo: son accesos a un cambio en el destino.

Tras ellas se ocultan otras vidas, o incluso otros mundos. Si entrara y saliera por ellas cotidianamente, ya no sería el mismo. Esta fantasía, no por ser obvia es menos inquietante. La puerta me oculta y me muestra a la vez, el destino de otro-que-podría-ser-yo y, si la traspasara, algún tipo de magia haría ese cambio realizable.

 
Estas puertas las fotografié en el valle de Gistaín (o Chistau), en el Pirineo oscense, son puertas antiguas en un entorno rural silencioso y meditativo, con grandes cerrojos herrumbrosos. La madera se conserva bien por arriba y está comida por abajo por las inclemencias de un clima muy duro.

Esta es la casa señorial del pueblo, aquí alguien versado en la historia del valle nos dirá los tratos que se cerraban, los matrimonios que se concertaban y las propiedades que se regían.

Ésta es la de una cabaña de pastores. Aquí las llaman bordas.
 

Éste es el acceso a una “falsa” (granero o desván).

 
Aquí uno podría pensar que hay gente reunida, comiendo de un puchero en torno a un hogar de leña (hogaril), aunque en estos tiempos tal estampa parece improbable, quién sabe si está abocada a ser una casa de turismo rural o la compra un ruso adinerado (para obtener la nacionalidad española).




 

No hay comentarios:

Publicar un comentario